Muchos trabajadores de la gastronomía en el municipio seguirán sin cobrar mientras no se atrevan a reclamar sus derechos laborales
LA HABANA, Cuba (Víctor Manuel Domínguez / CN) Las nuevas medidas de reordenamiento en busca de productividad y eficiencia de la gastronomía en Centro Habana han generado el caos entre los trabajadores del sector en ese municipio capitalino. El bajo presupuesto otorgado al gobierno local, el traspaso a otros sectores estatales, la entrega a cooperativas privadas y el cierre de varios de sus establecimientos causan perjuicios en el empleo y salario de sus afiliados.
La tan cacareada independencia financiera de las intendencias municipales del gobierno central es pura letra mojada y trapo sucio al aire en Centro Habana. La falta de liquidez monetaria del gobierno local para resolver la cadena de impagos entre las propias dependencias gubernamentales tienen a la dirección de la gastronomía del territorio sin teléfono ni electricidad desde hace dos meses por no pagar estos servicios a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) y a la Unidad Básica Eléctrica (OBE).
De igual forma, y por similar causa financiera, los trámites del traspaso de unidades gastronómicas como El Toldito y El Almirante, ubicadas en el boulevard de San Rafael, a Hoteles de Lujo o el paso de El Soda —Zanja y Galiano— a cooperativa privada han obligado a reducir plantillas y enviar a muchos trabajadores para el hogar con el 60 por ciento de sus salarios, remuneración que no reciben desde diciembre al igual que los vinculados.
Según una fuente que labora en la Dirección Municipal de Comercio (Carlos III y Marqués González No. 406) que prefirió no identificarse, varios trabajadores de la pizzería El Italiano (Carlos III e Infanta) que fueron a la sede de la CTC provincial a preguntar las razones por las que hace dos meses no cobran sus salarios fueron separados de la unidad y enviados a sus casas al 60% luego de que les dijeran que no había dinero.
También la falta de suministro de productos e insumos por no tener dinero para pagar a los proveedores del propio Estado han obligado a cerrar casi todas las unidades del Sistema de Atención Familiar (SAF) en Centro Habana, o convertirlos en viviendas para no se sabe quien. Todos los viejecitos y otras personas vulnerables inscriptas en los SAF de los consejos populares de Dragones, Los Sitios, Cayo Hueso y Pueblo Nuevo, entre otros, presuntamente recibirán atención en el Centro Comunitarios de Salud Mental.
Pero, en la realidad, el discurso oficial no juega con el billete que pone la croqueta sobre la mesa de los trabajadores y los viejitos, es decir, del pueblo. Ese mucho tren con las nuevas medidas, las Mipymes y la Empresa Estatal Socialista no son más que patadas de ahogado del régimen que asfixian al pueblo mientras el poder flota en salvavidas.
Los trabajadores de la gastronomía seguirán sin cobrar mientras no se atrevan a realizar una huelga o una marcha colectiva en reclamo de sus derechos y los más vulnerables morirán soñando con una mejoría. Más allá de la propaganda gubernamental, que llama reordenamiento al caos, y mejora o prosperidad a ir a la deriva, todo resulta mentira. Festejos de la cúpula sindicalera en la televisión por el Día del Gastronómico en la Isla. Entrega de Diplomas de Colectivos Cumplidores, medallas de Héroes del Trabajo y Banderas de Proeza Laboral. Todo eso no es más que una vulgar humillación a un sector destruido por el