La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – En la década de los 90 del pasado siglo XX la Isla vivió fuertes embates como consecuencia directa de las acumuladas deformaciones estructurales de la economía cubana y de la caída del Campo Socialista. A esta difícil etapa de la historia económica de la nación se le denominó Período Especial.
El país vivió la crisis económica más aguda de la etapa comunista. Se sufrió la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en un 35%, la reducción del comercio exterior en el 85%, la pérdida de los mercados de sus principales exportaciones, la desaparición de créditos en condiciones favorables con la consiguiente interrupción de numerosas inversiones vitales, el colapso del transporte, las construcciones y la agricultura al suprimirse de golpe el suministro de bienes, materiales, materias primas y piezas de repuesto para la técnica, los fertilizantes, piensos y las materias primas de las industrias, provocando la paralización de fábricas y el abrupto deterioro de la alimentación del pueblo cubano.
Una transformación lenta pero profunda se inicia en 1989 alcanzando su clímax en 1993. Aquella alternativa proponía lo siguiente: adaptar la economía cubana a las nuevas condiciones internacionales, reintegrarla en el mercado mundial y reorganizar la economía interna para hacerla eficiente.
El modelo económico de país que se construía hasta entonces fue necesariamente abandonado y nació como necesidad objetiva, la construcción de una nueva estructuración de la económica nacional, adecuada al escenario planteado.
Para la actividad privada en Cuba y particularmente para los trabajadores por cuenta propia, se generaron un grupo de medidas que favorecieron el aumento cuantitativo del total de registrados, así como la diversidad de actividades a realizar.
Gráfico No.1: Comportamiento de la cantidad de trabajadores privado y por cuenta propia en Cubas (1995-1999)
U/M: Miles de trabajadores
Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos de Anuarios Estadísticos de la República de Cuba, 1995, 1996, 1997, 1998 y 1999.
La década del noventa muestra valores cuantitativamente superiores que reflejan un comportamiento ascendente tanto del trabajo en su forma privada como del trabajo por cuenta propia con relación a etapas anteriores. En el año 1995 ascendían a trescientos veinticinco mil ochocientas (325 800) la cantidad de personas vinculadas al trabajo por cuenta propia, ciento doce mil novecientas (112 900) más que las registradas en 1989. Aunque el comportamiento visto de forma temporal fue irregular (ascendente y descendente[1]), de forma general se experimentó un claro incremento.
Asimismo, el trabajo privado muestra un crecimiento progresivo que permitió elevar en el año 1998 el total de implicados en este tipo de actividad económica a más de cuatrocientos mil trabajadores (400 000). Como promedio la tasa anual de crecimiento del sector privado de la economía, fue favorable, alcanzando un valor de 10,3%.
Sin embargo, con la llegada de los 2000 y por un período de diez años, el modelo económico cubano vuelve a transformarse. Una leve mejoría económica y financiera impulsó a las autoridades de la Isla a la vuelta hacia un modelo centralizado y estatizado de la economía nacional. Por lo tanto se retoma la necesidad de la presencia de la propiedad estatal en todos los sectores y ramas, en detrimento del resto de las formas de gestión y de propiedad, que conviven dentro de la escena nacional.
Gráfico No. 2: Comportamiento de la cantidad de trabajadores en Cuba, según tipo de actividad económica
U/M: Miles de trabajadores
Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos de Anuarios Estadísticos de la República de Cuba, 2000 al 2010.
Los trabajadores ocupados en la economía mantienen un crecimiento constante y ascendente hasta superar los cinco millones (5 000 000) en el año 2009. Esta cifra constituye la mayor registrada en Cuba a lo largo de su historia, como consecuencia de la dinámica demográfica de la nación.
Desde entonces, el comportamiento de este indicador ha decaído a razón de un índice de 0.99% como promedio (para el cálculo del indicador se toman en cuenta informaciones desde 2010 hasta 2016).
En el caso de las actividades privadas, en los años 2000 se señala que durante los primeros cinco años se aprecia un crecimiento cuantitativo, mientras que en los cinco años siguientes se experimenta una ligera caída que responde a los criterios de centralización de la economía nacional que se expusieron anteriormente. Estas condiciones objetivas inciden de forma directa en la cantidad de personas vinculadas a la actividad por cuenta propia, la cual experimenta oscilaciones, ascendente en la primera mitad y luego descendente. El saldo de este comportamiento es negativo y ascendió a cinco mil novecientos (5 900) trabajadores aproximadamente.
Tabla No. 4: Comportamiento de la actividad privada en Cuba (2000-2010)
U/M: Miles de trabajadores
[table id=8 /]Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos de Anuarios Estadísticos de la República de Cuba, 2000 al 2010.
Como parte del proceso de actualización de la economía cubana, en septiembre del 2011 las autoridades cubanas dan un nuevo impulso a la actividad por cuenta propia, esta vez con mayor fuerza que en cualquiera de las coyunturas anteriores. Este fue llevado a cabo con el objetivo, entre otros, de crear un espacio para aquellos trabajadores excedentes tras un proceso de revisión de plantillas infladas que el Estado cubano realizaría (nunca se concretó) y que cedería al sector no estatal. Primero serían aprobadas 181 actividades y dos años más tarde, luego de polémicas contramedidas (cines 3D y vendedores de ropa) se aprueban 201 oficios.
Estas condiciones impulsan considerablemente la presencia de los trabajadores por cuenta propia en la escena económica nacional en apenas un año, el incremento es significativo y asciende a doscientos cuarenta y cuatro mil trabajadores (244 100), cifra 2,7 veces mayor que la existente en igual período del año anterior.
Esta apertura incide de forma positiva en el total de empleados en la economía que por segunda ocasión en la historia de la nación rebasa los cinco millones de trabajadores y trabajadoras y los implicados a la actividad privada se aproximan al millón (novecientos veintiocho mil quinientos [928 500]). En el caso de los trabajadores vinculados a las actividades privadas se debe destacar que durante este período por primera vez se rebasa el millón de implicados y el comportamiento de la serie muestra un incremento.
Gráfico No. 3: Comportamiento de la cantidad de trabajadores y trabajadores
U/M: Miles de trabajadores
Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos de Anuarios Estadísticos de la República de Cuba, 2011 al 2015.
Este incremento de la actividad privada doméstica se genera como consecuencia directa del comportamiento ascendente de la cantidad de personas vinculadas a la actividad por cuenta propia a partir de las nuevas normativas aprobadas y la apertura política que se alcanza en torno a esta criticada práctica económica en Cuba.
Durante el primer año de la apertura (2011) el incremento cuantitativo de los vinculados a esta práctica asciende a doscientos cuarenta y cuatro mil cien (244 100). Solo el valor incremental generado durante esta primera jornada rebasa todo registro histórico de actividad, bajo el manto de la economía socialista.
Según datos ofrecidos por autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la República de Cuba (MTSS), los valores registrados hasta agosto del 2016 reflejan un incremento que ronda los trescientos setenta y un mil (371 000) asociados. En apenas tres años (desde 2011 y hasta el segundo semestre del 2016) el número total de cuentapropias es 3,5 veces su valor inicial.
A pesar de las reales y crecientes dificultades que enfrentan estas figurasa económics en la isla, el crecimiento cuantitativo de las personas que se afilian a esta actividad es un hecho. Sin embargo, la presencia de la propiedad privada como una forma de propiedad y de gestión dentro de la economía cubana continúa siendo reducida: en 2015 sólo el 24,4% de la actividad económica funcionaba bajo esta forma, mientras que la actividad por cuenta propia apenas rebasa el 10,3%.
Razones objetivas y subjetivas mantienen regulada la presencia de estos actores dentro de la economía nacional. El propio contexto económico que defiende y construye una economía regulada, genera contradicciones para un ente que necesita la presencia del mercado para su funcionamiento estable. La economía de escasez genera que los consumidores compitan entre sí y no así los productores. Además, desde el punto de vista político, las autoridades ordenan y controlan el comportamiento de esta actividad, la cual definen como complementaria y necesaria para la consecución de su objetivo declarado: la edificación de una economía socialista.
La historia de estas figuras económicas la describen sus estadísticas. Con los inicios del sistema socialista, la contracción fue real y severa; el paso de las décadas y la aprehensión de las necesidades de la existencia de este ente y sobre todo de los resultados que genera se asimila de forma inestable e irregular.
Los últimos 5 años han mostrado un comportamiento cuantitativo favorable, pero en comparación con el resto de las formas económicas que funcionan en la isla es poco significativo.
[1] Obsérvese el comportamiento de la línea roja (trabajadores por cuenta propia) en el Gráfico No.1.
Primera parte: Breve historia estadística del trabajo por cuenta propia, 1959 a 1990 (I)