El mercado laboral se caracterizará por un cambio de paradigmas, nuevas habilidades requeridas y más ajustes impulsados por los profesionales.
(Eleconomista.com.mx) – El 2020 está cerca y con ello, nuevos aspectos que marcaran el mercado laboral. Para el siguiente año hay algunas tendencias que caracterizarán el mundo del trabajo, algunas incluso son una expansión de lo que vimos en este 2019.
De acuerdo con LinkedIn, después de una década de cambios laborales profundos, los profesionales están evaluando y cuestionando el mundo que construimos y los valores que nos impulsan, esto será algo que cobrará más fuerza en el 2020.
Después de un análisis entre colaboradores de la red social profesional, se obtuvo la lista de las #BigIdeas2020, entre ellas están algunas que definirán el mercado laboral el siguiente año:
1. El trabajo flexible será altamente valorado
¿Privilegio o parte del paquete de compensación? La respuesta es la segunda, el trabajo flexible ya es considerado por muchos empleados como un beneficio que deben otorgar las empresas y su alta demanda general sigue incrementando. En este cambio de cultura laboral, la generación Z y los millennials lideran el camino hacia el establecimiento de una nueva relación con la oficina.
Experimentos con una semana laboral de cuatro días se están realizando en todo el mundo: Microsoft lo probó en Japón, y el Partido Laborista del Reino Unido incluso lo prometió en su campaña electoral.
“La benevolencia podría ser beneficiosa para los empleadores”, dice John Pencavel, profesor de economía de Stanford que ha estudiado la relación entre horas de trabajo y productividad.
“La menor cantidad de horas podría no comprometer los resultados. La menor cantidad de horas podría implicar menores costos laborales. No sólo se beneficia el empleador, sino que también se beneficia el empleado“, agrega el académico.
Las mujeres que trabajan, quienes históricamente han tenido que aceptar recortes en sueldos y promociones debido al trabajo flexible, saldrán beneficiadas. Entre las mujeres con estudios superiores que dejaron sus empleos, el 69% hubiera seguido trabajando si sus empleadores les hubieran ofrecido opciones de trabajo más flexibles, según una investigación de Boston Consulting Group.
“La clave es que los empleadores participen en la búsqueda de formas de trabajo más eficientes”, señala Charlotte Lockhart, impulsora de la iniciativa The 4 Day Week. Su empresa, Perpetual Guardian, ya lo ha puesto en práctica: sus 240 empleados en Nueva Zelanda trabajan cuatro días a la semana.
“Todos queremos sentirnos valorados en el trabajo, pero eso no debería suceder a expensas de nuestra vida personal”, opina Lockhart. “Nuestras vidas necesitan una reconstrucción y por fin estamos comenzando a reconocerlo”.
2. La salud mental en el trabajo no será un tabú
La depresión y la ansiedad le cuestan a la economía mundial 1 billón de dólares en pérdida de productividad cada año, según la Organización Mundial de la Salud. Para los empleadores, es un verdadero problema de retención de colaboradores, y para los empleados, una necesidad cada vez mayor.
La conversación sobre salud mental es urgente, impulsada por una nueva generación. Sin embargo, sigue siendo incierta. “Hay un verdadero temor por parte de las grandes empresas de no estar preparadas para manejar esa conversación de una manera que sea segura para la empresa y segura para el empleado”, dice Aaron Harvey, fundador de Made of Millions Foundation.
Pero hablar de salud mental en el trabajo no es sencillo, implica cuestiones de privacidad, responsabilidad legal y discriminación. La psicóloga clínica Ellen Hendriksen recomienda que, por motivos legales, sólo el empleado sea quien comience la conversación. Y debido al estigma asociado, los empleados primero deberían tantear la cultura empresarial y decidir si compartir su experiencia implicaría un riesgo.
“Acérquense con la información y con un plan de adaptación razonable”, dice Hendriksen. “Es importante no presentar las dificultades de salud mental propias como un acertijo para que tu jefe resuelva”.
En cuanto a los gerentes, ellos pueden predicar con el ejemplo siendo abiertos sobre sus propias dificultades. Es fundamental crear una cultura de apoyo, con confidencialidad, un plan de adaptación y beneficios similares a los de la cobertura de salud física. “En lugar de actuar como protectores o jueces, les aconsejaría a los empleadores que actúen como líderes”, agrega la especialista.
3. Concentración, la aptitud más importante
Si te encontraste alguna vez en el trabajo mirando fotos en Instagram sin pensar, sin siquiera recordar, cómo llegaste allí, no estás solo. De acuerdo con un estudio de la plataforma de aprendizaje Udemy, dos tercios de los trabajadores admitieron mirar su teléfono durante al menos una hora en su día laboral. Esto tiene un gran costo para los trabajadores y los empleadores.
“Cada vez que los empleados toman su teléfono o sucumben ante una distracción, se apartan de su trabajo inexorablemente”, advierte Brian Solis, autor de Lifescale: How to Live a More Creative, Productive, and Happy Life (Balance de vida: cómo vivir una vida más creativa, productiva y feliz). “Esto está teniendo un impacto increíble y poco estudiado en la productividad, la creatividad y la felicidad de los empleados”.
Dominar la curiosidad, planificar el día, controlar el uso de la tecnología y hacer pactos individuales o con amigos son algunas recomendaciones que hace Nir Eval.
“Aunque las distracciones no son necesariamente tu culpa, son tu responsabilidad“, dice Eyal, autor de Indistractable: How to Control Your Attention and Choose Your Life (Imposible de distraer: cómo controlar tu atención y elegir tu vida).
4. ¿Trabajo para toda la vida?
Para nadie es un secreto que las generaciones más grandes tenían como filosofía profesional la estabilidad en el trabajo. Es decir, pasar toda su vida laboral en una empresa. Este paradigma se romperá en el 2020.
“El modelo a seguir era ‘hacer carrera’ en una compañía hasta jubilarse, pero esa valorada estabilidad hoy está en retirada”, indica Karina Pérez Galindo. “Debemos asumir que nuestro próximo trabajo durará de tres a cinco años”, pronostica la directora asociada de la consultoría en Recursos Humanos Robert Half.
La búsqueda de nuevas oportunidades laborales será una constante en nuestra vida profesional. “No es casual que las nuevas generaciones no tengan un gran apego a la organización donde laboran. Al ser nativos digitales, son capaces de comprender mejor la nueva economía, sus oportunidades y desafíos. Como estaremos abiertos a explorar y probar el mercado laboral, el tiempo que le dediquemos a una organización debe aportar valor para nuestra empleabilidad”, afirma la ejecutiva.
5. Educación continua sin costo para trabajadores
La tecnología avanza rápido y con ello, la transformación del mercado laboral. La automatización a comenzado a cobrar en sus empleos las primeras victimas y eso implica que el capital humano deberá capacitarse cada vez más para adquirir nuevos conocimientos que les permita acceder a los nuevos empleos que se crearán con el Futuro del Trabajo.
“Si tú, como ciudadano, pagas tus impuestos y quieres desarrollarte y adquirir nuevas aptitudes, deberías tener la posibilidad de hacerlo, presumiblemente de manera gratuita, y eso debería convertirte en una mejor pieza del mercado laboral”, reflexiona Jason Wingard, decano de la Escuela de Estudios Profesionales de la Universidad de Columbia.
Para preparar a los trabajadores para la Era Industrial, los países desarrollaron la infraestructura de la educación primaria y secundaria. Ahora, posiblemente los gobiernos deban hacer algo similar con la educación adulta. El decano está estudiando esta opción. “Necesitamos algo similar a lo que solía ser la educación terciaria, pero que prepare a las personas de forma continua”, puntualiza el académico.
6. Humanos más humanos
Una de las claves para sobrevivir a la automatización es hacer esas tareas que los robots nunca podrán realizar. Por ello, las habilidades blandas serán cada vez más importantes.
“El próximo año será clave porque necesitaremos más herramientas para re-humanizarnos y, al mismo tiempo, aprovechar mejor los recursos de las empresas y lograr más satisfacción”, dice Leo Piccioli, escritor y speaker sobre liderazgo.
Como consecuencia, vamos a tener que prepararnos para ser cada día más creativos, empáticos, pensar estratégicamente, romper jerarquías, conversar, trabajar en equipo y resolver problemas.
“Las compañías que incorporen esta tendencia como parte de su estrategia tendrán más chances de éxito. Quienes ayuden a otras empresas a hacerlo, aún más. En América Latina, la oportunidad y el riesgo son mayores: dar un enorme salto desde empresas, sindicatos y gobiernos, o sufrir año a año como la rana hervida”, agrega Piccioli.
7. Mejorar la experiencia del empleado
El próximo año será el de las experiencias personalizadas para clientes y colaboradores. Empezaremos a ver estrategias de Recursos Humanos orientadas a la flexibilidad inteligente.
“Aunque el objetivo sigue siendo el engagement total del colaborador, el entendimiento cambia: cada uno es diferente, tiene motivadores y necesidades distintas”, dice la career coach y fundadora de la consultoría mexicana kandidaat, Samantha Magadán.
Para la ejecutiva, cada vez más compañías adoptarán modelos de trabajo, liderazgo, colaboración, jornadas y reconocimiento ad hoc al individuo. “A nivel cultural, esto nos habla de la necesidad personal que tenemos de sentirnos reconocidos, entendidos y de conectar de forma más profunda con nuestro trabajo y con nuestra experiencia de compra”, expone la especialista.
8. ¿Siempre disponible?
¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? Hasta en los países europeos con más obsesión por el trabajo han comenzado a cuestionar la cultura de ‘siempre disponible’. La élite de Estados Unidos ha comenzado a hacer planes para jubilarse antes, mientras que los trabajadores chinos están comenzando a rebelarse contra el modelo 9-9-6 (trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana).
“Esta generación se preocupa por lo que le ofrece el ámbito laboral y lo que ofrece el resto de las áreas de su vida”, indica Glenn Kelman, CEO de Redfin. Los líderes deben adaptarse si esperan atraer y conservar a los mejores empleados.
“Esta obsesión con la productividad, el crecimiento y la competitividad incitó a las nuevas generaciones a demostrar su entereza trabajando todo el tiempo”, dice. Podía ser destructiva, pero también producía resultados, tanto para las personas como para los países.
Ese hambre se ha saciado. “En parte por los frutos de la riqueza, y en parte por un escepticismo de raíces cada vez más profundas hacia el capitalismo”, agrega. “Tenemos que hacer que el capitalismo funcione mejor si queremos que las personas trabajen duro”. O quizás nuestros valores están evolucionando, y está bien que así sea. “Somos menos materialistas, eso no puede tener nada de malo, ¿no?”.
9. Inteligencia artificial, cada vez más presente
“Estamos siendo testigos del surgimiento de las primeras compañías en escala sobrehumana. Empresas con cientos o miles de millones de usuarios, donde el volumen de trabajo necesario para la evaluación y circulación del contenido alcanza un nivel inmanejable por seres humanos. Para estas empresas, los algoritmos de inteligencia artificial (IA) ya no son un ‘nice to have’ o un ‘catch phrase’, son la única manera de gestionar sus negocios”, dice Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, autor de Guía para sobrevivir al presente.
Bilinkis destaca que antes todas las decisiones eran tomadas por personas, y que ahora lo único que podemos decidir es qué variables debe maximizar un algoritmo. “Eso crea una nueva capa entre estas empresas y los usuarios, y los sistemas de IA de deep learning presentan siempre consecuencias imprevistas y son casi imposibles de controlar por completo”.
Para el autor, el gran desafío del próximo año será “empezar a entender mejor los efectos de esta novedad y aprender a vivir con ella, tanto en el rol de managers como de participantes en las plataformas sociales”.
10. El mundo se enfrenta a la escasez de enfermeras
Los países de todo el mundo están luchando contra una falta de proveedores de servicios de salud —se proyecta que el déficit ascenderá a 18 millones de trabajadores en los próximos 10 años, y la mitad de las vacantes corresponden a enfermeras y parteras, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)—. La necesidad es particularmente aguda en los países de bajos y medianos ingresos. La OMS decidió llamar al 2020 el Año de la Enfermera y la Partera.
La OMS está planificando una campaña importante para promover la educación, la formación y el apoyo en el lugar de trabajo para las enfermeras, un esfuerzo que va más allá de llenar el vacío de una profesión fundamental.
“Dado que el 70% de los trabajadores de la salud a nivel mundial son mujeres, los empleos para los trabajadores de la salud son empleos para mujeres”, dice el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Por lo tanto, en otras palabras, invertir en trabajadores de la salud genera un triple beneficio: para la salud, para el crecimiento económico y para la igualdad de género”.