viernes , 22 noviembre 2024
Trabajadores del ferroviario en una asamblea general en París, el 16 de diciembre (EFE)

Huelga en Francia: las claves de la reforma de las pensiones

Al menos 615.000 personas se manifestaron en las calles del país tras trece días de parálisis en los transportes

Sara González | Estaciones de trenes a rebosar, ocho líneas de metro cerradas en París y miles de ciudadanos en las calles para protestar contra la reforma de las pensiones, uno de los proyectos prioritarios del presidente francés Emmanuel Macron. Apenas un año después de la irrupción del movimiento social de los chalecos amarillos, el pulso entre Gobierno y sindicatos vuelve a desafiar al jefe de Estado. El martes, al menos 615.000 personas se manifestaron en todo el país, según cifras del ministerio del Interior. Apoyados por el conjunto de los sindicatos, algunos piden que se suprima el proyecto de reforma y otros, que se revisen algunos puntos. Este miércoles, el Gobierno se reúne con las organizaciones patronales y sindicales para buscar una salida a la crisis.

¿Qué supone la reforma de las pensiones?

Aún no se conoce el texto de la ley pero sí sus líneas generales, detalladas el pasado 11 de diciembre por el primer ministro Édouard Philippe. Actualmente, hay 42 regímenes de pensión en Francia. Cada uno tiene sus propias reglas y depende de la profesión y del estatus del trabajador. La reforma, que entraría en vigor en 2025 y se aplicaría a los que nacieron después de 1975, propone crear un “régimen único” en el que la pensión se calcula en base a unas reglas comunes.

Así, las personas que cambian de carrera durante la vida laboral ya no pasarán de un régimen de pensión a otro. El objetivo, según el Gobierno, es simplificar el sistema actual. “Un euro cotizado tiene que dar los mismos derechos a todos”, señaló Macron en Twitter. 

Lo que propone el Gobierno es que la cuantía de las pensiones se calcule según un sistema de puntos, que corresponderían a las cotizaciones de las personas activas. Así, los trabajadores acumularían una cuenta individual con puntos a lo largo de la vida laboral y al llegar la jubilación, se calcularía el montante de la pensión en base a estos puntos. La reforma también prevé “mecanismos de solidaridad”, por ejemplo otorgando puntos para compensar las interrupciones de la actividad por paro, enfermedad o maternidad. 

La “edad pivote” a los 64 años, principal escollo

El Gobierno ha subrayado que con la reforma — que mantiene el actual sistema público por repartición — no cambia la edad legal de jubilación. En Francia es de 62 años, aunque no garantiza que recibas la pensión completa.

Sin embargo, introduce una “edad pivote” o “edad de equilibrio” a los 64 años. Este es el principal nudo de la discordia, que concentra todas las críticas. Corresponde a la edad en la cual los franceses podrán cobrar toda su pensión: en el caso de jubilarse antes de esta edad, el valor de los puntos se reduciría. Por el contrario, el valor mejoraría para aquellos que deciden jubilarse después. El objetivo de esta “edad pivote” es alargar la vida laboral y así aliviar la carga financiera debido al envejecimiento de la población y la mejora de la esperanza de vida. “Sin forzar, hay que incitar a los franceses a trabajar un poco más de tiempo”, dijo el primer ministro.

La reforma de las pensiones también obedece a una necesidad financiera. En 2018, el sistema de pensiones tuvo un déficit de 2.900 millones de euros, correspondientes aproximadamente a 0,1% del PIB. La cifra, sin embargo, es menor que en 2010, según el consejo de orientación de pensiones. Las pérdidas en el sistema de jubilaciones podrían situarse entre 7.900 millones y 17.200 millones de euros en 2025, según el organismo.

¿Quién la rechaza y por qué?

Todos los sindicatos — incluido el primero del país, el moderado CFDT — rechazan la reforma, aunque tienen exigencias distintas. Por una parte, la CGT, FO, CFE-CFC, Solidaires y FSU piden que se retire el proyecto porque consideran que es desigual y que reducirá la cuantía de las jubilaciones. Por otra, la CFDT, CFTC y Unsa quieren que se revise y que mejoren algunas partes de la reforma. Además, rechazan la instauración de una “edad de equilibrio”.

Por primera vez desde las dos jornadas de huelga anteriores, el sindicato mayoritario se sumó a las movilizaciones. Hasta la semana pasada, su líder, Laurent Berger, apoyaba la reforma. Sin embargo, al fijar la edad de jubilación para la pensión plena a los 64 años -“una línea roja” para Berger- el Gobierno perdió su principal aliado.

¿Por qué es importante?

La principal incógnita es el efecto que tendrá esta nueva crisis, la mayor movilización social después de los chalecos amarillos, sobre la reputación de Emmanuel Macron. En vísperas de la huelga, el alto comisionado Jean-Paul Delevoye — responsable de presentar la reforma al Gobierno — dimitió por un posible conflicto de intereses. Su partida constituye un contratiempo más para el Gobierno.

En su editorial, Le Monde, uno de los principales diarios del país, señala que la apuesta del Gobierno es arriesgada y que el Ejecutivo está aislado. Ante el Parlamento este martes, el primer ministro reafirmó su “total determinación” para llevar a cabo la reforma.

Además, las movilizaciones amenazan con perturbar gravemente el periodo de Navidad y Año Nuevo. Según recoge Radio France International, el secretario general de la Federación Nacional de Transportistas de la CGT, Fabrice Michaux, evocó una eventual prolongación de la huelga en Navidad y señaló que todo dependerá de la solución que ofrece el Gobierno.

Los franceses no saben aún si tendrán trenes para desplazarse en las próximas fiestas. El Ejecutivo pidió a los directivos de los servicios de transporte un “plan” para las vacaciones. La SNCF, la compañía ferroviaria pública francesa, ha asegurado que todos los viajeros con billete de tren de alta velocidad podrán desplazarse este fin de semana.

¿Qué seguimiento ha tenido la huelga?

La huelga de este martes se desarrolló tras 13 días de movilizaciones nacionales. El pasado 5 de diciembre, en la primera manifestación, 806.000 personas salieron a las calles, según datos del ministerio del Interior. Además, 20% de los vuelos fueron anulados en algunos aeropuertos.  El 10 de diciembre acudieron menos personas a las manifestaciones: 339.000.

Este martes, ferroviarios, maestros, funcionarios, abogados, enfermeros y médicos desfilaron nuevamente por las principales ciudades de Francia. Los datos oficiales de participación son menores comparados con los del 5 de diciembre pero siguen siendo significativos: al menos 615.000 personas, según el ministerio.

En la capital, Interior calculó que se movilizaron 76.000 personas (contra 350.000, según calculó la CGT). Las manifestaciones más importantes tuvieron lugar en Toulouse, Marsella y Burdeos. En el sector educativo, el ministerio de educación nacional ha informado de que el 24,16% de los profesores han ejercido su derecho a huelga.

¿Es la primera reforma?

No es la primera vez que un Gobierno francés tropieza con las pensiones, motivo de orgullo para su ciudadanía. Según datos de la Oficina Europea de Estadística, Francia es uno de los países donde menos jubilados se encuentran en riesgo de pobreza entre los mayores de 65 años.

Las pensiones siempre han sido un asunto espinoso en el país galo. En 1995, tres semanas de manifestaciones acabaron con la reforma de pensiones propuesta por Alain Juppé, el primer ministro del entonces presidente Jacques Chirac. Las protestas superaron el millón de asistentes.