El contagio de la COVID-19 en mercados laborales arroja un panorama desalentador para la mayoría de los trabajadores informales
Lima (OIT) – Las estimaciones de la OIT sobre el impacto de la pandemia COVID-19 revelan que en América Latina y el Caribe hay una masiva pérdida de ingresos laborales entre las personas con empleo informal, lo cual podría causar un fuerte aumento en las tasas de pobreza relativa que afectaría a casi la mitad de la fuerza de trabajo.
De un total de 292 millones de personas empleadas en América Latina y el Caribe, 158 millones trabajan en condiciones de informalidad, equivalente a una tasa promedio regional de 54%, destacó la nota informativa mundial sobre “La crisis de la COVID-19 y el empleo informal ”, publicado esta semana por la OIT.
El 90% de esos trabajadores informales están siendo severamente impactados por los efectos adversos generados en el empleo a causa de la pandemia COVID-19 y las medidas destinadas a enfrentar la emergencia sanitaria, destacó el informe de OIT. Esto equivale a 140 millones de personas, es decir 48% del empleo total.
“La crisis COVID-19 puso al descubierto en forma dramática los problemas asociados a la informalidad en esta región”, dijo el Director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro. “La emergencia sanitaria, el confinamiento, la crisis económica están teniendo un impacto social sin precedentes”.
Se estima que la crisis dio lugar a una pérdida del 60% de los ingresos de los trabajadores informales a nivel mundial. En América Latina y el Caribe esta pérdida de ingresos fue mayor, y llega al 80%.
Eso traerá como consecuencia un aumento de la tasa de pobreza relativa, que según las nuevas estimaciones de la OIT en esta región podría estar aumentando de 36% de los trabajadores informales antes de la crisis de la COVID-19, a 90%, un incremento de 54 puntos porcentuales.
“Una de las caras más nefastas de esta pandemia es la de la desigualdad, porque afecta desproporcionalmente a los más pobres, a los que no pueden hacer teletrabajo, que dependen de empleos precarios en los sectores más afectados, y que con frecuencia tienen más limitaciones para cumplir con las medidas de confinamiento”, destacó Pinheiro. En muchos casos, se pide a trabajadores informales confinarse en hogares sobrepoblados sin condiciones sanitarias adecuadas.
Una gran parte de los empleos en condiciones de informalidad están caracterizados por inestabilidad laboral, bajos ingresos, nula protección social frente a emergencias de salud o situaciones como el desempleo, y sin derechos laborales.
En América Latina y el Caribe 48% de las personas con empleo informal son trabajadores por cuenta propia, mientras el 31% están ocupados en micro y pequeñas empresas que tienen entre 2 y 9 empleados.
El informe de la OIT incluye una serie de recomendaciones de política pública para enfrentar la situación de trabajadores informales, incluyendo las destinadas a reducir la exposición al virus, a garantizar acceso a cuidados de salud, a apoyar a las familias con ingresos o alimentos, y a prevenir daños mayores en el tejido económico de los países.
“Después de esta crisis será necesario reconstruir los mercados laborales, y es importante que esto incluya medidas para abordar en toda su complejidad el problema del empleo informal”, dijo Pinheiro. “La construcción de una nueva normalidad en el mundo del trabajo debe ser respaldada por políticas de universalización de la protección social y de formalización del empleo”.