JMF: ¿Qué es ASIC?
Iván Hernández Carrillo: La Asociación Sindical Independiente de Cuba es una organización sindical, gremial independiente a la tutela del actual régimen, y abanderada de las luchas por las aspiraciones reivindicativas a favor de la clase obrera cubana.
JMF: ¿Es oficial o clandestina?
Iván Hernández Carrillo: Nuestro gremio no es oficial porque el régimen no lo ha dispuesto, a pesar de nuestra insistencia para ser reconocido ante el registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia desde el año 2016. Año tras año hemos presentado ante estas oficinas los documentos legales necesarios solicitándoles nuestro reconocimiento y lo único que hemos recibido como respuesta es más represión con ataques, hostigamientos, y persecución, con detenciones, agresiones, y despidos a sindicalistas independientes de sus puestos de trabajo, así como otros actos de discriminación antisindical.
El año pasado el Comité de Libertad Sindical de la OIT le pidió al régimen que garantizara el reconocimiento de la ASIC, así como su libre funcionamiento de conformidad con los principios de la libertad sindical, y bueno, no hay oficialmente respuesta. Por tanto, tampoco nos consideramos ilegales, porque aunque no tenemos el permiso para actuar trabajamos públicamente con la libertad y los derechos que nos asisten a la luz del día.
El régimen sólo reconoce a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) como oficialista, pero a un precio altísimo que nosotros no estamos dispuestos a negociar. Ellos, sus dirigentes, responden tácitamente a los mandatos del régimen con preponderancia, son miembros además del Partido Comunista de Cuba (PCC) y tienen un marcado compromiso político con el gobierno y no con los trabajadores como en principio tiene que ser.
JMF: Un régimen como el cubano, del proletariado, ¿necesita que alguien defienda a los trabajadores?
Iván Hernández Carrillo: Un régimen que se autotitula “del proletariado”, es tan absurda la afirmación como el concepto mismo, pero que tiene además una base desprotegida total. Hoy en día nos encontramos con los trabajadores, y cuando conversamos con ellos de sus labores parecen que cargan con una pesada cruz el trabajo que realizan, y las relaciones humanas con sus compañeros y sus patronos no son gratificantes; no logran satisfacer, por lo menos en parte, sus expectativas como personas.
Desde aquí comienzan los problemas, los trabajadores cubanos necesitan no sólo quién los defienda sino también quien los represente. Muchísimos casos llegan a nosotros para que los representemos luego de agotar todos los medios posibles, incluyendo a los propios organismos del Estado y no sólo a los sindicatos oficialistas, quienes, según nos explican, se confabulan con la administración integrada por personas que responden a los intereses del propio Gobierno.
Por ejemplo, entre el año 2009 y el 2014, el régimen echó a la calle a más de 1 millón de trabajadores con la complicidad de la CTC, quien formaba parte de los que daban el visto bueno de quién se iba y quién se quedaba. No se puede ser juez y parte a la vez, esos despidos formaban parte de una estrategia con el fin de acabar con una serie de errores y tendencias negativas que se arrastraban desde hacía muchísimos años pero que bien asimiladas hasta caer en la crisis económica en que estamos envueltos desde el desplome del campo socialista, sin una recuperación verdadera.
Los trabajadores han tenido que sufrir las consecuencias del deterioro económico agravado. Esto significa aumento de los precios de los productos de primera necesidad frente a un salario de miseria que reciben y que apenas les alcanza para sobrevivir. El régimen abusa de los trabajadores al coartarles sus derechos, no se les permite crear sindicatos independientes, no tienen derecho a la huelga ni a la negociación colectiva, Convenios de la OIT defendidos por el propio régimen en organismos internacionales, firmados y ratificados pero violados abiertamente. Entonces el gobierno no necesita que lo defiendan, son los trabajadores los que necesitan defensa ante este cúmulo de arbitrariedades. Los trabajadores cubanos lo que necesitan es recuperar esa mística del trabajo que los motive desde adentro, que los fecunde con energía creadora, que los libere con espacios cada vez mayores de participación sindical y laboral.
JMF: Como sindicalista independiente, ¿tienes libertad de movimiento?
Iván Hernández Carrillo: En verdad no tenemos libertad de movimiento porque no se nos permite trabajar sin ser perseguidos, lo cual implica ir a la cárcel en el peor de los casos. La policía política secreta trata de impedir todas las reuniones cercando los lugares de reunión e impidiendo que se efectúen.
Recientemente, tres sindicalistas independientes que estaban invitados a Colombia a recibir un seminario de capacitación sindical acerca de las Normas Internacionales del Trabajo en el Instituto Nacional de Estudios Sociales fueron impedidos de viajar. Las autoridades de Inmigración y Extranjería del aeropuerto Internacional José Martí de La Habana les dijeron que no podrían viajar alegando que estaban “regulados”. Al día siguiente fueron citados e interrogados por la policía política dos de ellos, y el agente que los interrogó les dijo tajantemente que no le permitirían viajar al exterior a eventos sindicales a los que catalogó como contrarrevolucionarios.
A Alejandro Sánchez Zaldívar el vice-secretario general de la ASIC, tampoco se le permite salir de la Isla, y una veintena de sindicalistas independientes han sido objeto de este tipo de chantaje político que viola nuestros derechos más elementales y básicos. En mi caso el régimen tampoco me permite salir del país, en respuesta a invitaciones que me han sido formuladas a eventos sindicales internacionales. Lo que dice que nuestros derechos humanos y sindicales de libertad de movimiento están profundamente atados por el régimen.
JMF: Y eso sin Castro vivo. ¿Es más democrática Cuba ahora?
Iván Hernández Carrillo: Evidentemente no, la desaparición física del dictador Fidel Castro y la supuesta retirada del poder de Raúl Castro, su hermano, no representa mejoría alguna. En este sentido las principales libertades políticas y democráticas siguen secuestradas en manos de un grupo de facinerosos que se treparon en el poder en el año 1959 a través de las armas y la fuerza.
Hace poco, a contrapelo aprobaron una farsa de Constitución que no los hace más democráticos sino más totalitarios. Una Constitución hecha sin una Asamblea Constituyente y aprobada a primera instancia por una pseudo Asamblea Nacional o Parlamento que se limitó solo a apoyarla por unanimidad. Y luego, la peor puesta en escena que se haya visto en teatro alguno, un Referéndum Constitucional que nació muerto porque carecía de constitucionalidad y de democracia. Al final, el régimen dijo y publicó a través de sus medios de sus medios de prensa controlados que el documento fue refrendado por el pueblo, en efecto, pero infelizmente cuando las personas hacen una cosa y piensan otra. Cuando actúan por fuera distinto a cómo sienten por dentro.
Cuando la doble moral nos inclina a representar algo en lo que no creemos, eso indica que algo muy malo está pasando en nosotros y a nuestro alrededor. Cuando esto ocurre nos sobreviene una profunda tristeza que es lo que estamos experimentando como pueblo.
JMF: La dictadura cubana es la madre de las de Venezuela, Nicaragua…
Iván Hernández Carrillo: La dictadura cubana es el eje del mal no sólo de América Latina sino también del mundo. Durante décadas trató de exportar modelos de regímenes como éste al Africa, América Latina y al Medio Oriente, apoyando guerrillas y enviando ejércitos y armas de todo tipo a esas regiones. Ahora mismo nos avergüenza cómo fomentan una dictadura como la que dirige Nicolás Maduro. Estamos convencidos que la apoya no sólo en la arena internacional sino también con militares a quienes entrenan en el arte de matar. Tenemos informaciones creíbles de que el régimen cubano tiene en Nicaragua y en Venezuela militares al servicio de estas dictaduras, pero además prepara ejércitos en la Isla para llevarlo a combatir a estos países si fuera necesario. Es decir, el régimen de La Habana no ha abandonado su misión usurpadora y guerrista que tanta muerte ha sembrado en el mundo.
Pienso que el fin de estas dictaduras llegará más temprano que tarde, para que esos pueblos no tengan que sufrir por más tiempo lo que están padeciendo. El régimen cubano es una dictadura brutal que encarcela, reprime y tiene en su haber el cargo de miles de decenas de fusilados y desaparecidos a lo largo de estos últimos 60 años. Una estela que también han dejado Daniel Ortega y Nicolás Maduro de Nicaragua y Venezuela en sus países.
JMF: ¿Sirvió para algo positivo la estrategia de Obama?
Iván Hernández Carrillo: La estrategia de Obama sirvió para afianzar aún más al régimen en el poder. A tres años de su visita a la Isla la situación no ha cambiado, o mejor dicho ha cambiado para peor; tenemos más presos políticos que cuando Obama nos visitó. La represión ha aumentado y el régimen no da señales de que tiene la más mínima voluntad política para emprender verdaderas reformas que nos permita salir de la actual crisis económica, política y social en que nos encontramos.
Los frutos que esperábamos después de aquella visita dependían de nosotros, de lo que fuésemos capaces de hacer, de reconciliarnos, de buscar estrategias para salir de esta agobiante situación, pero no fue así. Tampoco hace falta más tiempo para demostrar en la práctica que el régimen no tiene la voluntad de respeto y tolerancia hacia los criterios diversos. No caben dudas que la visita de Obama fue beneficiosa para el régimen y desfavorable para los demócratas cubanos que se llevaron la peor parte, la represión.
JMF: ¿Qué esperas de España?
Iván Hernández Carrillo: Con España nos unen lazos históricos inquebrantables, reconocemos la labor del Gobierno español en aras del mejoramiento de la situación de los Derechos Humanos en la Isla. Sabemos que existe la voluntad de avanzar, y no me canso por lo largo que ha resultado ser el camino. Tampoco me asusta porque éste se ensanche, situación que tiende a confundir, por ejemplo, y me refiero básicamente al mejoramiento de las relaciones en todos los órdenes con el régimen cubano. En lo personal no me disgusta que tomen un camino, un ritmo y un paso diferente al que deseo, pero estoy seguro de que con paciencia y madurez política nos acercamos más a lo que esperamos de España. Precisamente porque España ama a Cuba, ha permanecido aquí, porque la ama ha sufrido incomprensiones de todas partes, y porque la ama es que cree en el camino del diálogo.
JMF: Mil gracias Iván, un abrazo y toda mi consideración.
Iván Hernández Carrillo: ¡Gracias a ti! Estoy aquí a sus órdenes. Otro abrazo.