Un comité del Gobierno de Japón comenzará a estudiar a partir de hoy la posibilidad de permitir la entrada en el país, donde apenas hay residentes foráneos, de mano de obra extranjera no cualificada para hacer frente a la rigidez de su mercado laboral.
Septiembre 26 (EFE / www.holaciudad.com) – Un comité del Gobierno de Japón comenzará a estudiar a partir de hoy la posibilidad de permitir la entrada en el país, donde apenas hay residentes foráneos, de mano de obra extranjera no cualificada para hacer frente a la rigidez de su mercado laboral.
El sistema que se medita implementar pasaría por abrir la puerta a trabajadores de sectores específicos mediante acuerdos de colaboración económica con los países de origen, un marco que Japón ha empleado para traer personal de enfermería de países como Filipinas, según adelantó hoy el diario económico «Nikkei».
Actualmente la mayor parte de los trabajadores foráneos de Japón, país donde menos del 2 por ciento de la población es inmigrante, han accedido al país como mano de obra de alta cualificación o en programas de formación técnica.
Esta comisión recién reclutada meditará permitir ahora la entrada de trabajadores de fuera de Japón con un sistema de cuotas en sectores que encaran mucha escasez de mano de obra como la construcción y la enfermería, donde se llegan a registrar tres veces más ofertas de trabajo que demandantes de empleo.
También se contempla relajar las barreras en otros sectores en los que el mercado laboral nipón muestra una importante rigidez, como el de venta minorista, el agrícola o el de educación preescolar.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, insistió el lunes en la apertura de la sesión parlamentaria en la importancia de llevar a cabo una importante reforma del mercado laboral para estimular la economía y hacer frente al crecimiento poblacional negativo del país.
La población en edad de trabajar de Japón cayó en 2013 por debajo de los 80 millones y el número actual ronda los 77 millones con perspectivas de que siga disminuyendo.
No obstante, muchos analistas creen que la idea de abrir más las puertas a la inmigración no va a ser fácilmente aceptada por buena parte de la población o del sector privado en un país tradicionalmente proteccionista y draconiano en lo que se refiere a políticas migratorias.
Ante los temores a que la entrada de extranjeros aumente la criminalidad o conlleve una rebaja de los sueldos, los expertos creen que el Gobierno necesitará tiempo para convencer a la opinión pública si este comité finalmente apuesta por una mayor apertura de fronteras.