domingo , 22 diciembre 2024

Hacia el Congreso de la CTC: Lienzos en la pared.

La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – Como lienzos colgados en la pared ante la vista de todos, los “cuadros” sindicales de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), mirando desde lo alto los rostros poco amigables y descreídos de obreros de todos los sectores laborales del país, serán parte de la escenificación de un striptease deplorable (el 21 Congreso de la CTC), donde intentarán ocultar tras arengas y falsas promesas las partes pudendas de su prostituida función al entregarse a prácticas anti obreras en la nación.

Confabulados también con las peores causas antisindicales en Cuba, dóciles y complacientes de los requerimientos ideológicos y políticos del poder; ejecutores del tinglado propagandístico estatal para vender a la clase obrera cubana como la única que habita el paraíso laboral en la tierra, los cuadros de la CTC están llamados a impedir la desconfianza y el desaliento entre los trabajadores.

Este llamamiento, surgido de las Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano (oficialista), en su aspecto No. 44, exige a estos cuadros sindicales convertidos en soldados, enfrentar “las actividades subversivas del enemigo al servicio de la política del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba” (léase cualquier acto independiente del Estado), en lugar de luchar por mejoras salariales y el derecho a la libre sindicalización y a la huelga, entre otros conculcados en la denominada revolución.

Además, se les convoca a reforzar el diálogo (político, no laboral) con los trabajadores sobre la base de argumentos, la combatividad y hacer bien su trabajo –misión imposible para una galería de cuadros sindicales sin argumentos ni vergüenza para convencer a nadie, y quienes sólo muestran combatividad en las mesas bufet de los gobernantes, y nada más hacen un buen trabajo cuando ayudan a implementar leyes que obligan a miles de obreros al más que controlado sector informal.

Pero, ¿podrán confiar los alrededor de cinco millones de trabajadores estatales –sobreviviendo con bajo salarios que deben complementar con remesases recibidas desde el exterior o mediante  robos, desvío de recursos y fraude, entre otros hechos repudiables para llegar a fin de mes– en estos demagogos dirigentes sindicales que no responden a otra cosa que al poder?

¿Lo harán los más de medio millón de quienes trabajan en un sector privado que se abre paso contra viento y marea gubernamental, que pone al límite su paciencia y su inversión con avances y retrocesos en modalidades de empleo autorizadas, suspensión de licencia, incautación de bienes, impuestos desproporcionados, y cuanto tipo de obstáculo les impida prosperar en su labor?

Seguro que no, y menos si conocen que en la introducción del llamamiento y las bases para el 49 Congreso de la CTC, Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la CTC, pide sembrar interrogantes para estimular la reflexión, debatir los planteamientos donde los trabajadores dicen qué quieren o necesitan, para luego de tanta expectación, y sin pudor alguno, concluir: “Los trabajadores tienen que conocer que discutimos sus problemas aunque hoy no tienen solución”.

Entonces, ¿para qué rayos movilizar un país e invertir el dinero que no hay –según las autoridades de la nación– en transportar obreros hacia la capital, darle alojamiento, comida y uno que otro paquete de sorbeto, refresco gaseado o, quién sabe, una cervecita subsidiada para dirigentes y a lo mejor ¡un bistec!, si de antemano se sabe que no habrá solución para lo que tendría que haber?

¿A qué juegan entonces estos practicantes del derroche social y el baboseo político para adormecer al trabajador, en medio de un contexto económico y social signado por la falta de productividad, el descontrol y la inmoralidad? ¿A quién le servirá celebrar un evento que nada aportará a la clase trabajadora que no sea promesas para el futuro y carencias en la actualidad?

Ni ellos saben a qué juegan, pero sí les interesa la celebración de un evento que sirva de telón de fondo para promover frases huecas, amañadas y triunfalistas, como las del lema que lo regirá: “Un Congreso de Participación, Aporte y Compromiso”. Pura cortina de humo para cubrir la realidad, pues la participación es fortuita, aporte no habrá, y el Compromiso no será otro que escuchar y aplaudir, a sabiendas que nada se resolverá y todo seguirá cada vez peor en el país.