JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana (DDC) – «Tener un bicitaxi es prácticamente un delito en La Habana», se queja Abelito, un joven de 28 años que desde hace cinco es dueño y conductor de uno de esos vehículos.
Más de una treintena de conductores de bicitaxis entrevistados coincidieron en que esta actividad privada es una de las más hostigadas por la Policía y los inspectores de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT).
«Más del 90% del hostigamiento contra los bicitaxis viene de los policías, que se comportan como los dueños de las calles. Son policías y también actúan como agentes del tránsito, como inspectores, y violan las leyes o las aplican según su interpretación personal», fustigó Abelito.
A mediados de diciembre pasado, dice, un agente del orden público desatendió un altercado callejero para multarlo con 700 pesos por sacar su bicitaxi del parqueo y, a pie, enrumbar hacia Galiano, una de las avenidas en las cuales trabaja. Asegura que el agente le dijo que podían «arreglarse» por 300 pesos.
Pero la corrupción policial no es la única fuente de arbitrariedades y hostigamiento contra quienes brindan servicio de «transporte de pasajeros con tracción humana»: los los bicitaxistas. En medio de la crisis del transporte urbano en la Isla, las disposiciones, reglamentos y resoluciones también asfixian al sector privado.
«Las multas nos llueven porque son muchas las restricciones para la circulación de un bicitaxi. No podemos salirnos de un límite que es absurdo, si en definitiva quienes damos pedales somos nosotros», explicó Andrés David Fuentes, bicitaxista de Centro Habana.
«No nos afecta tanto el impuesto como las multas arbitrarias, que casi nunca tienen razón y son por los timbales de algún policía o de un inspector», dijo Fuentes.
«Por cualquier motivo te multan con 700 o 1.000 pesos, o te amenazan con decomisarte el bicitaxi o retirarte la licencia», ahondó Fuentes.
Registrados en la categoría «actividades del régimen simplificado de tributación, cuotas consolidadas mínimas mensuales», los conductores de bicitaxi pagan una cuota mínima mensual de 60 pesos de impuesto sobre los ingresos personales, más los impuestos derivados de la licencia, parqueo y mantenimiento del triciclo.
«A eso añade las multas. No conozco a un solo bicitaxista que al menos una vez al mes no tenga que pagar una o sobornar a un inspector, a un policía o a ambos», denunció Lázaro Torres, dueño y conductor de un bicitaxi que hace piquera en Manrique y Reina.
«Nuestro trabajo consiste más en esquivar policías e inspectores que en transportar personas», añade.
«Ni siquiera con licencia la Policía te deja en paz»
Para los bicitaxistas consultados, todos con licencia operativa, no son de extrañar las recientes destituciones de los titulares de Finanzas y Precios, y de Transporte, Lina Pedraza y Adel Yzquierdo, respectivamente.
Estas serían las primeras destituciones de Miguel Díaz-Canel desde su designación el pasado 19 de abril.
«Esos ‘tronazos’ son para lavar la cara de la situación actual del transporte y de las incesantes restricciones contra el sector privado», opinó Luisa, trabajadora de la ONAT en La Habana. A su juicio, la mayoría de las irregularidades que cometen los bicitaxistas es resultado de la «camisa de fuerza» que les han impuesto.
«El radio de circulación de un bicitaxi es tan restringido que para ellos es difícil salvar el día, pues qué cubano de a pie paga por que lo lleven diez cuadras, a menos que lleve mucha carga encima por compras en los mercados. Deberían poder circular por toda La Habana», añadió Luisa.
El transporte en bicitaxi es considerado un «servicio municipal», restringido a los límites de un territorio determinado. Esto, dicen los afectados, facilita aún más las «operaciones» a policías e inspectores.
«Te conocen, saben hasta donde vives. A mí me han cogido saliendo de mi casa, me piden el carnet, la licencia, los papeles del triciclo. Me han cuestionado hasta de dónde saco las piezas para repararlo, y no contamos con ninguna institución judicial para reclamar nuestros derechos y contra el abuso», dijo el bicitaxista Maikel Ascuy.
«Hacerte de un triciclo nunca será en menos de 500CUC, y si tienes suerte. Una inversión grandísima si tienes en cuenta que en este país la caña está a tres trozos y va a peor. Después están las piezas, que la mayoría tienes que mandarla a hacer, las gomas, el tapizado que te exigen como requisito. Quien crea que es fácil hacerse de un triciclo y bicitaxear está comiendo mierda», detalló Ascuy.
A mediados de abril de 2016, un grupo de bicitaxistas desfiló hacia la Plaza de la Revolución en protesta por el hostigamiento de la Policía, los inspectores de la ONAT y las altas multas impuestas a consecuencia de las interpretaciones personales de las leyes por ambas autoridades.
Recientemente en el programa Mesa Redonda, de la televisión estatal, el presidente de la Corte Suprema Popular, Rubén Remigio Ferro, se refirió a supuestos cambios en el sistema judicial en la Isla. Cambios que para el abogado independiente Julio Ferrer Tamayo no tienen sentido, porque la disfuncionalidad del sistema judicial cubano obedece a que «los militares son los que deciden».