Al arresto el viernes del reportero de Palenque Visión Manuel A. de León Velázquez se suma a las detenciones de Roberto Quiñones y amenazas contra Rafael Gordo y Juannier Rodríguez Matos.
Luis Felipe Rojas | Oficiales de la policía política arrestaron en la tarde del viernes al periodista independiente Manuel Alejandro de León Velázquez, reportero de Palenque Visión (PV), y al opositor Alexander Rodríguez Santiesteban.
En entrevista con Radio Martí, el coordinador de PV, Rolando Rodríguez Lobaina, informó que tanto León -colaborador de Diario de Cuba- como Rodríguez Santiesteban habían sido detenidos en la localidad de Guaro, municipio de Mayarí, en la provincia Holguín.
Al momento de elaborar esta nota, ninguno de los dos había sido liberado.
El arresto del opositor y el periodista independiente se suma a los del reportero Eider Frómeta Allen, en la ciudad de Guantánamo, dijo Lobaina, y agregó que es parte del ataque de la Seguridad del Estado a la prensa no oficialista en Cuba.
La semana pasada “se efectuó un ataque violento por parte de los paramilitares a un reportero en la calle, el caso de Frómeta Allen”, explicó Rodríguez Lobaina.
Allen denunció al salir de su arresto que le fueron confiscados una cámara fotográfica modelo 4K y otros medios de trabajo, además de recibir una fuerte golpiza y ser amenazado con que lo llevarán a la cárcel.
«Me amenazaron de muerte, con golpearme, encarcelarme»
Otro caso citado por Lobaina es el del joven católico, y biólogo de profesión, Juannier Rodríguez Matos, a quien en una medida que es modus operandi de las fuerzas represivas, le impiden salir de Baracoa, su municipio de residencia.
Rodríguez Matos laboró como uno de los principales reporteros de PV desde sus inicios hasta el año 2016, ha sido arrestado en diversas ocasiones y devuelto a su localidad de origen, tal como ha dicho a Radio Martí luego de ser liberado.
La medida impuesta contra Matos, asegura, no está ni dictada ni firmada por ningún juez, lo que constituye un acto arbitrario por parte de las autoridades.
“Tiene una cláusula por el (Ministerio del Interior) MININT que no le permiten salir del municipio”, concluyó Lobaina.
Al ser liberado Rodríguez Matos envió una nota explicativa para presentar un video en el que ofrece detalles de todo lo ocurrido.
“Lamentablemente en el día de ayer fui objeto de una detención arbitraria por parte de la Seguridad del Estado en Cuba y me prohíben la salida del municipio, mi foto está en los puntos de control del país y si intento salir pues me detiene la policía. (…) Me amenazaron de muerte, con golpearme, encarcelarme, etc.”, añadió Rodríguez Matos.
¿Preludio de otra Primavera Negra?
En el mismo orden de amenazas, el periodista Rafael Gordo Núñez, que escribe para la revista independiente, Tremenda Nota, fue amenazado por agentes de la Seguridad del Estado con ser encarcelado «hasta 30 años», durante un interrogatorio que se efectuó en un sitio apartado en Camagüey.
Según estipula el código penal cubano, una sanción de tal envergadura solo podría ser usada si la persona viola la Ley 88, más conocida como Ley Mordaza, que no se aplica en la isla desde la fatídica Primavera Negra, en 2003. Entonces el régimen castrista llevó a la cárcel a 75 opositores, entre los que se contaban unas dos decenas de periodistas independientes.
Gordo Núñez relató al portal Diario de Cuba que lo citaron en Inmigración, pero al llegar lo montaron en un auto y lo llevaron hasta un punto entre Sibanicú y Vertientes.
Los agentes de la Seguridad del Estado le presentaron correos, grabaciones de audio, conversaciones privadas, imágenes que -según ellos- resultan pruebas que podrían condenarlo entre cinco y 30 años por colaborar con las que consideran organizaciones «contrarrevolucionarias y disidentes”.
Algo similar, en el orden de amenazas, ocurrió en Guantánamo con el periodista y abogado abogado independiente Roberto de Jesús Quiñones Haces.
A Quiñones, asiduo colaborador de Cubanet, le allanaron la vivienda, lo arrestaron con las manos esposadas a la espalda y además de materiales de construcción le confiscaron sus equipos de trabajo, dinero y artículos personales de sus esposa, no relacionada con su labor periodística.
«Los interrogadores señalaron a Quiñones como “un contrarrevolucionario”, el epíteto preferido para acusar a quienes se oponen al régimen castrista.
Los oficiales, según explicó el periodista y abogado a Radio Martí, le aseguraron “que a partir de ahora” iba a sentir “lo que es la represión con más fuerzas”.
“En fin, las mismas amenazas de siempre”, concluyó el comunicador.