miércoles , 25 diciembre 2024

Inspectores estatales multan y decomisan productos a trabajador informal

La marginación laboral de los opositores por parte del régimen agrava sus condiciones de vida y afecta a sus familias.

La Habana, Cuba (Sindical Press) – El pasado lunes 1 de marzo, en horas de la mañana, inspectores estatales acompañados de agentes de la policía se presentaron en la residencia de Pedro Figueredo Guerra, ubicada en la calle Paquito Borrero entre Remus y 24 de febrero, Palma Soriano, Cuba. Durante la inspección, le confiscaron una porción de harina de trigo destinada a la elaboración de croquetas para la venta.

Con 70 años y sin pensión para cubrir sus necesidades, Pedro tiene que ingeniárselas para sobrevivir. Luego de sufrir prisión en 2004 por ser firmante del Proyecto Varela, todas las vías de subsistencia le fueron cerradas por el régimen, lo que lo llevó a realizar trabajos de mecánica automotriz por su cuenta.

En aquella ocasión, Pedro fue hostigado por los inspectores estatales que, cumpliendo órdenes de la policía política, lo multaron por ejercer sin la licencia correspondiente, advirtiéndole de peores consecuencias si continuaba realizando este tipo de labor al margen de la ley.

Aunque en la nueva dinámica económica impuesta por el régimen se permite el emprendimiento personal y el trabajo informal, como lo son la elaboración y venta de alimentos, estas autorizaciones están vinculadas a normativas de selectividad que terminan afectando a los opositores.

Este 1 de marzo, Pedro había iniciado en su vivienda el pequeño negocio de ventas de croquetas, con una notable aceptación en la barriada, debido a la aguda crisis alimentaria que azota al país. Sin embargo, la policía no escatimó esfuerzos para poner fin a esta iniciativa, confiscando no solo la harina de trigo, sino también un frasco de aceite vegetal, y emitiendo una multa de 2000 pesos que Pedro se negó a aceptar y firmar.

Estos procedimientos, que violan los derechos humanos fundamentales, son aplicados repetidamente contra los miembros de las agrupaciones opositoras y han sido denunciados por la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), destacando la marginación laboral a que se ven sometidos como preámbulo a un insufrible agravamiento de las condiciones existenciales, tanto de ellos, como de sus familiares, incluidos niños y ancianos.