Werlau: «El costo en vidas del Servicio Militar por seis décadas podría llegar a ser de cientos, quizás miles.»
LA HABANA, Cuba. – Entre el 31 de diciembre de 2023 y agosto de 2024, al menos cinco jóvenes fallecieron mientras cumplían el Servicio Militar Activo (SMA), de carácter obligatorio para los varones en Cuba. Tres de ellos se suicidaron.
Adrián Rodríguez (fallecido en un accidente, el 31 de diciembre de 2023), Leodanis Verdecia (causa de muerte desconocida; fallecido el 21 de enero de 2024), Alain Roberto Lao (suicidio, 18 de marzo de 2024), Leandro Muñoz Zamora (suicidio, 12 de junio de 2024) y Flavio Alonso Piedra (suicidio, 8 de agosto de 2024) solo tenían entre 19 y 21 años de edad.
Ante la falta de transparencia de las autoridades cubanas, las noticias han trascendido en medios de prensa independientes y redes sociales, tras las denuncias de familiares y amigos.
Según Archivo Cuba (AC), de las 79 muertes y desapariciones documentadas en 2023 y atribuidas al Estado cubano, 11 ocurrieron durante el SMA. Además, de los nueve casos registrados como “asesinatos extrajudiciales”, uno es el de un joven que se encontraba cumpliendo el SMA: Ernesto Miranda tenía apenas 18 años de edad; su familia refutó el informe oficial de supuesto suicidio.
La organización sin fines de lucro, fundada en 2001 para promover los derechos humanos, informó igualmente que, entre 2018 y 2023, un total de 24 personas fallecieron mientras estaban integradas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) o el SMA. De los 54 casos de “ejecuciones extrajudiciales”, siete corresponden a jóvenes que se encontraban en el SMA.
En total, Archivo Cuba, con su proyecto “Verdad y Memoria”, ha podido documentar 54 casos de jóvenes fallecidos durante el cumplimiento del SMA. Por su parte, CubaNet ha elaborado una base de datos no exhaustiva que incluye 31 casos de jóvenes fallecidos en el SMA entre 2005 y 2023.
Ambos registros exponen que la principal causa de fallecimientos constituye el suicidio, una d elas 10 principales causas de muerte en Cuba según el Anuario Demográfico 2022 (donde aparece como “lesiones auntoinflingidas intencionalmente”). No obstante, la tasa de suicidio en el SMA no se reporta oficialmente y, según María Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba, debe ser muy elevada: “Es la tercera causa de muerte para el grupo que comprende la edad militar en Cuba”.
La Fiscalía Militar considera el suicidio como un intento de deserción que puede ser castigado con más de 10 años de prisión, expuso Werlau mediante una investigación en la que califica el SMA como “trata de personas con un costo letal”.
Otras de las principales causas de fallecimientos son accidentes y negligencia, así como falta de atención médica.
Según el nuevo Código Penal Militar, aprobado en julio de 2023 por la Asamblea Nacional del Poder Popular, hasta cinco años de cárcel podrían sufrir quienes evadan ―o intenten evadir― el SMA. Los jóvenes ni siquiera pueden alegar “objeción de conciencia” para escapar de él pues en la Constitución de 2019 el régimen prohibió utilizar esa justificación. Pese a esto, en mayo de 2022 una funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba negó ante la ONU que la captación fuera obligatoria.
Menores de edad reclutados
Cuba es uno de los 25 países con servicio militar de carácter obligatorio. Junto a Corea del Norte, La Habana es la única que actualmente recluta forzosamente a menores de edad. Cuba también destaca entre los países en donde el SMA tiene más duración.
Este esquema de trata de personas viola las propias leyes cubanas sobre los menores de edad y el trabajo forzoso, así como muchos acuerdos internacionales ratificados por el país.
Los reclutas son separados de sus familias y enviados a unidades militares lejanas. “Las condiciones son usualmente deplorables, la atención médica escasa y la alimentación muy pobre. Se pasa hasta hambre, lo que afecta más a los menores de edad que aún están creciendo”, refiere Werlau.
Este calvario deja “profundas y duraderas secuelas físicas y psíquicas a los reclutas”, agrega.
Desde 1966 Cuba entrena militarmente a estudiantes de entre 12 y 17 años en las llamadas Escuelas Militares “Camilo Cienfuegos”, conocidas como “Camilitos”, pertenecientes a las FAR. De esta manera, detalla la investigadora, el régimen “forja más del 70% de los oficiales y el 50% de los generales y coroneles”.
Esto “supone una separación familiar larga para muchachos muy jóvenes, la interrupción de planes de estudio y un calvario de explotación, hambre, suciedad, maltratos y castigos. Tanto en el SMA como en el Ejército Juvenil del Trabajo, la disciplina militar es humillante, los superiores tienen bajo nivel cultural y maltratan y abusan de los reclutas. Se suspenden arbitrariamente los pases para casa y las indisciplinas dan lugar a calabozos de castigo y sanciones carcelarias de años. Las fugas son severamente castigadas, incluso con ejecución. Los accidentes son frecuentes y muchos son mortales. A menudo, los muchachos jovencitos y sin entrenamiento disparan sus armas provocando heridas o la muerte propia o de compañeros”, añadió.
Asimismo, se agravan los problemas mentales de los jóvenes que ingresan con ese tipo de padecimientos al SMA y muchos que no los tenían los desarrollan. También son comunes las autolesiones o mutilaciones con el objetivo de lograr la baja del servicio o pases.
En 2019, el Tribunal Supremo Popular hizo una publicación extraordinaria de la Gaceta Oficial informando que, ante el incremento de “autolesiones” por parte de los soldados, se comenzaría a sancionar a los reclutas que recurrieran a dicha práctica.
Carne de cañón: más de seis décadas cobrando vidas
El Servicio Militar Activo es obligatorio en Cuba desde 1963. Cada año, miles de jóvenes del sexo masculino de entre los 17 y los 28 años de edad son reclutados en Cuba para el SMA. Según el Anuario Demográfico de Cuba (última versión publicada, julio de 2023), en 2022 había en Cuba 1.022.644 varones de edades comprendidas entre los 15 y 29 años (la edad militar va de los 17 a los 28 años).
Esta gran reserva de hombres con formación militar incluso ha sido empleada en conflictos armados.
Según expone Werlau, durante la guerra de Angola (1975-1991), Cuba envió al país africano 377.033 soldados y 50.000 colaboradores civiles.
“Se calcula que Cuba ingresó entre 4.800 y 9.600 millones de dólares en los 16 años de conflicto con el pago mensual de unos 1.000 dólares por soldado y 2.000 dólares por oficial, sin contar sus ingresos por el saqueo de marfil, diamantes, maderas preciosas y otros activos angolanos”, detalla la investigadora.
Mientras, a los soldados se les pagaba un salario ínfimo, de entre 8,5 y 17 USD al año.
La cifra oficial de víctimas mortales de Cuba fue 2.085, pero la lista nunca se ha publicado y algunos expertos opinan que es mucho mayor.
Asimismo, Cuba estaría utilizando a estos jóvenes soldados para proveer carne de cañón para la invasión rusa de Ucrania.
Son “una gran reserva cautiva de jóvenes mayormente sumidos en la pobreza y la desesperanza. Muchos tienen ya el entrenamiento militar, lo que los hace activos valiosos para una guerra lejana; otros buscan evadir el duro servicio obligatorio en Cuba y pudieran verse forzados a escoger hacerlo allí o en el extranjero, donde recibirán algo de dinero, una fortuna para Cuba, y promesas a las que no pueden aspirar en su país”, afirma Werlau.
De esta forma, “Rusia consigue soldados para su invasión de Ucrania y el régimen cubano logra paliar su bancarrota reforzando su alianza con Putin para conseguir petróleo, alimentos y otros, así como, tal vez, una comisión por soldado”, explicó la investigadora.
A pesar de los esfuerzos para exponer y denunciar este panorama, Werlau reconoce que los casos de muertes documentados no representan el número real de víctimas, que “se piensa que sea mucho más elevado.”
“El costo en vidas del Servicio Militar por seis décadas podría llegar a ser de cientos, quizás miles, que se suman a las de la guerra en Angola y otras intervenciones armadas de Cuba”, añadió.