Con las nuevas medidas una vez más la política oficial provoca la asfixia al sector privado y entorpece su crecimiento.
Holguín | Antonio Rodríguez Paz – Las nuevas tarifas eléctricas anunciadas por el Gobierno como parte de la llamada «Tarea Ordenamiento» podrían amenazar la supervivencia de muchos negocios privados.
Si bien la subida parece proporcional al aumento de los salarios de los trabajadores del sector estatal, la situación es completamente diferente para los dueños de negocios privados porque incluye otros elementos.
«Mi papá y yo elaboramos productos alimenticios para que otros cuentapropistas los vendan en sus establecimientos. Tenemos varios equipos, algunos inventados, que consumen mucha corriente eléctrica; también luces, neveras y ventiladores. Se gasta bastante. Y ahora, según estuvimos calculando, se multiplica el costo cinco veces o más», dijo José, un cuentapropista de Holguín.
«Pensamos que iba a ser bueno para el negocio el hecho de que vaya a haber más dinero circulando (con los incrementos salariales), pero el precio del consumo eléctrico nos tiene asustados», añadió.
«Sin duda afectará el costo de nuestros productos, que damos al por mayor con un estrecho margen de ganancia. Y tampoco podemos crecer como queremos, porque mientras más creces, más consumes electricidad y más se incrementa la escala progresiva. Por consiguiente, más afecta el costo del producto que vendemos. Creo que eso está muy mal», razonó.
«Por otro lado, también tenemos que subir el salario a los trabajadores, para que sigan con nosotros porque el Estado ahora subió la parada bien alta. Súmale a eso que a cada rato paramos por falta de azúcar o de otro ingrediente, porque la escasez es terrible. Se podría resolver subiendo los precios, pero entonces hay una batalla para que no los subamos. Es un escenario complicado, veremos si podemos sobrevivir», concluyó.
El Gobierno admite que los precios de los negocios privados tendrán que subir cuando arranque la unificación monetaria, pero ha advertido que no permitirá que sean «especulativos ni abusivos».
«El diseño es que el precio de los bienes y servicios de este segmento suban hasta tres veces y no más porque a pesar del incremento de sus costos la carga tributaria le va a bajar», dijo Marino Murillo, jefe de las reformas del Partido Comunista, en el programa Mesa Redonda de la televisión estatal.
Maribel, quien arrenda tres habitaciones a turistas en la ciudad de Holguín, también se siente preocupada por la nueva tarifa eléctrica. «Ahora esto está parado, pero cuando pase el Covid-19 y volvamos a alquilar, vuelvo a consumir en temporada alta bastante corriente».
«Con los aires acondicionados, las duchas eléctricas, televisores, luces abundantes y un pequeño refrigerador para cada habitación, más lo de la casa para la familia, me sube la corriente muchísimo, por encima de 1.000 kW/h. A veces elaboro comida para los huéspedes también y uso electricidad, aparte del gas», explicó.
«Ya era cara antes, ahora se me multiplicará cinco veces o más, según calculo. Y en el caso de nosotros, los que alquilamos, no podemos subir los precios porque los turistas no tienen nada que ver con la Tarea Ordenamiento», consideró.
Talleres mecánicos y de carpintería, restaurantes, hostales, miniindustrias y fabricantes materiales de construcción, estarán entre los más afectados porque son altos consumidores. La nueva tarifa no solo evitará subsidiar a los pequeños negocios, que son consumidores medios y altos en relación con las viviendas comunes, sino que pretende estafarlos, cobrándoles una tarifa que puede llegar a superar ocho veces el costo de producción del kW de electricidad.
Inevitablemente, los nuevos precios de este servicio tendrán una repercusión negativa en muchos negocios, entorpeciendo su funcionalidad al hacerlos menos rentables o hasta inviables. Una vez más la política oficial provoca la asfixia al sector privado y entorpece su crecimiento.
La Tarea Ordenamiento pretende solucionar la dualidad monetaria eliminando el peso convertible, aunque lo está haciendo, paradójicamente, mientras se dolariza una parte importante del mercado minorista. También incluye elevar salarios y precios y eliminar subsidios, sin que pueda predecirse aún si habrá mejoría en el poder adquisitivo de la población.
Algunos economistas alertan que estos cambios, aunque son necesarios en el distorsionado contexto cubano, deben ir acompañados por otros más profundos que transformen el modelo económico. Pronostican para los próximos meses un incremento desproporcionado del índice inflacionario y el consiguiente ahondamiento de la crisis.