Tal vez esa sería la única manera en que Cuba pudiese aumentar sus exportaciones de bienes y servicios a Vietnam.
La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – Al dejar inaugurada recientemente en La Habana la XXXVI Sesión de la Comisión Intergubernamental cubano-vietnamita para la colaboración económica y científico-técnica, el ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, al referirse a las relaciones comerciales entre ambos países, y rebosante de optimismo, afirmó que “la aspiración es alcanzar en los próximos años un intercambio comercial de más de 500 millones de dólares, aunque para ello es necesario incrementar las exportaciones cubanas de bienes y servicios”, según el Granma en su edición del 30 de noviembre.
En primer término, el ministro menciona una cifra que no es fácil de alcanzar, pues solo los principales socios comerciales de la isla (Venezuela, China, España y Canadá) pudieron sobrepasar ese monto en el 2017. Por otra parte, hay que considerar que, en el propio lapso, el intercambio comercial entre Cuba y Vietnam –según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) – ascendió solamente a 286 millones de pesos. Es decir, que habría que duplicar la cifra para que se cumpla el deseo de Malmierca.
Y no haría falta que lo dijese el ministro para imaginar que los gobernantes cubanos aspiran a incrementar el comercio con la nación indochina mediante un incremento de las exportaciones de la Isla. Además de la obsesión de sustituir importaciones, las autoridades cubanas deben de estar ansiosas por elevar sus ventas a Vietnam, pues hasta el momento han sido muy bajas.
De los mencionados 286 millones de pesos de intercambio entre ambos países en el 2017, el 98% correspondió a las ventas de Vietnam a Cuba; una muestra de lo poco que la maltrecha economía cubana tiene para ofrecer a su contraparte vietnamita. Todo en el contexto de la debacle que han experimentado las exportaciones cubanas de mercancías en el sexenio 2012-2017. Según la propia ONEI, de un total de 5 mil 577 millones de pesos exportados al inicio del sexenio, la cifra se redujo a 2 mil 402 millones en 2017. O sea, una reducción de casi el 57%.
Y los datos que se anuncian para el cierre del actual 2018 tampoco están en sintonía con los anhelos del señor Malmierca. Durante la más reciente reunión del Consejo de Ministros, el titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, dio a conocer que se incumplía el plan de ingresos por exportaciones en el turismo, la producción azucarera y los servicios médicos.
Entonces, si el panorama se presenta de esa manera, ¿con qué contaría el gobierno cubano para incrementar las exportaciones de bienes y servicios a Vietnam? Por supuesto que no sería aventurado pensar en echarle mano a esta apreciable cantidad de médicos que ahora regresan de Brasil, pues los bienes tradicionales de exportación de la isla siguen de mal en peor.
No son pocos los cubanos de a pie que imaginan que la vuelta a Cuba de tantos galenos podría aliviar la escasez de esos profesionales que se aprecia en policlínicos, hospitales y otros centros asistenciales. Una escasez que en ocasiones conlleva a que los turnos para ciertas especialidades médicas tarden hasta dos meses en hacerse realidad.
Sin embargo, es probable que muchos de esos médicos partan nuevamente a otras latitudes. Esta vez, quizás, a las selvas y aldeas de Indochina.