Declaración | 17 de mayo de 2014 – La OIT reafirma su compromiso de promover el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, independientemente de su orientación sexual o su identidad de género. El trabajo decente solo puede existir en condiciones de libertad y dignidad e implica fomentar la inclusión y la diversidad. Nos obliga a luchar contra toda forma de estigmatización y discriminación. Hoy llamamos la atención sobre el pérfido papel que desempeñan la homofobia y la transfobia en el fomento de la discriminación e instamos a que se adopten medidas concretas para eliminarla.
Sin duda se han registrado avances en los últimos años en el reconocimiento de los derechos humanos, incluidos los derechos laborales, de personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT). Cada vez son más los países que han adoptado leyes que prohíben la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género. Sin embargo, en 78 países las personas LGBT aún corren riesgo de ir a prisión y, lo que es peor, como consecuencia de leyes que penalizan la homosexualidad. Es preciso reformar estas leyes para que se elimine la discriminación en el trabajo y se respete el derecho a la igualdad.
Incluso en los casos en que la legislación vigente protege sus derechos, la realidad es que muchos trabajadores y trabajadoras LGBT aún son víctimas de una fuerte discriminación en el trabajo. Un estudio realizado recientemente por la OIT confirma que la discriminación contra trabajadores y trabajadoras LGBT, incluido el acoso, continúa siendo una práctica habitual que comienza en la etapa de escolarización y continúa durante toda la vida profesional. Debemos poner fin a la estigmatización y la discriminación.
El estudio muestra que la discriminación, el acoso y la exclusión del mercado de trabajo a menudo son consecuencia de prejuicios acerca del comportamiento que se espera de los hombres y las mujeres. Las mujeres que son consideradas “masculinas” y los hombres que son considerados “femeninos” en su comportamiento o apariencia sufren discriminación debido a su supuesta orientación sexual. Ya sea real o supuesta, la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género ensombrece la vida laboral de las personas.
Para las personas transgénero, el panorama es especialmente desalentador, ya que suelen ser víctimas de las formas más graves de discriminación en el lugar de trabajo. Esto se manifiesta de diferentes maneras, como la incapacidad de obtener documentos de identidad, la reticencia de los empleadores a aceptar su nuevo sexo, o la mayor vulnerabilidad al acoso por parte de sus compañeros de trabajo, entre otras. Los trabajadores transgénero corren el riesgo de ser excluidos por completo del mercado de trabajo formal.
La amenaza de sufrir discriminación hace que la mayoría de los trabajadores y las trabajadoras LGBT oculten su orientación sexual o su identidad de género en el trabajo. Esta situación puede provocar una profunda angustia y, por consiguiente, afectar la productividad. Los trabajadores y las trabajadoras LGBT tienden a concentrarse en sectores en los que el ambiente de trabajo les permite expresarse abiertamente. Esto limita sus posibilidades de empleo y constituye una forma de segregación profesional.
Es preciso adoptar políticas no solo a nivel nacional, sino también en el lugar de trabajo, para proteger y promover los derechos de los trabajadores y las trabajadoras LGBT. Resulta alentador comprobar que cada vez más lugares de trabajo aplican este tipo de medidas, generalmente como parte de políticas más amplias de igualdad y diversidad. Las políticas y los programas nacionales y sectoriales sobre el VIH y el sida en el lugar de trabajo también pueden ser catalizadores importantes de este tipo de iniciativas, que es necesario apoyar. También en este aspecto, las organizaciones de empleadores y de trabajadores son agentes fundamentales del cambio y la OIT está comprometida a asumir el papel que le corresponde.
En el período previo a la agenda mundial para el desarrollo después de 2015 , cuando la necesidad de resolver las desigualdades es una preocupación fundamental, ya es hora de que respetemos el principio de igualdad y de no discriminación y actuemos de manera decisiva para garantizar que los trabajadores y las trabajadoras LGBT (y que todos los trabajadores y las trabajadoras) puedan trabajar y vivir con libertad y dignidad.