Guanabo, Cuba | Cuba Sindical Press – Agentes de la Policía Nacional allanaron la vivienda y el negocio privado del trabajador informal Maikel López Sotomayor, en el reparto Caridad Méndez, en la ciudad de Camagüey, en la mañana del 15 de septiembre, y en forma violenta se lo llevaron arrestado a la Primera Estación de la localidad, según denunció el trabajador a la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC). Posteriormente, en su ausencia, pero en presencia de su padre de 82 años, efectuaron un registro y ocuparon la totalidad de mercancías y medios de trabajo.
López Sotomayor, comerciante minorista de productos agropecuarios, añade que cuando irrumpieron en su vivienda y puesto de venta se encontraba un cliente, a quien acusan de ser su empleado y quien resultó multado.
Una vez en la unidad policial, los agentes levantaron un acta para constar el decomiso de 2 quintales de frijoles negros, 70 libras de papas, 50 libras de boniato, 82 libras de carne de cerdo, 4 latas de puré de tomate y 1 pesa (balanza).
“Firmamos el acta de decomiso, pero cuando pido al Mayor que me entregue copia se negó, lo que constituye una ilegalidad. También es ilegal que hayan hecho el registro en mi ausencia y que pongan como ayudante a una persona que no lo es. Las mercancías ocupadas fueron adquiridas legalmente y si no poseo licencia comercial es porque la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (Onat) se niega a reintegrármela. Esta situación no es nueva y tiene su trasfondo político”, expresó Maikel, quien es miembro de la organización opositora Unpacu (Unión Patriótica de Cuba), y ha sufrido cárcel por su activismo.
“Cumplí dos años en la prisión Cerámica Roja, de Camagüey por una causa falsa preparada. Al salir me dirigí a la Onat para recuperar mi licencia como trabajador por cuenta propia y me dijeron que no tengo derecho a ejercer el trabajo por cuenta propia. Insisto, pero nada”, aclaró.
López recuerda que días atrás fue citado por la jueza de Ejecución Oslaida al Tribunal Provincial, quien le advirtió que si no cerraba de inmediato su negocio sería llevado a la cárcel. Los oficiales de la Seguridad del Estado “Kevin” y “Maykel”, quienes en el pasado le han propuesto colaborar con ellos, “me abordaron a la salida del tribunal con palabras amenazadoras: ¡Vas a tener que venir a hablar con nosotros!”