La intención es reducir el número de médicos cubanos de los actuales 11.400 a 7.400 en un plazo de tres años
AGENCIAS | Brasilia (www.diariodecuba.com) – El Ministerio de Salud de Brasil anunció este martes que se propone reducir el número de médicos cubanos que trabaja en el país y aumentar así las oportunidades de trabajo para los profesionales brasileños, reporta EFE.
«La intención es reducir el número de médicos cubanos de los actuales 11.400 a 7.400 en un plazo de tres años», explicó en rueda de prensa el ministro de Salud, Ricardo Barros.
Los cubanos, así como 1.500 profesionales de otros países, fueron contratados en el marco del programa Más Médicos, puesto en marcha en 2013 por el Gobierno de la entonces mandataria Dilma Rousseff, destituida en agosto pasado y sustituida desde entonces por Michel Temer, quien hasta ese momento ocupaba la vicepresidencia.
Mediante ese plan, las autoridades han llevado atención sanitaria a las zonas más pobres y remotas del país, a las que en muchos casos los médicos brasileños se negaban a desplazarse.
Barros explicó que, para animar a los brasileños a sumarse a esa iniciativa, se ofrecerán nuevos incentivos, entre los que citó una proximidad mayor al lugar de residencia del médico, lo cual será estudiado «caso a caso».
El programa Más Médicos emplea actualmente a cerca de 18.400 profesionales, de los cuales solo unos 5.000 son brasileños.
En el caso de los cubanos, que son amplia mayoría, la estancia en Brasil es regulada por acuerdos establecidos por ambos gobiernos en el marco de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La venta de servicios profesionales, principalmente médicos, es la principal fuente de divisas del Gobierno de Raúl Castro.
La Habana se queda con alrededor del 75% del salario que pagan los países de destino por los profesionales cubanos contratados.
El ministro Barros subrayó que la reducción de profesionales de la Isla busca facilitar e incentivar a los médicos brasileños a participar en el programa, que «de ningún modo» será cancelado ya que tiene una «enorme aceptación» entre los pacientes, en su gran mayoría situados en las clases más pobres de la sociedad.
Según una reciente encuesta hecha por el Ministerio de Salud, el 81% de los pacientes atendidos por ese plan es de baja renta y al menos el 95% se ha declarado «muy satisfecho» con la atención.