Integrantes de Archipiélago, gestor de la iniciativa cívica, han insistido en que saldrán a las calles el 15 de noviembre.
La Habana | DDC – Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el jefe de su Departamento Ideológico, acusó directamente al Gobierno de Estados Unidos de organizar la marcha cívica por el cambio cuya autorización ha sido denegada por el régimen, que dejó claro que el derecho a la manifestación en la Isla es solo para el castrismo.
«Ahora aparecen con una supuesta marcha pacífica. No es más que una escalada en el modo de actuar contra la Revolución y un desafío a las autoridades y al Estado de derecho socialista refrendado en nuestra Constitución; es una provocación como parte de una estrategia de ‘golpe suave’. Sus propósitos coinciden con las principales líneas de ataque, calumnias, mentiras y amenazas utilizadas por quienes financiados por el Gobierno de los Estados Unidos se oponen al sistema político cubano e intentan desestabilizarlo y restaurar el capitalismo», dijo.
Polanco Fuentes afirmó durante una intervención especial el martes en la televisión estatal que el régimen no va a «legitimar» lo que describió como «accionar imperialista en la política interna» ni dará «cauce a los deseos de restauración neocolonial que han acumulado algunos y que se refuerzan en situación de crisis».
Acusó a los promotores de la marcha de organizar «un acto de subordinación a la hegemonía yanqui» y negó a la iniciativa de su carácter cívico, según recogieron medios de prensa oficiales como el portal Cubadebate.
Durante más de 45 minutos, Polanco, exembajador de La Habana en Venezuela, intentó justificar por qué su Gobierno desautorizó la manifestación convocada para el 15 de noviembre y trató de desacreditar a los actores cubanos tras la iniciativa ciudadana, entre ellos el dramaturgo Yunior García Aguilera, a quien volvió a acusar de recibir capacitación y financiamiento de Estados Unidos para llevar a cabo la marcha.
Unas horas antes, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, rechazó en Washington que Estados Unidos tuviera una actitud injerencista sobre la Isla, reportó la agencia AP.
«Lo que sospecho que veremos a mediados del próximo mes en Cuba es una demostración no de los deseos del Gobierno de Estados Unidos. Lo que hemos visto, lo que veremos, es una manifestación de las necesidades insatisfechas, de las aspiraciones insatisfechas del pueblo cubano», dijo el funcionario estadounidense.
Polanco habló de fondos públicos millonarios de la Administración de Estados Unidos, canalizados a través de agencias como la USAID o la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) para «forzar» objetivos contra el régimen.
Mostró documentos —la mayoría públicos— de cursos, talleres y seminarios organizados con parte de ese dinero para formar líderes opositores y citó al Centro para la Apertura Democrática en América Latina (CADAL) que se ha encargado de impartir algunos de esos eventos de capacitación.
Añadió, además, que se paga con ellos a Radio y TV Martí y otros medios independientes a los que acusó de ser parte de una estrategia «desestabilizadora», y mostró declaraciones realizadas por líderes del exilio cubano en Miami, a los que también señaló de reclamar «una intervención militar a Cuba» y presentó como «terroristas reconvertidos».
En ese sentido, hizo pública una llamada telefónica editada entre García Aguilera y Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, con el objetivo de revelar presuntas conexiones. Sin embargo, en la comunicación Sánchez solo expresa su respaldo a Archipiélago y Aguilera se limita a decirle que una flotilla ante las costas de Cuba el 15 de noviembre «es complicado, hay que pensarlo».
García Aguilera ha rechazado en varias declaraciones haber recibido algún tipo de retribución, financiamiento u orientaciones de Estados Unidos o grupos de interés de exiliados cubanoamericanos, en tanto que usuarios de redes sociales, sobre todo jóvenes, demandan al Gobierno cambios que les permita expresar sus inquietudes o desarrollar sus proyectos al margen de la oficialidad.
El régimen cubano niega rutinariamente la capacidad de opositores, activistas y ciudadanos críticos de pensar y organizarse por sí mismos y los acusa de recibir orientación y pago de Estados Unidos a cambio de sus actividades y declaraciones por la democracia en Cuba. A la vez los ataca a través de su maquinaria de propaganda, intercepta abiertamente sus comunicaciones privadas y no les da derecho a réplica en los medios de comunicación estatales, los únicos legales en la Isla.
Pese a la negativa del régimen a la realización de la marcha y las posteriores citaciones de parte de las Fiscalías Provinciales a promotores de las manifestaciones en varias ciudades del país, integrantes de Archipiélago, gestor de la iniciativa, han insistido en que saldrán a las calles el 15 de noviembre, y lo harán de manera pacífica y cívica, a pesar de la represión que puedan enfrentar.
Polanco vaticinó el martes el «fracaso» de la iniciativa ciudadana: «La provocación del 15 de noviembre está condenada al fracaso, nunca fue auténtica. Su intento de arroparse con alguna legalidad es una manipulación perversa. La Constitución de la República es creación genuina del pueblo, no hay tramoya que pueda escamotear. Los promotores de la pretendida marcha siguen el libreto yanqui, cumplen sus órdenes, se rodean de violentos y terroristas y sueñan ejecutar sus acciones desestabilizadoras con impunidad», expresó.
El régimen por estos días ha querido mostrar músculo con la realización de ejercicios de defensa cuyas imágenes, no publicadas por la prensa oficial, han sido objeto de ridículo. Fotografías de hombres y mujeres, armados con palos y fusiles, en posiciones de guerra, han recorrido las redes sociales y se han reproducido en memes.
Al respecto, Polanco selló: «Con nuestro primer secretario del Partido y presidente de la República de Cuba proclamamos que aquí hay suficientes revolucionarios para enfrentar con inteligencia, con respeto y en defensa de nuestra Constitución; pero también con energía y valor cualquier manifestación que pretenda destruir a la Revolución».