sábado , 27 julio 2024

Economista: topes de ganancias y precios, incompatibles con un creciente mercado minorista privatizado

El sector estatal tiene margen para bajar precios, pero prefieren dictar al privado en lugar de competir en el mercado.

La Habana (DDC) – El economista cubano Pedro Monreal consideró que los anunciados «‘topes’ de tasas de ganancia y de precios que no se implementan» son «precisamente el tipo de veleidades de política económica que no son compatibles con un mercado minorista crecientemente privatizado».

«La inconstancia y poca transparencia oficial no funcionan bien en los mercados. Que el equipo económico gubernamental no entienda el mercado no justifica que ‘experimenten’ con el mercado minorista, ese lugar donde se materializa una parte decisiva del bienestar material», señaló.

El martes la viceministra de Finanzas y Precios, Lourdes Rodríguez Ruiz, justificó la marcha atrás momentánea de una norma para establecer precios máximos a un grupo de productos de primera necesidad que venden los comercios no estatales, de los que dependen cada vez más los cubanos para abastecerse de alimentos básicos.

Varios gobiernos locales anunciaron los nuevos valores para el pollo troceado, aceite comestible, leche en polvo, salchicha, pastas alimenticias y detergente en polvo, entre otros, que luego han descartado, como hizo la Dirección de Inspección de Pinar del Río a través de su perfil oficial de Facebook.

Según declaraciones de Rodríguez Ruiz en Canal Caribe, «la medida no entró en vigor este lunes, a partir de la necesidad de continuar los intercambios con los actores económicos, sobre las realidades que enfrentan en sus procesos de importación, transportación y comercialización, así como atender los estados de opinión de la población». Sin embargo, hay listo en ejército de 7.000 inspectores para hacer cumplir lo que se establezca en el momento que sea.

El medio independiente El Toque publicó fragmentos de una reunión entre la viceministra y representantes de MIPYMES, realizada el 28 de junio, que reveló las tensiones sobre el control de precios.

Monreal señaló que la reciente estadística oficial indica una «transformación significativa del mercado minorista en Cuba y no es racional asumir que existe capacidad para ‘regular’ ese nuevo mercado con las encartonadas reglas de juego de la planificación centralizada».

«A ver si se entiende, algo más de cuatro pesos de cada diez pesos de ventas minoristas los hace el sector privado, siendo los alimentos un alto porciento. Con esa estructura de mercado no cabe hacer ‘inventos’ ideologizados porque pueden provocar consecuencias graves e impredecibles», advirtió.

«Ese creciente mercado minorista privatizado forma parte de la actividad ‘comercio’, la segunda mayor de la economía cubana, representando casi la quinta parte del PIB. Un ‘temblor’ en el mercado minorista genera ‘ondas de choque’ que afectan la economía general», añadió.

«Con un mercado minorista privatizado al 44% ya se ha rebasado la etapa en que las insuficiencias de la empresa estatal podían resolverse con un sector no estatal que se ‘regulaba’ a voluntad, en ocasiones abiertamente en contra del interés privado», señaló Monreal.

En opinión del economista, «el interés privado en el actual mercado minorista cubano debe ser asumido oficialmente como lo que es: una categoría económica que ayuda a entender la realidad. No es un ‘defecto’ moral ni un ‘rezago ideológico'».

«Las nociones ‘socialistas’ sobre la reforma de mercado (que no digo que funcionen bien a priori) usualmente consideran que la competencia del sector privado contribuye a una empresa estatal más eficiente, pero ni siquiera eso parece aplicarse hoy en Cuba», cuestionó.

Para Monreal, «lo que se observa hoy en Cuba no es una ‘regulación’ estatal efectiva de la actividad privada, sino una rústica práctica administrativa derivada de la noción de que la ganancia privada debe ser un dato preestablecido y no un resultado del funcionamiento en el mercado».

«La contención de la inflación en Cuba debe partir de una reducción significativa del enorme déficit fiscal (planificado para 2024 como 18,5% del PIB) y por un incremento de la oferta estatal, cooperativa y privada», sugirió.

«Con cuota de mercado de 55,6% de ventas minoristas, el sector estatal dispone de un margen considerable —en principio— para bajar precios mediante un incremento de la oferta, pero parece que oficialmente es preferible ‘dictarle’ al privado que competir en el mercado», zanjó.