La Habana (Sindical Press) – En Cuba la marginación y el hostigamiento a los ciudadanos cubanos por pensar diferente al régimen es una práctica común de la policía política para mantener amordazada a la población.
El caso del opositor cubano José Antonio Pompa López, expulsado recientemente de la pizzería particular donde trabajaba por ser miembro del movimiento de derechos humanos, se añade a la larga lista de personas que han enfrentado este tipo de represalia y que lo priva del derecho y la responsabilidad de alimentar a su familia, compuesta por su esposa y dos hijos pequeños, el menor afectado con una enfermedad grave.
El activista es miembro del movimiento cívico Cuba Primero y como protesta por el injusto despido de su trabajo, colocó un cartel en el balcón de su vivienda, en la Habana Vieja, hecho que provocó su detención y fuertes amenazas por parte de sus interrogadores.
“Al sacarme del trabajo me han dejado sin posibilidades ni recursos para darle de comer a mis hijos. La dictadura intenta doblegarme por hambre, pero eso no va a suceder porque mis ideas y mis convicciones no cederán jamás a la represión”, manifestó Pompa López.
Él es el único sustento de su familia y por eso no vaciló en manifestar abiertamente su rechazo a la medida.
“Primeramente pensé ir a plantarme frente a Villa Marista (el cuartel general de la Seguridad del Estado) y exponer mi denuncia allí, pero luego decidí hacerla aquí en mi casa para que el pueblo conozca de lo que son capaces estos esbirros. Un gobierno que dice proteger a los niños, pero es mentira”, agregó.
Pompa López ha sido, como muchos opositores al régimen castrista, víctima de represión en múltiples ocasiones. En 2016 estuvo preso durante 5 meses por participar en una protesta frente al capitolio de La Habana. En 2019 resultó sancionado nuevamente, a un año de prisión, por realizar otra protesta pública.
El 30 de octubre de 2023 tuvo su segundo hijo. Por su condición de opositor al gobierno la atención brindada por el equipo médico a su esposa embarazada fue pésima. Según cuenta, en el salón de parto se cometieron muchas violaciones sanitarias, y cree que esto contribuyó a que el bebé naciera con un raro síndrome.
Para que le trataran la enfermedad debidamente tuvo que realizar varias denuncias en las redes sociales. La respuesta del régimen a las denuncias formuladas en aquel momento fue el aumento del acoso.
Finalmente, el 28 de diciembre, el dueño de la pizzería donde trabajaba lo llamó para comunicarle que dos oficiales de la Seguridad del Estado lo habían visitado para exigirle que sacara a Pompa López del negocio.
El régimen cubano continúa violando todas disposiciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la protección a los trabajadores. La expulsión de los centros laborales por discriminación política es una de las transgresiones más frecuentes.
En Cuba, el único sindicato permitido es la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC) que constituye un apéndice de las administraciones en los centros laborales, además de ser una entidad creada por el hegemónico partido comunista. Todos confabulados para mantener a la masa obrera controlada y sometida a altos niveles de explotación y pobreza extrema.