miércoles , 16 octubre 2024
Huelga de los trabajadores del sindicato ILA frente a Port Everglades, en el condado de Broward, el 2 de octubre de 2024. (Wuwf)

Estalla una huelga masiva en los puertos de EEUU que despachan cargas a Cuba

Tras la paralización, quedan en suspenso las millonarias exportaciones mensuales de EEUU a Cuba, que consisten sobre todo en alimentos.

Madrid (José Luis Reyes / Martí Noticias) – Cerca de 50.000 miembros de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés), el mayor sindicato de trabajadores marítimos de América del Norte, están en huelga a partir del martes 1 de octubre en los puertos de la costa este y del Golfo de México de EEUU, que despachan la mayor parte de las exportaciones de ese país enviadas a Cuba.

La huelga, que según CNN «podría convertirse en el paro laboral más perturbador del país en décadas», comenzó a la medianoche del martes, y por su causa se detendrá el flujo de una amplia variedad de mercancías en los muelles de casi todos los puertos de carga, desde Maine hasta Texas.

Esto incluye plátanos, cerveza, vino y licores europeos, junto con muebles, ropa, artículos para el hogar y automóviles europeos, así como piezas necesarias para mantener las fábricas estadounidenses en funcionamiento, entre muchos otros bienes. También podría detener las exportaciones estadounidenses que ahora fluyen a través de esos puertos, perjudicando las ventas de las empresas estadounidenses.

«Si tenemos que estar aquí un mes o dos, este mundo se derrumbará», dijo el presidente de la ILA, Harold Daggett, en una entrevista con CNN el martes por la mañana.

De la duración de la huelga dependerá la escasez de bienes de consumo e industriales, lo que a su vez podría provocar subidas de precios en EEUU y para los destinatarios de sus exportaciones. También podría marcar un revés para la economía, que ha mostrado signos de recuperación de las interrupciones de la cadena de suministro inducidas por la pandemia, que resultaron en un aumento de la inflación.

Los puertos involucrados incluyen el de Nueva York y Nueva Jersey, este último el tercero más grande del país por volumen de carga manejada. También incluye a Port Wilmington, en Delaware, el principal puerto bananero de EEUU, que aporta una gran parte de la fruta favorita de la nación.

Según la American Farm Bureau, 1,2 millones de toneladas métricas de plátanos entran a través de los puertos afectados por el paro, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de los plátanos que se consumen en el país.

Por su lado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos aseguró que los consumidores no deberían esperar cambios significativos en la disponibilidad de alimentos o en los precios a corto plazo.

Otros artículos perecederos, como las cerezas, también se mueven por los puertos afectados, al igual que un gran porcentaje de vino, cerveza y licores fuertes importados. Las materias primas utilizadas por los productores de alimentos estadounidenses, como el cacao y el azúcar, también constituyen una gran parte de las importaciones afectadas.

Muchos productos no perecederos, como muebles y electrodomésticos, también se importan a través de los puertos en paro. En precisión, los vendedores minoristas se han apresurado en los últimos meses para que los productos importados que esperan vender durante la temporada navideña se les entregaran antes de la fecha límite de la huelga.

El Departamento de Transporte de EEUU señaló en un comunicado citado por CNN el martes que ha estado colaborando con cargadores, transportistas marítimos, puertos, ferrocarriles y otros socios de la cadena de suministro durante meses para prepararse ante una posible huelga e intentar mitigar los cuellos de botella en la cadena de suministro.

¿Qué exigen los trabajadores portuarios?

Esta es la primera huelga en estos puertos desde 1977. La Alianza Marítima de los Estados Unidos (USMX, por sus siglas en inglés) se queja de que el sindicato, que exige una subida salarial para sus miembros, entre otras medidas, no está negociando de buena fe.

USMX indicó el lunes último que había aumentado su oferta de aumentos salariales en más del 50% sobre el contrato propuesto de seis años.

No obstante, Daggett dijo a CNN la pasada semana que el ILA busca un aumento salarial de cinco dólares por hora anual durante seis años, con un aumento del salario máximo de 39 a 69 dólares por hora. Esto equivaldría a un incremento salarial del 77% durante la vigencia del contrato.

Aparte de lo anterior, existen disputas entre el sindicato y la dirección sobre el uso de la automatización en los puertos, que según ILA costaría el puesto de trabajo a algunos de sus miembros. El USMX aseguró estar ofreciendo mantener el mismo lenguaje contractual sobre el uso de la automatización.

El sindicato afirma que ha seguido el diálogo con la USMX, pero no a través de negociaciones cara a cara. Antes de la huelga, Daggett dijo que la gerencia sabe lo que exigen los trabajadores para llegar a un acuerdo y que cualquier huelga sería culpa de la gerencia, no del sindicato. Dijo que sus demandas son razonables, dado el nivel de ganancias de la industria naviera.

Las tarifas de envío de cargas se dispararon durante e inmediatamente después de la pandemia del Covid-19, a medida que las cadenas de suministro se trababan y la demanda aumentaba. Las ganancias de la industria naviera superaron los 400.000 millones de dólares de 2020 a 2023, que se cree que es más de lo que la industria había obtenido desde que comenzó la carga por contenedores en 1957, según el analista John McCown.

«Desde el Covid, están ganando miles y miles de millones de dólares», dijo Daggett a CNN. «Pero no quieren compartirlo. Prefieren ver una terminal totalmente automatizada aquí mismo, en la costa este, para poder ganar más dinero».

Ante la huelga, más de 200 grupos empresariales enviaron una carta a la Casa Blanca la semana pasada pidiendo a la Administración Biden que intervenga para evitar el paro, diciendo que el país depende del movimiento de importaciones y exportaciones a través de estos puertos.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos envió el lunes último una carta de seguimiento, instando al presidente a ejercer los poderes bajo lo que se conoce como la Ley Taft-Hartley, que se convirtió en ley en 1947, para mantener los puertos abiertos y a los estibadores en el trabajo.

El presidente George W. Bush aplicó la ley en 2002 para poner fin a un cierre patronal de 11 días de los miembros del sindicato en los puertos de la costa oeste.

Pese a lo anterior, Biden dijo a los periodistas el domingo que no tiene intención de usar los poderes que tiene bajo Taft-Hartley. «Es una negociación colectiva, y no creo en la Taft-Hartley», dijo.

La Casa Blanca explicó en un comunicado el martes 1 de octubre que el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris están monitoreando de cerca la huelga, pero creen que la negociación colectiva es la mejor manera de resolverla.

«El presidente ha ordenado a su equipo que transmita su mensaje directamente a ambas partes de que deben sentarse a la mesa y negociar de buena fe, de manera justa y rápida», dijo un portavoz de la Casa Blanca en un comunicado.

Pero, indica el reporte, incluso si la Casa Blanca pusiera fin a la huelga, existen numerosas formas en que los trabajadores pueden ralentizar el flujo de mercancías siguiendo estrictamente las normas del contrato actual.

El posible impacto del paro en Cuba

Tras la paralización de los 36 puertos que manejan casi la mitad de la carga que entra y sale de EEUU en barcos, quedan en suspenso las millonarias exportaciones mensuales de EEUU a Cuba, que consisten sobre todo en alimentos, y parten en su mayoría de terminales marítimas de la costa del golfo de México, como Nueva Orleans, o del Atlántico, como los de Florida.

Efraín Concepción, un empresario de La Habana, advirtió a DIARIO DE CUBA del impacto que la prolongación en el tiempo de la huelga tendría en la presencia de productos importados, principalmente en las MIPYMES que venden bienes de consumo.

«La capacidad de almacenamiento de muchos de esos negocios es mínima. A menudo, de los productos perecederos, como cárnicos o lácteos, hay abastecimiento para una semana o poco más», indicó.

Según Concepción, el problema podría afectar también a las tiendas online del Gobierno y los empresarios «enchufados».

«No creas que los almacenes de Supermarket23, por ejemplo, tienen productos para distribuir durante mucho tiempo. Va a ser complicado para ellos si el flujo de fletes que llega del norte al Mariel con productos como pollo o carne de cerdo comienza a ralentizarse o se detiene», comentó.

Una huelga extensa dejaría en evidencia cuánto dependen los cubanos de las compras en EEUU, pese a las quejas de La Habana, que acusa a Washington de todas las penurias que sufren los habitantes de la Isla.

En los primeros siete meses de 2024, los compradores cubanos gastaron 242.085.953 dólares en EEUU, por encima de los 192.573.390 de idéntico periodo de 2023, según cifras públicas.

De acuerdo con el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, desde diciembre de 2001, cuando se produjeron las primeras ventas de este tipo pese al embargo de Washington contra La Habana, las compras totalizan más de 7.488.419.346 dólares.

Aunque el Gobierno y la prensa oficial lo callen, EEUU fue en 2022 el sexto país del mundo con mayor volumen de exportaciones a la Isla, según el Anuario estadístico de Cuba, con cifras hechas públicas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), y que no han sido actualizadas.

Esas exportaciones en 2023 crecieron en comparación con 2022, al totalizar 342.607.027 dólares, un incremento, pese al embargo y los «problemas de liquidez» que asegura tener La Habana, que está obligada a pagar al contado por esas compras, frente a los 328.536.988 dólares del año anterior.

Todas las exportaciones están autorizadas, pese al embargo, en virtud de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de Exportaciones (TSREEA, por sus siglas en inglés) de 2000.