Lam Man-chung es el octavo directivo de Apple Daily o de empresas del grupo matriz Next Digital arrestado desde junio
(DW) La Policía de Hong Kong detuvo este miércoles (21.07.2021) a Lam Man-chung, ex director ejecutivo del recientemente disuelto Apple Daily, diario muy crítico con el Gobierno chino y objeto desde hace semanas de una operación policial en la región semiautónoma.
Según la televisión pública RTHK, Lam, de 51 años, está acusado de «conspirar para confabularse con fuerzas extranjeras», uno de los delitos cubiertos por la polémica ley de seguridad nacional que Pekín impuso en Hong Kong hace un año, para el que contempla penas hasta de cadena perpetua en los casos más graves.
El detenido es, apunta la prensa local, el octavo directivo de Apple Daily o de empresas del grupo Next Digital -su matriz- arrestado desde junio tras la operación policial contra la publicación fundada por Jimmy Lai, una de las figuras más conocidas de la oposición prodemocrática de la ciudad, actualmente encarcelado.
China cierra un diario prodemocrático de Hong Kong
El pasado 17 de junio, la unidad creada para aplicar la ley de seguridad nacional de la Policía hongkonesa llevó a cabo una redada en la sede del rotativo y detuvo a cinco directivos, acusando formalmente al editor y al director, por su implicación en la publicación de más de 30 artículos que reclamaban sanciones contra funcionarios chinos y hongkoneses por su represión de las protestas antigubernamentales de 2019.
Más tarde, las fuerzas de seguridad detuvieron a otros dos altos cargos del periódico, uno de ellos en el aeropuerto de Hong Kong cuando trataba de tomar un vuelo a Reino Unido.
La Policía congeló 18 millones de dólares de Hong Kong (2,32 millones de dólares, 1,95 millones de euros) en varias cuentas de compañías del grupo al que pertenecía Apple Daily como parte de la investigación.
La falta de fondos resultante provocó que el diario cerrase sus puertas 26 años después de su fundación tras publicar, el 24 de junio, su edición final.
El proceso judicial suscitó críticas por parte de la oposición local, de países occidentales y de organizaciones como Amnistía Internacional, que lo consideraron un nuevo «ataque» contra la libertad de prensa, mientras que tanto las autoridades hongkonesas como las chinas defendieron la actuación. jc (efe, ap)