jueves , 28 marzo 2024

Informe a la Sociedad Interamericana de Prensa: Cuba

72ª Asamblea General de la SIP
13 – 17 de octubre de 2016
Ciudad de México, México

Este año el Gobierno ha dado muestras de una creciente preocupación por el periodismo independiente y el surgimiento de medios no controlados por el aparato ideológico del Partido Comunista. El país vive una vuelta de tuerca contra los informadores no estatales, a través de la cual el oficialismo ha arreciado las críticas, las amenazas y las detenciones arbitrarias.

La agresividad gubernamental crece en un momento de auge de la prensa no subordinada a la línea editorial del oficialismo. Con la llegada de las nuevas tecnologías, el aumento en la calidad del trabajo de los periodistas ciudadanos y una mayor visibilidad en los medios internacionales, se han hecho sentir las voces más ortodoxas y contrarias a la presencia en el país de diarios, revistas y publicaciones que publiquen fuera del control estatal.

La blogósfera cubana continuó su crecimiento en los últimos meses y mostró un saludable proceso de diversificación, que incluye bitácoras digitales dedicadas a las noticias, opinión y temas relacionados con la ciudadanía, los derechos de la comunidad LGBT, el deporte, la moda y la tecnología.

El surgimiento y consolidación de medios de prensa gestionados de forma independiente también han marcado los últimos meses. Entre ellos destacan sitios de periodismo narrativo como El Estornudo, el portal de investigación Periodismo de Barrio, la revista OnCuba y la plataforma El Toque.

Sin embargo, los grandes obstáculos para la publicación digital se mantienen. Entre ellos la poca y costosa conectividad; el acoso y la represión institucional contra los periodistas independientes, que incluyen detenciones, citaciones policiales, interrogatorios amenazantes y confiscaciones de útiles de trabajo. Además, la ausencia de un marco legal que regule la libertad de prensa y proteja a los profesionales.

La autocensura sigue siendo una de las prácticas más habituales de los periodistas que laboran en medios oficiales, ante el temor de recibir represalias si se atreven a tocar temas considerados tabú por el Gobierno. Entre ellos, la actuación de los órganos de la Seguridad del Estado, la política exterior, el sistema electoral, la idoneidad de los más altos cargos del Ejecutivo y la viabilidad del sistema político.

En junio, la periodista oficialista Rosa Miriam Elizalde, directora del portal Cubadebate, aseguró durante una reunión entre funcionarios del Partido Comunista (PCC) y miembros de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), que «los medios deben aparecer considerados como propiedad social fundamental, aun cuando asuman formas diversas como la estatal, cooperativa o estén en poder de las organizaciones, pero nunca deben ser propiedad privada».

Luego evocó las ideas de un decano de la Facultad de Periodismo en las que aseguraba que «nuestra prensa es partidista, es revolucionaria. Ese es su mayor timbre de orgullo. Es una conquista histórica irreversible. No hay en esto ni habrá la menor concesión al liberalismo o al oportunismo. La política que aplicamos en Cuba es indiferente por completo a toda idea de congraciarnos o hacernos simpáticos a Occidente».

A pesar de esos llamados a no entusiasmarse con una prensa no partidista, el año se ha caracterizado también por las quejas publicadas por periodistas que laboran en medios oficiales en las que muestran su inconformidad con algunos aspectos de la política informativa oficial. En especial contra la prohibición de que empleados de medios estatales colaboren de forma paralela con espacios informativos independientes.

«Hacemos uso del derecho más legítimo de escribir y opinar tanto en medios oficiales como en las plataformas digitales emergentes», aseguraban en una carta varios jóvenes periodistas del diario Vanguardia en la ciudad de Santa Clara. Los periodistas esbozaban entre las razones para colaborar con otros medios el hecho de que los espacios estatales «no logran superar de una vez sus distorsiones estructurales».

«Nosotros no podemos ni podremos mejorar el periodismo cubano mientras las políticas informativas no se liberen definitivamente de sus ataduras a las instituciones y a las fuentes oficiales», remarcaban los firmante de la misiva.

La extensión del uso de las TICs y la consagración del fenómeno del paquete -un compendio de material digital que se distribuye en mercado informal- se configuraron como soportes para muchas publicaciones independientes. Una mayor libertad editorial y el atractivo de una mejor remuneración económica han catalizado las colaboraciones periodísticas con esos medios, pero el Gobierno ha advertido a los reporteros oficiales de que no pueden continuar con tal práctica.

La extensión a lo largo del país de redes inalámbricas alternativas ha potenciado también a la distribución de información en paralelo a los caminos estatales.

El embrión de la televisión del futuro va ganando fuerza con el paquete. Programas al estilo de Q Manía Tv, facturado de manera independiente, abren el camino a una nueva forma de comunicarse con la audiencia. La distribución de estos espacios se lleva a cabo por dos casas productoras que copian, organizan y distribuyen alrededor de 1 terabyte de materiales cada semana. Omega y Odisea comenzaron ofertando películas, series y revistas extranjeras, pero han ampliado su servicio hasta incluir revistas en PDF, aplicaciones para móviles y publicidad de negocios privados.

Las apps desarrolladas en la isla para sistemas iOS y Android, están enfocadas en el uso offline para suplir las carencias de conectividad a Internet. Un eficiente entramado informal se encarga de actualizar las aplicaciones y ofrecer a los clientes las más recientes creadas por desarrolladores cubanos.

La prensa independiente más crítica con el Gobierno ha seguido, sin embargo, en el centro de las represalias y el acoso. El 20 de marzo, unas horas antes de la llegada del presidente Barack Obama, fueron detenidos Roberto de Jesús Guerra Pérez, director de la Agencia hablemos Press y el reportero Rolando Reyes Rabanal. Junto a ellos se hallaban el periodista holandés Erik Mouthaan y su camarógrafo, que también resultaron retenidos por unas horas.

Durante las jornadas en que Obama estuvo en la Isla se reportaron «más de 300 detenciones arbitrarias por motivos políticos» según declaraciones de Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. Un buen número de ellos eran periodistas independientes y activistas, entre los que se destacó el reportero Lázaro Yuri Valle Roca.

En julio de este año varios integrantes de la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP) fueron detenidos en las inmediaciones de la provincia de las Tunas mientras se dirigían a Bayamo en la provincia de Granma, para una reunión sobre una Ley de Medios que la organización independiente está promoviendo. La APLP busca que se garantice la existencia de medios de comunicación autónomos al Estado y que se respete el ejercicio de la libertad de prensa.

Ese mismo mes fueron detenidos los reporteros Ana León, Augusto César San Martín y Elio Delgado, quienes colaboran con el portal CubaNet con sede en Miami. Los periodistas se dirigían hacia la provincia de Sancti Spíritus para cubrir el contexto en que se conmemoraba el acto oficial por el aniversario del asalto al cuartel Moncada.

La policía informó a los tres periodistas que se les detenía por no estar acreditados para dar cobertura informativa a las actividades por el 26 de julio en esa provincia. Su equipamiento de trabajo fue confiscado y se les amenazó con acusarlos del delito de «receptación» por el que el Código Penal cubano sanciona con penas de «privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas».

El 11 de julio el periodista José Ramírez Pantoja fue expulsado de su puesto de trabajo en la emisora local Radio Holguín. La medida contra el reportero ocurrió después que publicara en su blog personal unas palabras polémicas de la subdirectora del periódico oficialista Granma, Karina Marrón, sobre la actual crisis económica que atraviesa Cuba.

Marrón aseguró en el VI Pleno Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), que en la Isla «se está armando una tormenta perfecta» debido al «fenómeno de la reducción del combustible y de la reducción de la energía». Una situación que según la funcionaria podría desencadenar protestas.

Antes del incidente con Marrón, Ramírez Pantoja había sido reconocido con la distinción Félix Elmuza, la más alta que otorga la Upec, pero en septiembre pasado la organización gremial -controlada por el Gobierno- ratificó la sentencia de separación del puesto de trabajo dictada contra el reportero.

El llamado «Caso Pantoja» fue recogido en el informe Conectar a Cuba: Más espacio para crítica, pero restricciones frenan avance de libertad de prensa, publicado por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). La organización con sede en Nueva York destacó los avances registrados por la prensa y sostiene que «los cimientos de una prensa más libre ya están en pie» en el país.

En agosto de este año varias voces oficialistas sugirieron que Fernando Ravsberg, un periodista uruguayo que ha trabajado por más de dos décadas en la Isla, debería «ser expulsado» del país por la manera en que aborda los temas cubanos. Reportero de medios extranjeros, Ravsberg fue increpado duramente por la manera en que reseñó un artículo del oficialista Darío Machado, titulado «Democracia, medios de comunicación y realidades».

El último día de ese mes el vuelo 387 de la Aerolínea JetBlue aterrizó en Santa Clara y dejó inaugurado los vuelos regulares entre Cuba y Estados Unidos, que estuvieron suspendidos por más de medio siglo. El periodista Reinaldo Escobar fue detenido mientras cubría la noticia y posteriormente resultó deportado forzadamente hacia la capital cubana. Los agentes que lo arrestaron enfatizaron que hacía un «periodismo enemigo».

El miércoles 12 de octubre la periodista Elaine Díaz, directora del medio independiente Periodismo de Barrio, fue detenida en la ciudad de Baracoa, Guantánamo, mientras cubría los daños dejados por el huracán Matthew en la zona. La reportera estaba acompañada por varios miembros de su consejo editorial quienes también fueron arrestados.

El Gobierno cubano extremó los controles contra la prensa independiente en los días posteriores al paso del fenómeno meteorológico por la zona más oriental del país. Varios reporteros no oficiales que planeaban acercarse a la zona más oriental del país sufrieron amenazas, detenciones y confiscaciones de sus materiales de trabajo.

Entre ellos, el periodista Maykel González Vivero, colaborador del portal Diario de Cuba, quien resultó detenido y pasó tres días en un calabozo por intentar reportar desde las áreas más dañadas por el meteoro.Con anterioridad había sido despedido de la emisora municipal oficialista Radio Sagua, justamente por colaborar con medios independientes.

Activistas de la Unión Patriótica de Cuba que mantenían un flujo de información en Twitter sobre las zonas afectadas también fueron víctimas de arrestos, requisas de sus medios de trabajo y deportaciones forzadas.

La censura contra sitios digitales se ha recrudecido también este año y a la lista de sitios bloqueados en los servidores nacionales y entre los que se han encontrado por años portales como Cubaencuentro, Martinoticias y el diario digital 14ymedio, se le han sumado en los últimos meses las páginas de Diario de Cuba y Cubanet.

Una investigación periodística llevada a cabo por reporteros de 14ymedio destapó en septiembre pasado que el Gobierno implementa un filtro a los mensajes de solo texto (SMS) que se envían a través de la red celular. Los mensajes que incluyen alusiones a los «derechos humanos», «huelga de hambre», el nombre de opositores como «José Daniel Ferrer» o de la revista independiente «Convivencia», son cobrados por la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) pero nunca llegan a su destino.

El filtrado de correo electrónico y la suspensión del servicio de telefonía celular también se mantienen como formas de represalias contra activistas y periodistas independientes por su trabajo.

Las áreas wifi de conexión a Internet superaron este septiembre los 200 puntos a lo largo de todo el país. No obstante, Cuba sigue siendo uno de los países con menor tasa de conectividad del mundo, con solo el 5%, que se reduce al 1% en el caso de la banda ancha. Una situación que se mantiene a pesar de las flexibilizaciones que en el área de las telecomunicaciones ha adoptado la administración de Barack Obama con respecto a Cuba.

El periodista y ex corresponsal del periódico oficialista Granma, José Antonio Torres, se mantiene a la espera de recibir un beneficio penitenciario que le permita salir de prisión y pasar el resto de su condena en la casa. En los últimos meses ha recibido pases de fin de semana para visitar a su familia y un permiso para trabajar en la biblioteca de la cárcel donde se encuentra. Torres sostiene su inocencia sobre las acusaciones de espionaje por las que fue juzgado.

El Centro de Estudios Convivencia (CEC) ha sufrido en los últimos meses presiones por parte de la Seguridad del Estado alrededor de las fechas de sus reuniones para tratar temas de la realidad cubana. Varios miembros del consejo editorial de la revista homónima han sido citados y amenazados por la policía política.

En resumen, este año la prensa independiente cubana ha estado marcada por dos fenómenos contrarios: la censura y el crecimiento. A pesar de los obstáculos materiales y legales que la limitan, ha vivido meses de creatividad, diversificación de sus temas, nuevas propuestas formales y un salto cualitativo en sus propuestas. Por su parte, la prensa oficial ha hecho un esfuerzo por retomar temas y perspectivas más cercanas a la ciudadanía, pero no logra desmarcarse de los férreos límites partidistas.