Las imágenes de heridos en las protestas en la Isla contra el régimen circulan en medio de la censura informativa.
La Habana (DDC) – Tras las protestas en Cuba, testimonios de la represión y versiones de muertes no confirmadas circulan por las redes sociales a pesar del bloqueo a internet en la Isla.
Un joven detenido el domingo en La Habana, en la manifestación de Galiano, describió su arresto en un audio enviado a DIARIO DE CUBA como unas «18 horas feas, feas».
«Vi a una mujer ser golpeada por tres policías hombres, botas por la cara, palos, con todo le estaban dando. Fui hacia donde estaban, les empecé a gritar de todo, que la soltaran, que eran unos abusadores, pedí a la gente de los balcones que filmaran», contó.
Como respuesta «me tumbaron, me esposaron, me empezaron a dar patadas. Me fueron maltratando hasta que me montaron en un carro y dentro cuatro militares me siguieron diciendo de todo, ‘gusano, escoria, miserable’ (…) que iba a saber qué era la revolución», dijo.
«En la unidad de Zanja me recibieron con un mitin repudio, me quitaron el celular, me metieron en un calabozo de 4×4 metros con 30 personas, muchos sin nasobuco, con las cabezas partidas sangrando, fracturas en los dedos y las manos, menores de edad de 16 y 17 años, un jarrito de agua para compartir todos», relató.
«Gente bonita, valiente, inteligente. Estuvimos cantando toda la noche el himno nacional, gritando consignas, se unieron todas las celdas, aplaudiendo», añadió.
«A las 3:00AM nos trasladaron a un calabozo más heavy todavía, unas 70 personas dentro, peste a orine. Fui uno de los últimos en salir. Todos los policías estaban llenos de sangre», dijo.
Tras ser liberado el lunes, el sacerdote José Castor Álvarez Devesa también contó lo que vivió en un video publicado por Janisset Rebeca Rivero en Facebook.
«El domingo no pude llegar a mi casa. Me dirigí hacia donde estaban los manifestantes buscando acompañarlos. Los acompañé todo lo que pude caminar y traté de evitar que hubiera confrontación, violencia, pero al final, intentando evitar una violencia hacia alguien, he recibido yo un golpe con un bate», explicó el sacerdote, con una herida en la cabeza.
«Pero estamos bien, gracias a Dios, y con el deseo de que todos los cubanos estemos en paz que no haya violencia, que tengamos justicia. Creo que debemos seguir rezando por todos los que todavía están detenidos, para que haya justicia con ellos, para que no vaya a haber excesos y que podamos nosotros los cubanos encontrar el camino de la paz y la libertad», afirmó.
En un testimonio tras su liberación, el dramaturgo Yunior García dijo por su parte que el grupo de artistas cubanos plantado en el ICRT el domingo lo que pretendía era «transparencia» y fueron «tratados como basura».
Muertes no confirmadas
En medio de la habitual falta de transparencia del Gobierno, varios testimonios hablan de muertes debido a la represión de las protestas.
El periodista José Raúl Gallego publicó en su perfil que en grupos de Facebook «se están reportando varios muertos en Batabanó esta noche (la del lunes), producto de la represión policial».
«Entre los nombres que mencionan se encuentran Aldo y Subyane ‘El Sapo’. Según comentan fueron asesinados a tonfazos y golpes por filmar la represión», dijo.
«Ya han pasado más de 24 horas desde que comenzaron las manifestaciones de protesta en Cuba y aún el régimen no ha publicado siquiera una lista (manipulada) de fallecidos y heridos. A lo mejor esta lista aparece cuando haya policías muertos para poder culpar al pueblo de la violencia», escribió.
«De las muertes de civiles y policías, la responsabilidad principal recae en Díaz-Canel (y su jefe Raúl Castro), quien dio curso a la represión desbordada luego de que dijera ‘la orden de combate está dada’. Esa frase fatídica de la que pretendió desligarse renegando que hubiera llamado a la agresión de cubano a cubano», señaló.
En un video publicado por Cubita Now, un hombre identificado solo como René, residente en el exterior, dijo que le mataron a su hermano en Cuba.
«Le cayeron a palos, le sacaron los ojos, los dientes. La van a pagar una a una. No le dieron un tiro en el pecho, lo mataron a palos. Yo hubiera preferido que le hubieran dado un tiro en el pecho, en la cabeza, pero esto es tortura. Su mamá está muy mal».
En el video se ve a una mujer supuestamente hablando con familiares en la Isla sobre lo ocurrido.
En otro video compartido en el grupo Cubano Libre, una mujer no identificada dice que su sobrino fue asesinado en Batabanó: «Le sacaron los dientes, le tiraron los perros, le dieron golpes siete u ocho boinas negras».
Un adolescente en Las Tunas habría muerto, no de un disparo, sino del forcejeo de la Policía para meterlo en la Patrulla, según publicó Manuel Figueredo Aguilar en su perfil de Facebook.
«Lo mataron, lo mataron». Otro video de un hombre en el suelo herido gravemente ha enfurecido a los cubanos, publicó Norges Rodríguez en Twitter. Los agresores lo dejan tirado y se marchan.
Ninguna de estas muertes han podido ser comprobadas de manera independiente por DIARIO DE CUBA.
En las redes sociales han circulado imágenes de personas heridas, incluso de bala, y de esas personas agredidas llegando a hospitales. Así se vio en otro material compartido por Rodríguez en Twitter, de un herido llegando a un hospital de Cárdenas en un carretón tirado por un caballo.
Un colaborador de DIARIO DE CUBA en Santiago de Cuba informó que en Contramaestre, hubo un enfrentamiento violento de más de dos horas en la tarde-noche del lunes entre manifestantes, la Policía y brigadas de respuesta rápida, que reprimieron con bastones y estacas de madera.
Según el relato, «la población tiró piedras y ellos respondieron».
Ocurrió en el parque central de la localidad, muy cerca de la unidad policial, la sede del Gobierno y del Partido Comunista de Cuba (PCC).
«Ambulancias transportaron heridos hacia el hospital Orlando Pantoja. Un médico dijo que le habían sacado el ojo a un hombre y que podría tener un derrame. La esposa también fue hospitalizada por los golpes», informó el reportero.
Añadió que el hospital fue aislado por las fuerzas del régimen con el pretexto de evitar un supuesto asalto de los manifestantes.