jueves , 21 noviembre 2024
Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y secretario general de la CTC encabeza una conferencia en La Habana en el marco del XXI Congreso. (Isabel Aguilera)

En la unidad está la trampa

Otro congreso más del sindicalismo oficialista cubano que demuestra que la unidad es una trampa y la victoria una utopía

La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – En el reiterado llamamiento a la unidad de la Clase Trabajadora Cubana, está la trampa para impedir la oposición del obrero a un  control sindical oficialista que responde a las orientaciones del partido, pugna por neutralizar las iniciativas individuales de los trabajadores y que se afilien a sindicatos independientes, y oculta o manipula la violación de derechos sindicales en Cuba, señalados por el Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo.

La inauguración del XXI Congreso de la CTC, que tiene lugar en el Palacio de Convenciones de la capital, dejó en su informe central el temido sabor de más de lo mismo, pese al incremento de figuras retóricas, frases hechas, lemas obsoletos y consignas gastadas que convierten un cónclave obrero en una asamblea política, un seminario ideológico o un acto de reafirmación socialista.

Volver a insistir por enésima ocasión en la necesidad de que el sindicato debe esforzarse para dejar atrás la rutina, alejarse de  los prejuicios y esquemas obsoletos, forma parte de un jugada estratégica que quiere aparentar pasos adelantes y nuevos desempeños, cuando en realidad pretenden eternizar ese sindicato dócil y obediente, que responde solo a los intereses gubernamentales.

Asimismo, pedirles que actúen con sensibilidad y predicando con el ejemplo, “condición básica para argumentar y discutir de manera franca y abierta, sin dogmas ni consignas vacías”, es otro ejemplo de cinismo, cuando todos sabemos que en Cuba no se discute con el obrero; se le dicta, y se le impone, con subterfugios, o a como dé lugar, dogmas y consignas ridículas y patrioteras.

Lo único novedoso del Congreso, la participación del sector cuentapropista, más que un avance es una muestra de debilidad por la crisis general que atraviesa el país, acto que desean enmendar  enviándoles una señal de sometimiento al mismo sindicato oficialista que apoyó la cesantía de cientos de miles de obreros de una ineficiente Empresa Estatal Socialista que, paradójicamente,  hoy se le atribuye todo el protagonismo y el peso legal en el desarrollo económico de la nación.

Si no fuera por lo trágica que resulta para el trabajador por cuenta propia, sería risible la intervención del Segundo Secretario del Partido Comunista, José Ramón Machado Ventura, donde pidió a los asistentes –como un padre preocupado por sus hijos más desfavorecidos– “afiliar al sector no estatal al sindicato que corresponda por su función, pues ellos también son cubanos, y tienen derechos y deberes como los demás”, cual si en lugar de darles protección no los estuviera hundiendo en el abismo del control, la politiquería, y el compromiso extra laboral.

Por su parte, Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político, y conocido popularmente como “el Zar de la economía en Cuba”, anunció que se preparan 22 nuevas medidas para fortalecer el sistema de empresas estatales, como si en las últimas seis décadas no se hubieran implementado en el país miles de medidas y actos de voluntarismos que no han dado más resultados que ir cada día peor en la corrupción, la improductividad y el empleo en la Empresa Estatal Socialista.

La falta de liderazgo del sindicalismo oficial, su alianza con la administración y el partido en las entidades, así como la pobre influencia en la elaboración de los convenio colectivos de trabajo, entre otros señalamientos e insatisfacciones mostrados por los delegados al XXI Congreso ante Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, son las únicas expresiones escuchadas que cobran legítimo protagonismo en un evento sindical y laboral.

Otro congreso más del sindicalismo oficialista cubano que demuestra que la unidad es una trampa, el compromiso con un partido un impedimento para el progreso individual y colectivo de la clase obrera, y la victoria una utopía amplificada por obcecados patrones que luchan por conservar el poder, sin obtener otra ganancia que la indignación de las masas, o el bostezo. | vicdominguezgarcía4@gmail.com