Los autores del informe sobre la libertad en el mundo tienen razones justificadas para mantener a Cuba bajo el escrutinio.
Pittsburgh (Sindical Press) – La falta de libertad en Cuba no deja de tener eco. El arsenal de instrumentos jurídicos, acciones violentas y toda una caterva de maniobras delincuenciales y rejuegos maquiavélicos desde el Estado contra la población, ha sido el motivo para que la organización Freedom House, en su informe número 18 sobre la libertad alrededor del mundo, haya resaltado esas prácticas al incluir a la Isla en los cuatro países de la región, donde también aparecen, Nicaragua, Venezuela y Haití, en la lista de los “no libres”.
Los regímenes autoritarios encabezados por Daniel Ortega y Nicolás Maduro están en el foco de atención a causa de las “elecciones amañadas”, Cuba por su “autoritarismo arraigado” y Haití por la sostenida inestabilidad política, la crisis humanitaria e inseguridad de larga data, hechos que explican la inoperancia de las instituciones. Realidades que también suele aparecer en las investigaciones llevadas a cabo por otras organizaciones no menos prestigiosas de derechos humanos.
Quienes elaboraron el informe de la entidad estadounidense, con sede en Washington DC y oficinas en una docena de países, cuentan con sobradas razones para mantener a Cuba en el punto de mira.
La organización Cubalex, dedicada al monitoreo de la situación de derechos humanos en la mayor de las Antillas, constató que, en el pasado mes de diciembre, ocurrieron 357 eventos represivos, considerándolo el período más represivo del año.
Los datos aportados por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), radicado en Madrid, señalaron no menos de 3830 acciones, durante 2023, protagonizadas por la policía contra los activistas pro democracia, fundamentalmente retenciones ilegales en sus viviendas, arrestos arbitrarios, amenazas, multas, corte del servicio telefónico y abusos contra los prisioneros políticos.
La vulneración de los derechos sindicales y laborales de los trabajadores y el acoso constante, dirigido contra los activistas enfocados en la defensa de los mismos, se añade al profuso historial de actos contra la integridad física y psicológica de las personas que se atreven a cuestionar las políticas gubernamentales regidas por el pequeño círculo de poder, formado por militares de alta graduación y dirigentes del partido colocados en las privilegiadas filas del Buró Político y el Comité Central.
Recientemente, la Comisión de Expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), plasmó diversos cuestionamientos a los mandamases de la Isla, a partir del análisis de las denuncias enviadas por la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC). El informe sacó a la luz parte de las evidencias que confirman la naturaleza autoritaria del gobierno unipartidista.
Sería oportuno indicar que, a día de hoy, Cuba cuenta con un total de 90 mil prisioneros, de ellos 1066 por razones políticas, cifra que le asegura el segundo lugar a nivel mundial en la tasa de población carcelaria por número de habitantes, de acuerdo a la organización World Prisión Brief (WPB).
Con tales referencias, queda suficientemente justificada la pertenencia de la dictadura insular a ese nefasto apartado de países sin libertad que afecta a 56 países y 11 territorios, en su mayoría ubicados en África y Eurasia, según refiere el informe de Freedom House.
Por último, el centro de pensamiento destacó un declive mundial en los parámetros de libertad en el mundo, revelando que los conflictos armados y las amenazas de autoritarismo han provocado que habitemos en un mundo menos seguro y menos democrático.