Miami (Emilio Morales / DDC) – Ahogado por su propia incompetencia en el manejo de las finanzas y la economía del país, el régimen cubano acude nuevamente al viejo truco de asustar para robar y someter a una población que ha sido desfalcada infinidad de veces, desde que Fidel Castro llegó al poder hasta nuestros días.
Para ello, el Gobierno suspende temporalmente la aceptación de depósitos bancarios en efectivo en dólares estadounidenses. Dicha medida entrará en vigor el día 21 de junio. Los cubanos tendrán hasta el día 20 para depositar los dólares en efectivo en sus cuentas bancarias en dólares. Según el Banco Central de Cuba (BCC), a partir del 21 de junio las personas naturales y jurídicas, tanto cubanas como extranjeras, no podrán realizar depósitos o cualquier otra transacción en dólares estadounidenses en efectivo en los bancos cubanos.
La medida es una trampa para sacarle los dólares a la gente de abajo del colchón. El régimen se ha quedado sin dólares y no tiene para pagar a los pocos proveedores que quedan en la lista. Las casas de cambio (CADECAS) y los bancos no están recibiendo dólares, pues la gente prefiere venderlos en la calle a razón de 1×70 CUP. El mercado negro ha dominado la guerra del canje de moneda y ha desbordado a bancos y CADECAS, gracias a la grandiosa y oportuna Tarea Ordenamiento supuestamente implementada para sanear las finanzas del país.
En realidad, ¿qué significa esta medida? Muy sencillo: a partir del 21 de junio todos los depósitos en las cuentas en dólares tendrán que hacerse en otras divisas, una operación que pretende poner en manos del régimen millones de dólares gracias al obligatorio cambio de moneda. Cada vez que entre un depósito en una de esas cuentas, el banco se embolsillará un impuesto según la tasa de cambio que establezca para cada divisa respecto al dólar.
En otras palabras, te obligan a tener una cuenta en dólares, pero solo puedes depositar una divisa que no sea dólar, para embolsillarse la tasa de cambio que apliquen según la tarifa que imponga el Banco Central de Cuba.
De esta manera, el régimen quiere seguir estrangulando a esa diáspora cubana que envía remesas en dólares. Ahora la obligará a enviar las remesas en otra moneda y aplicará una tasa de cambio cuando se hagan los depósitos en las cuentas de los beneficiarios, que son en dólares. Con esta medida, el régimen pretende además eliminar el mercado informal de envío físico de remesas, al obligar a la diáspora a enviar los dólares de forma electrónica. En caso de que se cambiaran a euros u otra divisa y se enviaran a Cuba en efectivo, a esa otra divisa se le aplicaría el impuesto por el canje de moneda cuando se deposite en las cuentas de dólares.
En realidad, esta medida no va a traer ninguna mejora a la economía, sino todo lo contrario. El dólar se va a disparar en el mercado negro y va a sobrepasar el cambio actual, de 1USD x70 CUP. Aunque no se acepte en los bancos, el dólar seguirá mandando en el mercado negro, pues es la moneda con que los cubanos viajan al exterior a comprar insumos para venderlos posteriormente en el mercado informal.
Por otra parte, la medida va a disparar también la tasa de cambio de las otras divisas que se comercializan en el mercado negro. Por consiguiente, habrá un aumento de la inflación y una subida de precios de los productos, tanto en el mercado formal como en el informal.
El Gobierno cubano miente
La ministra del Banco Central de Cuba (BBC) expresó en su intervención en la Mesa Redonda que «la medida responde a las sanciones económicas del Gobierno de Estados Unidos a Cuba y la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, lo que significa un obstáculo para las transacciones financieras a nivel internacional».
Desde hace mucho tiempo el Gobierno cubano hace la mayoría de sus transacciones comerciales en euros u otras divisas. Solo las operaciones de envíos de remesas, los pagos de operaciones turísticas provenientes del mercado norteamericano, las compras que se realizan en efectivo a los agricultores norteamericanos y ciertas operaciones que se hacían con empresas en Panamá se hacían en dólares. El resto de las operaciones comerciales que hace el Gobierno cubano en su comercio exterior son en otras divisas. Esta medida se hizo efectiva hace muchos años, desde los tiempos en que Carlos Lage era el secretario del Consejo de Estado.
Como es sabido, más del 90% de las remesas que llegan al país provienen de EEUU, por tanto, la mayoría de las remesas que llegan a Cuba son en dólares norteamericanos. Como ya hemos explicado, el régimen cubano controla los envíos de remesas a la Isla por las vías formales a través de empresas nacionales y extranjeras que forman parte de la estructura empresarial de GAE S.A, perteneciente a las Fuerzas Armadas. Todas estas operaciones, que involucraban los envíos de remesas desde EEUU, se hacen en dólares norteamericanos. Esos dólares siempre quedan en cuentas bancarias en un tercer país y nunca son entregados en las manos de a quienes fueron enviados. En cambio, estas empresas ponían en manos de los cubanos su equivalente en pesos cubanos, los cuales no tienen ningún valor fuera del país.
En 2020, decenas de empresas cubanas pertenecientes a las Fuerzas Armadas cubanas fueron sancionadas. Entre ellas, las más importantes en el ámbito financiero fueron las empresas relacionadas con el manejo de las remesas provenientes del exterior. En este caso, FINANCIERA CIMEX S.A, AIS S.A, ambas pertenecientes al Grupo de Administración Empresarial (GAE S.A), coloquialmente conocido como GAESA.
En ese grupo también se incluye al Banco Financiero Internacional (BFI), el banco de los militares cubanos. Dicho banco es el que concentra la mayor cantidad de operaciones comerciales en divisas, y en el que las empresas extranjeras radicadas en el país tienen sus cuentas en dólares. Este es el banco que recoge los fondos de todas las operaciones de importación y exportación relacionadas con las formas de producción no estatales (cuentapropistas y Cooperativas No Agropecuarias) que se realizan a través de 36 empresas estatales especializadas en dichos menesteres.
Por tanto, es llamativo que justo seis meses después que el Gobierno cubano autorizara a la empresa RED S.A —entidad no bancaria perteneciente al BCC y que se encuentra fuera de la estructura empresarial de las Fuerzas Armadas— a tramitar los envíos de remesas a Cuba, para de esta forma solucionar el tema que impide actualmente los envíos desde EEUU, el BCC tome esta medida.
Al final del día, las remesas siguen en el limbo. GAESA continúa resistiéndose a ceder el control de las mismas y la nueva medida es la solución encontrada: por un lado, mantener los envíos en dólares exclusivamente de manera digital; por otro, forzar el depósito en físico en las cuentas de dólares en otras divisas, para sacar una ganancia por la tasa de cambio.
De esta forma, resultarán también afectadas las empresas extranjeras radicadas en la Isla, que de por sí ya sufren el corralito financiero que les impide repatriar sus ganancias en dólares. Ahora además sufrirán el defalco por la obligada tasa de cambio que se les acaba de imponer.
Conclusiones
El Gobierno cubano acaba de aplicar una medida explosiva en el complicado ámbito financiero que atraviesa el país. No solo porque irrita aún más a una población con un alto nivel de frustración —acumulado en el tiempo y exacerbado en los últimos 18 meses producto del impacto de la pandemia y de la profunda crisis económica, política y social que vive el país—, sino porque también golpea a los pocos inversores presentes en la Isla.
Este robo que se acaba de implementar es una medida perversa y abusiva que, lejos de traer mejoras a la economía, se va a convertir en un lastre que quizás llegue a desbordar la paciencia ciudadana y a iniciar una tormenta inflacionaria en un momento en que el dólar ya se cotiza a 70 CUP y el euro a 80/85 CUP en el mercado informal.
La solución que requiere la complicada situación de la economía cubana no pasa por secuestrar el dólar y las remesas y aplastar financieramente aún más a los ciudadanos, sino por liberar de una vez las fuerzas productivas, abrir el mercado a la libre empresa y permitir que los ciudadanos puedan generar riquezas libremente.
Al modelo de continuidad de Díaz-Canel y la cúpula mafiosa que le ordena se les está cerrando el círculo de la sobrevivencia, y cada nueva medida que implementan es más mediocre que la anterior. El detonante de la revolución francesa fue la subida de precio del pan a una población hambrienta, el detonante de la caída del muro de Berlín fue una orden mal dada… A este paso, da la impresión de que la metedura de pata final de la dictadura puede suceder en cualquier momento.