La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press -Este año se conmemora el centenario de la fundación de la Organización Internacional del trabajo (OIT), creada el 11 de abril de 1919 por encargo de la ONU para atender los asuntos del mundo del trabajo en sus relaciones multilaterales entre gobiernos, trabajadores y empleadores.
¡Vaya, que cien años no es cualquier cosa en la vida de institución o persona para olvidar tan fácil!
Sin embargo, llama la atención la irrelevancia conmemorativa de la efeméride que dan hasta el momento la CTC y el gobierno cubano.
Razón tendrán para “olvidar”. La OIT ya no es para el régimen de La Habana la tranquila pradera por la que paseaba su Central de Trabajadores de Cuba (CTC), bajo control marxista, transformada al presente en campo de controversias entre el sindicalismo oficialista y sus antagonistas, representados por la Asociación Sindical Independiente de Cuba (Asic), que en los últimos años ha presentado en Ginebra demandas contra la CTC y al gobierno por casos de violaciones del derecho de trabajadores y pequeños empresarios y en especial por desafueros de los Convenios 87 y 95, de la OIT, que el pasado año motivó que la OIT exigiera explicaciones a los representantes de la CTC y sus controladores. Cuestionamientos que pueden calificarse como inéditos en las seis décadas de continuismo neo castrista.
Merece recordar que la OIT desempeñó un importante papel para el proletariado de la isla y su contraparte empresarial-patronal hace más de sesenta años, antes del triunfo insurreccional de 1959.
Memorable es la denuncia que presentó la CTC de entonces ante la OIT en la muy lejana fecha del 20 de diciembre de 1956 por atropellos del gobierno de la época contra el movimiento sindical y la persecución contra algunos de sus dirigentes.
También en esa fecha se denunció la violación de los Convenios 87 y 95 de la OIT que tratan sobre la Protección del derecho de libre sindicalización y del Derecho pleno de participación de los trabajadores en la aceptación y firma de los Convenios de Trabajo.
Atrae poderosamente la atención el curioso hecho que esas demandas obreras de 1956 sean en esencia las mismas que en la actualidad son puestas sobre el tapete de reclamos en las reuniones anuales de la OIT.
¡Entonces, –parece ser– pensará la CTC que sobre el centenario de la OIT es mejor ni darse por enterados!