Los días previos al desfile, periodistas y activistas cubanos fueron citados, interrogados y amenazados por las fuerzas represivas del régimen.
La Habana – En un intento de mostrar apoyo popular, el régimen cubano organizó un desfile multitudinario este Primero de Mayo en conmemoración por el Día Internacional de los Trabajadores, como realiza usualmente, pero no en los dos últimos años debido a la pandemia del Covid-19.
Los participantes comenzaron a desfilar a las 07:00AM por cerca de tres horas, con música cubana y arengas alusivas a la fecha a gran volumen por la megafonía, pasando frente a la tribuna de autoridades, encabezada por Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, reportó la agencia EFE.
Raúl Castro, que tiene ya una limitada actividad pública pero mantiene su poder, presenció el desfile desde la tribuna, saludó en repetidas ocasiones al público y departió con las autoridades a su alrededor.
Los primeros en atravesar la Plaza de la Revolución fueron médicos y científicos cubanos responsables de desarrollar las vacunas locales contra el Covid-19, a los que se dedicó especialmente el desfile.
Les siguieron grupos de empleados de todos los ministerios, instituciones y empresas del Estado, desde el Banco Central y el Tribunal Supremo hasta el monopolio de telecomunicaciones ETECSA, cada colectivo portando una pancarta con el nombre de su centro de trabajo.
Además, muchas personas llevaban banderas cubanas y pancartas con lemas como «¡Vamos con todo!» y «Patria o muerte», imágenes de Fidel Castro, José Martí, Díaz-Canel, Ernesto «Che» Guevara y Camilo Cienfuegos, y críticas a EEUU por el embargo.
La marcha estuvo organizada por la estatal Central Trabajadores de Cuba (CTC) y, como es habitual, se replicó en las principales ciudades del país.
En el desfile participaron también más de 1.000 delegados internacionales de 60 países y representantes de 219 organizaciones y asociaciones, según informó el Gobierno.
Antes de arrancar el desfile, el secretario general de la CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento, afirmó que el contexto internacional es «complejo y desafiante» y culpó al embargo estadounidense del «desabastecimiento (de productos básicos) y la inflación» existente en la Isla, que atraviesa una grave crisis económica.
Los días previos al desfile estuvieron marcados por las amenazas e interrogatorios policiales a periodistas y activistas cubanos con el propósito de que no salieran de sus viviendas este domingo. Al menos cuatro colaboradores de DIARIO DE CUBA fueron amenazados durante la semana.
Durante el día numerosos miembros de la oposición y la sociedad civil cubana hicieron constar la presencia de agentes policiales y de la Seguridad del Estado en los alrededores de sus viviendas para impedirles salir.
Mientras tanto, la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) rechazó la marcha y pidió a los ciudadanos no desfilar mediante un comunicado emitido este domingo al que tuvo acceso DIARIO DE CUBA.
Los integrantes de la organización independiente denunciaron que desde la llegada al poder de Fidel Castro «desapareció la característica imagen del trabajador ese día alzando carteles con demandas obreras», los cuales fueron «sustituidos por otros de elogios al régimen».
En los días previos al desfile se popularizaron en las redes sociales caricaturas con las letras DPEPDPE, acrónimo de la frase «de pinga el país de pinga este», lo que provocó el nerviosismo del régimen por temor a que aparecieran impresos en prendas de vestir durante la conmemoración.