El Decreto-Ley 46, que rige a estas unidades económicas con capacidad jurídica, entró en vigor hace más de un mes.
Tomás Cardoso | RadioTelevisionMarti.com – Cuentapropistas cubanos calificaron de fiasco la medida que autoriza las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), por el control que ejerce sobre ellas la burocracia estatal, impidiendo que cumplan su objetivo de desarrollar la producción de bienes y servicios que satisfagan necesidades de la sociedad.
El Decreto-Ley 46, que rige a estas unidades económicas con capacidad jurídica entró en vigor hace ya un mes y medio, pero los frutos que ha rendido hasta ahora son pocos, dijeron trabajadores del sector privado a Radio Televisión Martí.
Con el propósito de regular estas cooperativas, que pueden ser de propiedad estatal, privada o mixta, ya fue creado el Consejo de Actores Económicos, una sombrilla bajo el Ministerio de Economía y Planificación, alerta el asesor de emprendimiento y sociólogo Ángel Marcelo Rodríguez Pita.
“Hoy en día cualquier propuesta de micro, pequeñas y medianas empresas están quedando archivadas por parte de las autoridades cubanas en ese Consejo de Actores Económicos, violándose el Decreto-Ley que parecía indicar que sería favorable para los emprendedores cubanos. Es una censura tácita que está basada en criterios políticos”, concluyó el experto.
El presidente de la Cooperativa de Constructores Independientes (PEMENCUB), Rodolfo Gregory, destacó que, con el Decreto-Ley 46, nada cambia para los trabajadores privados.
“Aquí no hay nada que el particular pueda decidir por su trabajo, quien decide es el gobierno, y ellos son los dueños de todo aquí”, aseguró el constructor.
Pedro Acosta, quien tuvo que cerrar la paladar Doña Ceci, ubicada en el Casino Deportivo, por las presiones gubernamentales, no le ve larga vida a las MIPYMES.
“En Cuba no hay propiedad privada e independiente; el día que, por cualquier motivo, decidan cerrarte el negocio, te lo cierran, y usted no puede reclamarle a nadie, porque hay leyes, pero es mentira, no se cumplen”, enfatizó.
Antonio Font, cuentapropista en Centro Habana, afirmó que con la nueva gestión el gobierno lo controla todo.
“Ellos les crean un presupuesto a las corporaciones, hay problemas con los pagos, les ponen impuestos que no son, y la gente está muy disgustada, porque no pagan lo que es justo”, apuntó.
Yoel Espinosa Medrano opera una cafetería en la ciudad de Santa Clara. Sobre la medida, comentó: “Las personas particulares no van a tener negocios prósperos nunca, porque el Estado va siempre a controlar esta situación del trabador privado”.
Para el constructor y activista Guillermo del Sol, la nueva modalidad no favorecerá en nada al emprendedor privado.
“El cuentapropista sigue en las mismas, y ahora tiene que comprar la materia prima en moneda fuerte, pero sus producciones las compra el estado en CUP”, destacó.