Para sorpresa de algunos, un tercio del voto hispano fue para Donald Trump.
MEXICO, nov 11 (EFE) – El Gobierno mexicano y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) suscribieron hoy un convenio que tiene como objetivo facilitar la inserción al mercado de trabajo de los ciudadanos que regresan a México procedentes de Estados Unidos.
«Estamos firmando un instrumento para reforzar las acciones del Programa Somos Mexicanos, para facilitar la inserción al mercado de trabajo de los paisanos que regresan a casa y vincularlos con ofertas laborales en su lugar de origen», dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, al finalizar una reunión con el CCE.
Los titulares de Hacienda, José Antonio Meade, y de Economía, Ildefonso Guajardo, también asistieron al encuentro con el sector empresarial, a fin de tomar decisiones conjuntas para enfrentar los retos que implica la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca.
Osorio explicó que el convenio contempla que las compañías del CCE «acepten la constancia de repatriación expedida por el Instituto Nacional de Migración como identificación social».
«De este modo, estamos ampliando las alternativas para que los connacionales que retornen puedan poner el talento y el esfuerzo que les caracteriza en favor del desarrollo de su país y de sus comunidades», aseveró.
Por su parte, el secretario de Hacienda dijo que durante la reunión, celebrada en el Club de Industriales, revisaron los pilares de la economía y de la relación entre México y Estados Unidos.
«Ambos nos permiten ver el futuro con optimismo», afirmó Meade, mientras que Guajardo destacó la visión compartida de transformar «los retos en oportunidades» en un comento en el que «el comercio internacional y globalidad empiezan a ser materia de debate».
El ministro mexicano de Economía defendió la necesidad de seguir avanzando en la integración, una estrategia que -aseguró- siempre ha implicado «ganar-ganar».
Y es que durante la campaña electoral, el republicano no solo atacó a los inmigrantes mexicanos al tildarlos de «violadores» y «criminales», sino que prometió deportar a los indocumentados, levantar un muro en los casi 3.200 kilómetros de frontera común.
También amenazó con confiscar las remesas, renegociar o romper el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y no ratificar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP, por sus siglas en inglés).