La organización Amnistía Internacional (AI) reclamó este jueves justicia y compensaciones para los cientos de trabajadores migrantes que sufrieron abusos laborales durante la celebración del Mundial de fútbol que celebró la FIFA en Catar hace ya medio año.
“A cientos de trabajadores migrantes contratados como guardias de seguridad para la Copa Mundial del año pasado se les sigue negando la justicia por los abusos que sufrieron, a pesar de que se advirtió tanto a la FIFA como al país anfitrión, Catar, de que se trataba de personas especialmente vulnerables a la explotación”, detalló la entidad en un comunicado.
En la misma nota, el director de Justicia Económica y Social de AI, Steve Cockburn, afirmó que “los organizadores de la Copa Mundial eran perfectamente conscientes de los problemas, pero no adoptaron medidas adecuadas para proteger a los trabajadores e impedir abusos laborales predecibles en los lugares de celebración de la Copa, incluso después de que los trabajadores plantearan estas cuestiones directamente”.
Cockburn alertó que “ya han pasado seis meses desde que concluyó el torneo, pero ni la FIFA ni Catar han ofrecido aún un programa efectivo y accesible para permitir que los trabajadores que sufren abusos reciban la justicia y la compensación que se les debe”.
Por ello, instó a la FIFA a “intervenir y ofrecer remedio inmediato y significativo por los abusos contra los derechos humanos sufridos por los trabajadores” durante el evento, que tuvo lugar del 20 de noviembre al 18 de diciembre del pasado año.
De esta forma, la organización reclamó una compensación para reparar los abusos cometidos por la empresa Teyseer Security Services, con sede en Catar, que según AI hizo pagar a los trabajadores tarifas ilegales de contratación y otras tasas.
Según afirmaron 22 trabajadores entrevistados por la ONG, todos ellos “tuvieron que pagar costes relacionados con su contratación para garantizar su puesto” con importes que oscilaban entre los 200 y los 600 dólares estadounidenses, más de un tercio de sus ganancias previstas, con la promesa de que la empresa les reembolsaría esta inversión, lo que finalmente incumplió.
Amnistía criticó que tanto la empresa Teyseer como la FIFA estaban al tanto de los abusos, pero “parece que ninguna de las dos organizaciones emprendió acciones efectivas para abordar adecuadamente estos problemas y garantizar un remedio oportuno para los trabajadores”.