Uno de los puntos que se discutieron es la inconformidade de los trabajadores con sistemas de pago que vienen aplicándose
La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – Acaba de celebrarse la Primera Conferencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción. Un evento que despertó expectativas en los predios oficialistas debido a la importancia del sector en los planes inversionistas del país, sobre todo en lo concerniente al turismo.
Sin embargo, y de acuerdo con la cobertura informativa brindada por la prensa gubernamental, en especial el semanario Trabajadores, órgano oficial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), fueron muy escasas las noticias agradables que brotaron de esa Conferencia.
En primer término, fue decepcionante para los muchos cubanos necesitados de una vivienda la intervención del ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, cuando dio a conocer los planes a acometer por su organismo hasta el año 2022. Dijo el Ministro que se construirán hoteles, obras vinculadas con el cambio de matriz energética, cuatro bloques de centrales termoeléctricas, nuevas plantas de cemento y la ampliación de varias terminales aéreas. Pero ni una palabra sobre la construcción de viviendas por su ministerio.
Ese desdén gubernamental hacia la construcción de viviendas para la población no es nuevo. Según estadísticas oficiales, de 33 mil 533viviendas terminadas por el Ministerio de la Construcción (MICONS) en 2006, la cifra bajó a 9 mil 257 en el pasado 2016. Ahora la estrategia del gobierno consiste en que sea la población la que construya sus propias viviendas. Por ese método, denominado de “esfuerzo propio”, se construyeron 12 mil 849 viviendas el pasado año.
Uno de los problemas que afrontan las personas que acometen la construcción o reparación de su vivienda –además de la inexperiencia constructiva de muchos, y la carestía de la mano de obra a contratar– se relaciona con la adquisición de los materiales de construcción. La situación se agudiza debido a la escasez de esos materiales, así como la corrupción y malos manejos en los centros donde expenden dichos materiales.
Al propio tiempo aumentan el robo de materiales y otros actos calificados como “delictivos” en las empresas y obras ejecutadas por el (MICONS), tal y como plantearon varios asistentes a esta Conferencia Nacional. Mas, en vez de ir a las causas reales que pudieran estar incidiendo en semejante desvío de recursos –una de las cuales podría ser la imperiosa necesidad que de esos materiales tienen los ciudadanos para construir sus viviendas–, las autoridades, una vez más, prefirieron “botar el sofá”.
Así, el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés, llamó a combatir el susodicho robo mediante “el trabajo de manera sistemática sobre la vergüenza, dignidad y compromiso de los hombres por su Revolución”. Por su parte, el mandamás de la CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento, insistió en que “las tareas que en el orden económico y político tienen que ejecutarse en el sector de la construcción requieren un sindicato con liderazgo y apoyo mayoritario de sus afiliados”.
En la Conferencia trascendió que tras haberse incumplido el plan anual de inversiones durante el decenio 2005-2015, en el pasado año 2016 tampoco se pudo llegar a lo previsto. En ese período el real ejecutado llegó solo al 85% del plan.
De igual forma, salieron a relucir las inconformidades de los trabajadores con los sistemas de pago que vienen aplicándose; el éxodo incontrolable de especialistas y obreros calificados de las brigadas del MICONS hacia el trabajo por cuenta propia, las cooperativas no agropecuarias y otras ocupaciones emergentes; la poca calidad de muchas de las obras que se terminan; así como la carencia de ropa y calzado adecuados que se observan en no pocos colectivos laborales.
Con respecto al planteamiento de Ulises Guilarte, en el sentido de que todo se solucionaría con sindicatos fuertes que aglutinen a los trabajadores, valdría la pena aplicar aquello de que “quien vive de ilusiones, a menudo muere de desengaños”. Porque si la solución de los problemas de la construcción depende de que los trabajadores apoyen sin reservas a los sindicatos oficialistas, es muy probable que haya problemas por largo tiempo.