martes , 21 enero 2025

El ilusorio huracán anunciado por Valdés Mesa

La Habana (Sindical Press) – El huracán productivo pronosticado por el vicepresidente de la república, Salvador Valdés Mesa en un reciente periplo que incluyó fincas y bateyes del municipio especial Isla de la Juventud, apunta a ser no más que una suerte de vientos plataneros que pasarán con penas y sin glorias sobre los campos llenos de marabú, los desvencijados potreros y la falta de motivaciones para implicarse a fondo en el trabajo.

Un paisaje que excede las fronteras del territorio pinero para convertirse en un espectáculo desolador a presenciar en toda la Isla.

En este nuevo peregrinaje por áreas rurales, seguramente uno de los últimos en lo que queda del año en curso, Valdés Mesa contó con el acompañamiento de otro especialista en vender humo a granel: el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento.

Ambos repitieron su papel de especialistas en palmadas en el hombro, apretones de manos y ampulosos parloteos. Nada que invite a pensar en el salto del socialismo de la crisis multisectorial a una prosperidad, por ahora solo posible en sueños.

Esos periódicos encuentros con dirigentes y trabajadores campesinos representan la continuidad del rol paternalista del Estado y paralelamente la renuencia, a cal y canto, de admitir una trayectoria marcada por sonados fracasos y éxitos, cuya legitimidad se circunscribe a los órganos de prensa controlados por el partido.

Fuera de esas fronteras, intercambios como el aludido en estas líneas, hay que calificarlos como parte de un juego que aleja las posibilidades de trascender el marco de los clichés para adentrarse de lleno en una atmosfera de objetividad y pragmatismo.

El interés mostrado de Valdés Mesa por los rendimientos, la estructura organizativa y el empleo de biofertilizantes para cubrir la demanda de arroz en el territorio se ajusta a un libreto que domina a la perfección por su larga experiencia como dirigente sindical, su posterior ascensión al Olimpo totalitario, en el 2008, como miembro del Buró Político del partido para continuar rumbo al Consejo de Estado y terminar a cargo de la vicepresidencia del país.

Lo cierto es que el arroz sigue tan escaso como ya es costumbre y a precios de boutique. Una situación que prevalecerá por tiempo indefinido por encima de la reiterada venta de esperanzas.

Por su parte, el líder de la CTC enarboló los conocidos alegatos contra el “bloqueo” estadounidense, como razón principal del estancamiento productivo que impacta de manera negativa en el consumo y la pérdida del poder adquisitivo. La mención a las insuficiencias internas, de acuerdo al texto publicado en el diario Trabajadores, fue elusiva y breve. Una posición no por obvia, menos indecente.

Margelis Toro Cardet, presidenta de la cooperativa Julio Antonio Mella, no se quedó atrás en el festival de promesas, al dar por sentado el incremento en la entrega de leche y carne con las más de 3 300 cabezas de ganado con que cuenta la entidad agropecuaria.

La escena se repitió en una de las fincas perteneciente a la cooperativa Conrado Benítez y en los predios de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), Capitán Lawton. Allí salieron a la palestra la sustentabilidad en la siembra y cultivo del boniato, frijoles negros y colorados, y de la papa.

Todo dispuesto para aliviar las necesidades de la población. El tiro de gracia a la escasez endémica de alimentos, el fin de las conjeturas sobre la viabilidad del modelo de producción.

Eso y mucho más en la interminable tragicomedia del poder con sus amagos cíclicos de propuestas y soluciones, reemplazables por otras tan teatrales como las protagonizadas por los dos funcionarios y su sarta de cómplices, prometiendo conquistas delirantes.