El presidente de Brasil ignoró la solicitud de la ASIC, y prefirió codearse con las múltiples dictaduras y regímenes totalitarios.
La Habana – Los días 15 y 16 de septiembre se celebró en La Habana la Cumbre del Grupo de los 77 más China, donde participaron invitados de más de 130 países y presidentes de organismos multilaterales.
La maquinaria represiva que sostiene al régimen comunista volvió a amordazar al movimiento opositor, imponiéndoles arrestos, amenazas, cortes de Internet y cercos alrededor de sus viviendas.
Contra los miembros de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) recayó como de costumbre toda la fuerza de la represión. La vivienda del secretario general de la ASIC, Iván Hernández Carrillo, en el municipio Colón, en Matanzas, permaneció bajo cerco policial durante los días 14, 15, 16 y 17 de septiembre, solo le permitieron salir de su casa con un chequeo permanente a corta distancia. Una oficial nombrada Lazara, quien lo seguía de cerca, le advirtió al líder sindical que no podía viajar a La Habana so pena de ser acusado de Desobediencia.
Los activistas de la ASIC Emilio Gottardi Gottardi, Leonardo Hernández Camejo, Luis Orlando León Randich, Ulises González Moreno, Nora Noa, Yaquelin Dali Caballero, Felipe Carrera Hernández, Ismael Ortiz y Yanelis Ortiz fueron citados a las estaciones de policía de sus municipios y advertidos sobre sus actividades durante los días de la cumbre.
La periodista y sindicalista independiente Yunia Figueredo sufrió también cerco policial en su vivienda y advertida por oficiales de la Policía Política que no podía salir de Jaimanitas, además de interrumpirle el servicio de Internet durante los días 15 y 16 de septiembre.
La Cumbre del Grupo de los 77 más China es una concertación de países del Sur, que intentan mediante mecanismos de colaboración imponer hegemonía, con el fin de crear una fuerte competencia con las economías de los países desarrollados, principalmente a los Estados Unidos.
Esta cumbre se celebra en los momentos más grises de la historia de Cuba, con una Revolución anquilosada en el tiempo y una dirigencia inútil y corrupta que a base de represión se mantienen en el poder, imponiendo programas económicos y sociales al pueblo contra de las reglas y normas de las sociedades modernas.
Un país donde no están permitidos los partidos políticos, ni sindicatos que defiendan los derechos laborales de los trabajadores, donde se violan todos los Derechos Humanos, sin libertad de expresión, de prensa, ni asociación, con una despiadada inflación y una economía en bancarrota.
Entre los invitados en La Habana por estos días estaba Ignacio Lula Da Silva, secretario general del Partido de los Trabajadores y presidente de Brasil. La ASIC le envió una invitación para hablar sobre temas relacionados con los trabajadores cubanos, sobre la falta de libertades sindicales, la persecución a sindicalistas independientes y las reiteradas violaciones a los convenios internacionales, pero el presidente Lula ignoró la solicitud y prefirió codearse con los verdugos de los pueblos, con las múltiples dictaduras y regímenes totalitarios que componen el G77 más China y darle la espalda una vez más a las causas justas de los pueblos.
Lula es un importante aliado estratégico de la dictadura cubana, a la que apoya en todos los foros internacionales. Lidera la cooperación en los programas de explotación de fuerza laboral cubana, basada en contratos con profesionales de la salud y de otras ramas, donde el estado cubano se apropia de más de 75% del salario de los trabajadores, una trama criticada y condenada por varios organismos internacionales que resulta en un gran negocio para la dictadura castrista y la ayuda en su consolidación en el poder.
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