Ante los problemas que existen para la constitución de las empresas, la funcionaria justificó que «es un proceso de aprendizaje».
Más de 1.400 MIPYMES se han constituido en toda Cuba, en medio de lo que el Gobierno ha descrito como «errores, incomprensiones y dilataciones». Más de la mitad han sido pequeños negocios de trabajadores privados reconvertidos y fundamentalmente en la producción de manufacturas.
Johana Odriozola Guitart, viceministra del Ministerio de Economía y Planificación, informó en el programa oficial Mesa Redonda del martes que un total de 1.471 «nuevos actores económicos» están desplegados por todo el país, en una lista que encabeza La Habana, con 594, y le sigue Granma, con 135″.
En el resto del país, Pinar del Río registró 39 organizaciones, Artemisa (62), Isla de la Juventud (7), Mayabeque (41), Matanzas (86), Cienfuegos (25), Villa Clara (89), Sancti Spíritus (44), Ciego de Ávila (26), Camagüey (47), Las Tunas (48), Holguin (89), Santiago de Cuba (85) y Guantánamo (32).
Odriozola precisó que, del número total, 1.422 son MIPYMES privadas, 27 son estatales y 22 corresponden a cooperativas no agropecuarias (CNA). Añadió que el 58% de las MIPYMES son «reconversión de negocios, principalmente de trabajadores por cuenta propia».
Sobre las principales actividades aprobadas, la funcionaria dijo que «la producción de manufactura tiene una presencia significativa». Aquí entra la fabricación de materiales de la construcción, la producción de calzado, confecciones desde del hogar.
«La producción de alimentos representa ya casi el 19% de los actores, así como se cuenta con otros servicios como la reparación de equipos de cómputos, automotores, informáticos», añadió.
Ante los problemas que existen para la constitución de las MIPYMES, la funcionaria justificó que «es un proceso de aprendizaje».
«Hablamos de un nuevo actor, forma jurídica, de temas con los que no lidiamos normalmente como el capital social y las denominaciones de los actores que, a veces, generan ciertas preocupaciones, pero, en sentido general el proceso marcha bien, aunque no excepto de errores, incomprensiones y dilataciones», admitió.
«Hay dilaciones, no siempre se cumplen los términos, incomprensiones, elementos subjetivos. Hay cuestiones que se deben mejorar, existen procedimientos que aún no están escritos. Hay modos de hacer de las instituciones que participamos en el proceso que se deben cambiar, y hay situaciones, una vez que están operando, que se tienen que resolver dentro de las actuales limitaciones de recursos», agregó.
José Ribe Sanguily, uno de los impulsores de la MIPYME Espiral Soluciones, que radica en La Habana, señaló las demoras en las respuestas de las entidades estatales ante la concreción de un contrato. Otro problema que citó es la desinformación sobre las microempresas. «Vas al banco a solicitar un crédito y las tasas de interés son de 2019, cuando no teníamos Covid-19, ni ordenamiento monetario», ejemplificó.
Dijo que las demoras en los procesos de contratación con las empresas estatales atentan contra el aprovechamiento de las ventajas fiscales aprobadas para las mipymes.
Varios de los «aliados comerciales» de Espiral Soluciones son empresas estatales como ETECSA, el grupo Gaviota de los militares, INFOCAP, el Grupo Ganadero y DATAZÚCAR.
Por su parte, Olga Lidia Pérez Díaz, directora general de Notarias y Registros Públicos del Ministerio de Justicia, presentó como «principales debilidades» encontradas en los cuatro meses pasados sobresale «la ausencia de asesoramiento jurídico previo a las MIPYMES, que provoca errores en la redacción de los estatutos, documento legal que regula el funcionamiento de la naciente sociedad, los cuales deben redactarse en correspondencia con el objeto social del actor económico».
Las MIPYMES cubanas han nacido con el Impuesto de Sociedades más alto del mundo, de un 35%. La situación, de acuerdo con análisis publicado en DIARIO DE CUBA, crea un desequilibrio absolutamente desfavorable para su desarrollo.
Colocar los impuestos «a un nivel excesivamente elevado demuestra la intención política de no querer que haya tantas empresas como sea posible para lograr el máximo de generación de empleo y riquezas, sino que solo existan tantas empresas como sean necesarias para obtener un nivel mínimo de bienestar, quizás uno que evite un estallido social, pero no más», consideró la analista Rafaela Cruz.
«El castrismo, mediante el Impuesto de Sociedades, está declarando que su prioridad real, contrariamente a su vacío discurso verbal, no es impulsar el desarrollo y ‘desatar las fuerzas productivas’, sino mantener atadas, bien atadas, las fuerzas sociales», concluyó.