La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – Si nos atenemos a la información que brinda la prensa oficialista, los trabajadores por cuenta propia son algo así como “los malos de la película”. Hace poco varios medios de difusión dieron a conocer que en la Campaña de Declaración Jurada de Ingresos Personales correspondiente al año pasado, la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) detectó a más de 60 mil cuentapropistas subdeclarantes, lo que habría ascendido a unos 563 millones de pesos dejados de ingresar al Presupuesto estatal.
A lo anterior se añadió un reportaje aparecido en el periódico oficialista Trabajadores, con fecha 29 de enero, bajo el título de “Muchos contribuyentes, ¿pocas nueces?”. En el trabajo periodístico se informaba que unos 7 mil contribuyentes, en lo fundamental trabajadores por cuenta propia, adeudaban al fisco más de 20 millones de pesos en la provincia de Santiago de Cuba.
Curiosamente, tal reacción mediática tiene lugar cuando ha comenzado la campaña de Declaración Jurada 2018, que se extenderá hasta el 30 de abril. Cualquiera podría pensar que se crean las condiciones emocionales –los justicieros actuando contra los villanos– para que las autoridades la emprendan contra los cuentapropistas a base de más impuestos, fiscalizaciones, multas y recargos de todo tipo.
Hay que recordar que durante la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre, la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, se refirió a las más de “cinco mil acciones a profundidad” que la ONAT implementará en el actual 2018, con vistas a detectar lo que consideró “conductas evasoras” de los trabajadores por cuenta propia. Aquel cuentapropista que sea declarado subdeclarante se expone a una multa de 10 mil pesos, lo que no excluye la intervención de las fuerzas policiales si las autoridades tributarias lo estiman pertinente.
Por otra parte, esas “acciones a profundidad” anunciadas por la Ministra podrían conducir a más de una interrogante. ¿Se trata simplemente de una fiscalización más profunda de las declaraciones juradas de los cuentapropistas para garantizar el nivel de ingresos previsto para el Presupuesto? , o ¿acaso tendrá algo que ver con la regulación de la riqueza a obtener por los cuentapropistas, tal y como quedó reflejado en la versión final de la Conceptualización del Modelo Económico y Social?
De momento, no debemos olvidar que en esa propia sesión de la Asamblea Nacional, el señor Marino Murillo, en lo que podríamos considerar el capítulo inicial del combate contra la riqueza lícita, informó que en lo adelante no se permitirá que los cuentapropistas posean más de una licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia.
A todo lo anterior se añade el hecho de que no acaba de reanudarse la entrega de nuevas licencias para las actividades de elaborador-vendedor de alimentos, transportista de pasajeros, y arrendadores de viviendas, habitaciones y espacios. Son muchas las personas que aguardan por esos permisos, sin que hasta el momento se dé una fecha por parte de las autoridades.
Y mientras tanto, continúa la obsesión de los gobernantes por mantener bajo control a los trabajadores por cuenta propia. Durante la reciente celebración del 104 Pleno del Consejo Nacional de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC) –momento en que se dio a conocer la convocatoria para el XXI congreso de esa organización–, el vicepresidente del Consejo de Estado, Salvador Valdés Mesa, al referirse al más de medio millón de trabajadores del sector no estatal, apuntó que “hay que motivarlos para que se afilien a la CTC, y en el caso de los jóvenes para que también integren las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas” (“Trabajadores cubanos capeando todo temporal”, en periódico Juventud Rebelde, edición del 28 de enero).
A propósito, ¿qué podrán esperar los trabajadores por cuenta propia de ese XXI Congreso? Pues, en realidad, no deben esperar mucho. Al margen del citado afán por sindicalizarlos, la referida convocatoria apenas menciona alguna gestión para apoyar su trabajo.