“Un Congreso sin penas ni gloria, con una inmensa retórica que no solucionará los grandes problemas de los trabajadores cubanos”
Guanabo, Cuba | Cuba Sindical Press – El XXI Congreso de la CTC se efectuó en La Habana, Cuba. Iván Hernández Carrillo, secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), opinó sobre temas tratados en el evento.
La CTC se arroga la representación única del universo sindical en Cuba. ¿Cierto?
La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) como el Partido Comunista de Cuba( PCC) se arrogan ese derecho, como usted dice, porque en Cuba decir CTC es decir PCC, fonéticamente suenan casi igual y le aseguro que en la práctica es lo mismo. La CTC responde tácitamente a los intereses y designios del régimen en estructura, guión y mandato, a nadie cabe dudas. En primer lugar, todos los cuadros dirigentes de esta institución están comprometidos hasta los tuétanos con el actual régimen, el mismo que persigue y prohíbe las libertades de los trabajadores. Es requisito indispensable para ser cuadro dirigente de la CTC ser miembro del PCC y de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), además de otras organizaciones politiqueras de este país que nada tienen que ver con los trabajadores y que tampoco los representan. Pero en mi opinión, lo más importante es servir a los obreros, esa humilde masa desprotegida que durante todo este proceso de reuniones que antecedió al congreso nacional hicieron disímiles planteamientos que no hemos escuchado por ninguna parte. Terminó el Congreso sin penas ni gloria, con una inmensa retórica que no soluciona en nada los enormes problemas en que están atrapados los trabajadores cubanos. No hace falta más tiempo para demostrar en la práctica que los obreros están abandonados a su suerte y que no se tiene en cuenta su voluntad ni sus criterios, que son diversos, aún aquellos con los cuales pueda estar en desacuerdo, pero tampoco son tomados en cuenta. Creo que escuchar con tolerancia y respeto las ideas de los demás con las que no estemos de acuerdo es una prueba de madurez política que no nos debilita, sino que nos fortalece. Pero no se está preparado para eso, todo lo contrario.
Usted, como secretario general de la no oficialista ASIC, ¿qué espera del XXI Congreso de la CTC que acaba de concluir?
No esperamos nada, más de lo mismo que hemos visto de los anteriores congresos: muchas consignas huecas, compromisos incumplidos, imposición de más sacrificios, retóricas y más retóricas. Toda una farsa, una mentira que duele. La mentira no es solo del que la dice sino también de quien la ejecuta. Más bien sería qué queremos ver, porque de lo contrario nos quedaríamos inmóviles en esta pregunta. Queremos ver que se cumpla en primer término lo que se aprobó allí y que como siempre, estoy seguro, no cumplirán. Nadie pone hoy en dudas la necesidad de abrirse aún más al trabajo por cuenta propia para la necesaria autonomía y desarrollo de la sociedad, pero muchos hemos sentido la dureza implacable con que se trata a este sector que hoy abarca el 32 por ciento de la masa laboral en la isla según cifras oficiales. Quisiéramos un trato más humano para nuestros trabajadores, anhelamos una cultura del trabajo sin disposiciones de un Partido que la manipule y politice. Queremos una economía sólida y competitiva que se base en la verdad de los niveles de producción diversificado y no en planes de financiamientos económicos quinquenales ni mucho menos. Para el año 2030 creo que muchos queremos mecanismos económicos liberales que resuelvan los problemas más acuciantes al menos.
¿Por qué la mayoría de los trabajadores por cuenta propia se niegan a afiliarse a la CTC?
Muy sencillo, porque saben que la CTC no los representa ni los va a defender ante ningún abuso del sistema. Los trabajadores por cuenta propia, quienes luchan y alcanzan sus propósitos a pesar de los obstáculos y las dificultades. Ellos aspiran a tener y a obtener mayores espacios de autonomía y libertades económicas, todo lo contrario a los trabajadores estatales, quienes hacen dejaciones de sus propias libertades, deponen su responsabilidad y acceden a que otros se la manipulen, programen sus demandas y se las administren hasta en los pequeñísimos detalles para controlarlos bien. En este último caso, no solo se violan los convenios internacionales –que van desde las prohibiciones a fundar sindicatos independientes hasta la expulsión de sus puestos de trabajo cuando no sean políticamente confiables. De todos modos en los dos casos tratan de demostrar su permanencia, unos dentro de la fila de la CTC y otros fuera, pero en sentido general no se revierten en virtud y valores sino en disimulo que los despersonaliza.
El Congreso de la CTC analizó el álgido problema actual del escaso poder adquisitivo del salario y el alza imparable de precio del mercado interno. ¿Qué opina?
Pienso que la solución no es analizarlo, es poner en práctica acciones concretas que resuelvan este lamentable problema que no le permite a los trabajadores llevar todos los días un plato de comida a su familia a la mesa o que no le permite comprar un par de zapatos a sus hijos para ir a la escuela. Es un drama muy lamentable, pero es nuestra realidad; para resolver esta situación económica es necesario fomentar un verdadero espíritu de trabajo que rinda frutos, no basado en la coacción ideológica ni en la mera retribución material. Necesitamos seguir reflexionando en este sentido, hoy más cuando el régimen anuncia a toda voz que se aproximan tiempos difíciles aún peores de los que hemos vivido hasta hoy, lo que nos preocupa. Porque, si de verdad se quiere resolver este problema, vayamos a la raíz de lo que la origina, planteémosles una solución. Pero la inmensa mayoría de los trabajadores saben que este problema no se resolverá a corto plazo a menos que ocurra un milagro.
El régimen presenta a la CTC en foros internacionales, incluida la OIT como una ONG. ¿Cierto o falso? ¿Por qué?
Es cierto que en eventos internacionales como la OIT el régimen presenta a la CTC como una organización no gubernamental, pero sabemos que no es así en la práctica. La CTC es un apéndice del PCC, quien rige los destinos de esta organización, además de proponer descaradamente quien será su secretario general, sus directrices, programa y demás, como lo hemos visto ahora mismo en su recién finalizado congreso. Porque políticamente al régimen le interesa exportar una imagen internacional de que en Cuba hay libertad e independencia de poderes. En cualquier parte del mundo las organizaciones sindicales, como la que represento, tienen un estatus legal independiente, pero te recuerdo en primer lugar que el régimen cubano nunca ha atendido nuestra solicitud de legalización cuando no sea con actos de acoso antisindical y represión cada vez más refinados. El mundo de hoy es mucho más sensible y atento a los derechos de los obreros, porque privarlos de sus derechos es como atacarlos con bombas subjetivamente. Y se sufre mucho más porque detrás de cada uno de estos obreros hay familias completas que quedan abandonadas, sin alimentos, sin tener dónde vivir, y por tanto deja una herida en cada una de estas personas. No es ver correr la sangre, sino que la gente se desangra por dentro, y esto ha creado esta sensibilidad que hace que el mundo mire hacia las organizaciones sindicales que defienden a los trabajadores, y por tanto el régimen le presta mucha atención a estas organizaciones gremiales y trata de mantenerlas bajo su control para sofocar y evitar protestas y huelgas de trabajadores, al mismo tiempo que los convierte en punta de lanza para atacarnos.