Desde algún tiempo, sin que avizore un retorno a la normalidad, el atraso en los pagos se ha vuelto recurrente.
Pittsburgh (Sindical Press) – Cobrar los salarios en Cuba es parte de la azarosa existencia que enfrentan la mayoría de población condenada al desabastecimiento, la falta de garantías en el acceso a servicios vitales como el abasto de agua, gas, electricidad, la salud pública y la inflación que no deja de crecer. Desde algún tiempo, y sin que avizore en el horizonte un retorno a la normalidad, los dilatados plazos de los pagos se han vuelto recurrentes.
No se trata de un evento local, sino que estamos ante un asunto que afecta a numerosos colectivos laborales en todo el país.
En vista al exponencial crecimiento de las dificultades, los funcionarios del Departamento Ideológico del Comité Central autorizaron recientemente a los amanuenses de la prensa oficial a abordar los escollos existentes, un interés bastante ingenuo que quedará en los márgenes de una realidad desgastante y perversa. Hay que tener en cuenta que las causas de los contratiempos responden a la ausencia de un plan integral de desarrollo de la infraestructura bancaria, la crónica escasez de efectivo y unos niveles de obsolescencia del equipamiento disponible que cierran el círculo de un calvario que incluye aglomeraciones en las afueras de los bancos, prórrogas y picos de stress que terminan impactando de manera muy negativa en el estado mental y físico de los encartados.
Consuelo Rodríguez, quien funge como secretaria de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) en la provincia de Cienfuegos, dio a conocer que en el municipio Cruces los trabajadores enfrentan serios inconvenientes para cobrar sus honorarios, debido a que los pagos deben realizarse con tarjetas magnéticas en el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) donde no hay cajeros automáticos, ni personal disponible. Las cuatro personas destinadas a atender al público y viabilizar las demandas en cuestión estaban ausentes por certificado médico. Al momento de redactar este artículo, se desconoce si ha sido posible enmendar el percance.
Por otro lado, la sindicalista independiente agregó que el Banco Popular de Ahorro (BPA) está imposibilitado de pagar salarios completos si estos superan los 2000 pesos, a sabiendas que el pago mínimo establecido por Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) oscila entre 2100 y 2200 pesos. Como dato adicional, asegura que la institución tampoco dispone de cajeros automáticos.
En la provincia de Matanzas, la realidad muestra pautas similares. En este caso, al personal que labora en las escuelas no se les pagó lo correspondiente a los meses de julio y agosto, como establecen las normativas para las nóminas de los centros educativos, y en cambio se les informó que se les retribuiría al comienzo del nuevo curso escolar, en septiembre, según informaciones brindadas por el secretario general de la ASIC, Iván Hernández Carrillo.
Asimismo, los trabajadores de servicios comunales del municipio Colón, de la citada provincia, están a la espera de cobrar los meses de mayo, junio y julio. La empresa, alega que no hay dinero en el banco para efectuar los pagos, tanto de los trabajadores como la junta administrativa.
Lo peor noticia es que las dificultades prevalecerán por tiempo indefinido, lo que presupone un alza notable en la precariedad de numerosas familias al no contar, a tiempo, con el dinero para sufragar tan siquiera una modesta parte las necesidades básicas. Como bien se sabe, los salarios no alcanzan para mucho, pero en medio del sálvese el que pueda, omitido en los discursos de los jerarcas del régimen y en los reportes de sus acólitos de la prensa, mejor es algo que nada.