(S.Lucas/EA) – El Tribunal Revolucionario de Irán ha condenado a muerte a Sharifeh Mohammadi (en la foto), ingeniero de diseño industrial y activista sindical independiente.
Mohammadi fue condenada por «rebelión armada contra el Estado». Los fiscales citaron supuestas asociaciones con organizaciones de las que no es miembro.
Mohammadi, madre de un hijo de 12 años, fue condenada el pasado jueves en Rasht, en el norte de Irán. Fue detenida el pasado diciembre y recluida en régimen de incomunicación durante meses, negándose a su familia toda información sobre su estado o paradero. Vida Mohammadi, tía de Mohammadi, ha declarado que su sobrina ha sido torturada.
El esposo de Mohammadi, Siros Fathi, fue detenido por agentes del Ministerio de Inteligencia el 11 de junio, tras solicitar información sobre el caso de su esposa. Quedó en libertad bajo fianza a finales de mes.
Hadi Ghaemi, del Centro de Derechos Humanos de Irán, hizo un resumen:
Otra mujer ha sido condenada a muerte justo cuando se votaba al nuevo presidente de Irán, lo que indica que la República Islámica no tiene intención de poner fin a su maquinaria asesina sancionada por el Estado, que sigue utilizándose para castigar y silenciar la disidencia pacífica.
El caso de Sharifeh pone de relieve lo que los activistas sindicales iraníes y, de hecho, cualquier miembro independiente de la sociedad civil llevan décadas sufriendo: represión letal por exigir derechos básicos.