martes , 16 julio 2024

Primero de mayo en Cuba: un desfile bajo amenaza

En el mundo se enarbolaban consignas de mejoras para el trabajador, en Cuba se toma como plataforma de reafirmación revolucionaria.

La Habana (Sindical Press) – Los obreros mártires de Chicago serán recordados siempre, porque encarnan el espíritu indomable del trabajador ante su patrono y su lucha incansable por el respeto a sus derechos laborales. El primero de mayo fue la fecha escogida por la mayoría de los países para reconocer esta lucha.

En Cuba la revolución la convirtió en una fecha patriótica.

Mientras en todos los sitios se enarbolaban consignas de mejoras para el trabajador, en la Isla se toma como plataforma de reafirmación revolucionaria. Ese día se le inoculan al socialismo local, nuevas dosis de ideología marxista-leninista.

A pesar de ser un día feriado y considerarse voluntaria la participación de los trabajadores, el castigo se cierne sobre quienes no asistan.

Gisela Bermúdez, trabajadora de un centro de la salud, fue tildada de “reincidente” y castigada a un mes sin estimulación salarial.
“Quien no va al desfile es mal mirado por la administración, el partido y el sindicato, que son lo mismo. A la hora de conceder los estímulos, no hay nada para los ausentes. Se pierde la emulación y, por ende, la posibilidad de recibir alguna recompensa”, dice Juan Cisneros, trabajador de la fábrica del vidrio de La Lisa y residente en la localidad de Jaimanitas, en La Habana, quien ha sido víctima de ese acto excluyente.

Se supo que en la ciudad de Matanzas se realizaron varias reuniones en las cuales circuló un documento para ser firmado por los trabajadores como constancia de formar parte del desfile. A los que no asistieron le dijeron que no les pagarían ese día de trabajo.

Por la misma causa, fueron sancionados también varios operarios de la entidad conocida como Laboratorios Oriente, de Santiago de Cuba, pertenecientes al grupo de industrias biotecnológicas BioCubaFarma.

Gisela Bermúdez, trabajadora de ese centro del sector de la salud, fue tildada de “reincidente” y castigada a un mes sin estimulación salarial, no obstante su ausencia haber sido motivada por la lejanía de su vivienda de la zona donde se efectuaría el desfile y la falta de medios de transporte.

Olga Martínez, trabajadora de la Planta de Sueros y Soluciones Parenterales, también de la provincia Santiago de Cuba, recibió una amonestación porque, a juicio de su director general Jorge Orestes Batista, “caminar a las dos de la madrugada los diez kilómetros que median entre la Plaza de la Revolución Antonio Maceo y el reparto Abel Santa Maria no es justificación para faltar a una celebración tan importante”.

Los testimonios aquí presentados revelan la continuidad de la violación de los derechos laborales en Cuba. Las máximas autoridades del país y los funcionarios de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), controlada por el partido único, persisten en quebrantar, a sus antojos, las normas jurídicas adoptadas en las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Las denigrantes condiciones laborales, los bajos salarios y presiones y cotidianas represalias por no acatar órdenes extra-laborales, como las relacionadas con el primero de mayo, conforman parte del activismo que desarrolla la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), en favor de un ambiente laboral libre de dogmas y donde el trabajador cuente con las herramientas para defender sus derechos.