La Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) manifestó su preocupación ante la Alternativa Democrática Sindical de las Américas (ADS) por el «apoyo sin reservas» de sectores del movimiento sindical internacional al régimen cubano, «violador sistemático de los derechos humanos y laborales fundamentales, que persigue, hostiga y encarcela a los activistas del sindicalismo independiente».
Durante una reunión en la 108ª Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra, Emilio Gottardi, miembro del Ejecutivo de la ASIC, se refirió a La Habana como «un régimen que ha creado para el control social, un sindicalismo oficial, brazo ortodoxo e implacable del estado y que actúa como un departamento estructural de Partido Comunista de Cuba, contra las libertades políticas y sindicales».
«Más concretamente, condenamos la complicidad que, con regímenes como el cubano, nicaragüense y venezolano, manifiesta de manera ostensible y militante la Confederación Sindical de las Américas (CSA), organización que pretende imponer su anacrónica ideología, a contracorriente del sentimiento de la gran mayoría de los trabajadores y sus organizaciones en Las Américas», se pronunció Gottardi.
Denunció «que la represión y la persecución» contra la ASIC «se ha arreciado en intensidad y en amplitud», con «atropellos y detenciones arbitrarias (que) se multiplican y amenazas (que) incluyen con frecuencia a los hogares de los activistas».
«Aquí deberían estar presentes Iván Hernández Carrillo, secretario general de la ASIC y Alejandro Sánchez Zaldívar, vicesecretario general. Sobre el primero existe la prohibición expresa y absoluta de salida del país desde hace más de cuatro años y a Sánchez Zaldívar es la tercera vez que en el propio aeropuerto le impiden abordar el avión para cumplir tareas sindicales internacionales», recordó.
«Esto es práctica común, pero no deja de sorprender el cinismo y el descaro de prohibirle viajar, violando los más elementales principios de la libertad sindical, para participar en esta Conferencia y en la conmemoración de los 100 años de la (Organización Internacional del Trabajo) OIT», añadió.
Para Gottardi, el régimen imperante en Cuba «ha sumido a nuestro país en los más altos niveles de pobreza y represión a los que se pueden someterse a una nación» y condenó que «una Isla que tiene todos los recursos humanos y naturales para estar en los más altos niveles de desarrollo de la región, fue sometida a la miseria y a la dependencia».
Se refirió a cómo el desastre en Venezuela ha repercutido otra vez en la economía de la Isla, debido a la dependencia de La Habana de su aliado. «El pueblo nuevamente enfrenta el desabastecimiento, penurias y opresión (…)», añadió.
«La crisis del modelo cubano, sus fracasos económicos, el ejercicio totalitario del poder, el cercenamiento de las libertades son estructurales e intrínsecos al régimen. Nada varía con paños calientes (…)», dijo el sindicalista.
«Se procura reeditar la guerra fría y se le impone un guión idéntico a Venezuela y a Nicaragua. Se radicaliza y se estimula la megalomanía de Putin y el expansionismo chino. Buscan aliados como los de las satrapías de Turquía e Irán y se les llama a establecerse en el país con la pretensión de convertir El Caribe en el teatro de operaciones del conflicto entre potencias, con el fin de mantenerse en el poder y conservar sus groseros privilegios», expresó.
Asimismo, denunció que «se desacata las conclusiones y recomendaciones de la OIT (…) y se burlan de los organismos garantes de los derechos humanos, ciudadanos y laborales, regionales y mundiales».
Gottardi llamó a la comunidad internacional a que no siga dando las espaldas al drama cubano y urgió a «que todo acuerdo de cooperación o comercial bilateral o regional con el Gobierno de Cuba, se haga bajo la estricta exigencia de la plena vigencia de los derechos del pueblo y los trabajadores».
«No es verdad que pueda conseguirse la apertura del régimen dándole concesiones, sin condicionamientos», alertó.
«Denunciamos asimismo a las empresas multinacionales con operaciones financieras y económicas en Cuba, que en sus países de origen y en otros países industrializados donde operan, observan los derechos humanos, laborales y ambientales, publican y proclaman sus compromisos con la sustentabilidad y la responsabilidad social, mientras en Cuba lucran de manera grotesca», declaró.
Para la ASIC, se aprovechan y asocian «con las empresas estatales castristas, en base a leyes y reglas laborales discriminadoras, esclavistas y violadoras de derechos tan elementales como el salario, el cual le es sustraído literalmente del bolsillo al trabajador para aumentar las arcas del régimen y de sus aparatos represivos. Pero también para el lucro de las empresas y sus accionistas».
«Las grandes cadenas hoteleras que operan en nuestro país, lo hacen bajo condiciones de discriminación racial y política, con reglamentos disciplinarios que penalizan sumariamente a cualquier trabajador por mínimas circunstancias», señaló.
«Muchos celebran con razón el avance social que han significado los 100 años de existencia de la OIT. Nosotros no podemos sino enardecernos al comprobar que esos derechos, esos avances laborales y sociales generados por la OIT no han cruzado en 60 años las fronteras de nuestra Isla», deploró.
«Lamentamos también la hipocresía que pretende hacer de Cuba una especie de nación mutante, donde esos sagrados derechos se expresan curiosamente de otra manera, que su sistemática violación no es tal, sino que allí los derechos universalmente reconocidos, tienen otro significado», agregó.
«Defendemos la universalidad de las normas del trabajo y el derecho inalienable de luchar por vivir en libertad, obtener condiciones de trabajos y remuneración decente y adecuada, por la justicia social y por el fin de los privilegios de la elite gobernante», concluyó Gottardi.