Los propios baracoenses han denunciado la situación. Temen que la ofensiva termine por dejarlos sin opciones para comprar alimentos.
Miami, Estados Unidos | CN – Cuentapropistas y pobladores del municipio de Baracoa, en la provincia de Guantánamo, han denunciado la ofensiva de las autoridades del territorio contra quienes se ganan la vida en la reventa de productos agrícolas.
Las severas multas por supuestas irregularidades en la documentación para ejercer la compra y venta de esos bienes ha provocado que muchos de esos trabajadores hayan perdido sus empleos.
“Nos ponen cuatro y cinco multas al mes. Nosotros no podemos pagarlas porque apenas ganamos un peso en las reventas y para ello tenemos que caminar la ciudad completa. Ni siquiera tenemos un lugar fijo donde revender. Y así hablamos de revolución”, dijo a CubaNet un vendedor baracoense.
Entre los más afectados se encuentran los llamados carretilleros, comerciantes ambulantes que viven de revender sus productos a los productores, una actividad de la que apenas obtienen dividendos.
“En el tema de las carretillas se nos ha maltratado mucho con lo de la documentación. Entendemos que, a los efectos de lo que hacemos, trabajamos como particulares. Le pagamos al estado todo lo necesario, pero los inspectores nos tienen locos con la documentación”, declaró a este diario un carretillero del territorio.
Los vendedores sostienen que es imposible exigir documentación a quienes les facilitan la mercancía, por lo que se convierten en presas fáciles de los inspectores.
“Tenemos que mostrar documentos de lo que se nos vende, pero a nosotros nadie nos da esos documentos. Somos cuentapropistas y le compramos mercancía al que sea. Nos meten multas bien grandes, entre 150 y 1 500 pesos. Ellos están buscando la forma de eliminar todo esto. Y cuando pasan los inspectores lo que hacen es botarnos de donde estemos”, añadió el carretillero.
En ese sentido, los maltratos de los inspectores estatales contra los revendedores de productos agrícolas ha provocado que muchos de ellos dejen de ejercer esa labor.
“Yo era trabajador por cuenta propia aquí, de la agricultura urbana. Tenía un punto muy bonito aquí, de eso vivía”, declaró a CubaNet Miguel Arce, un cuentapropista a quien le cerraron el punto de venta por causa de una multa.
“La patente nos la quitaron a todos y no nos la quieren dar. Entonces, ¿de qué vamos a vivir? Yo llevo como diez años en esto, soy de los más viejos. Son multas y más multas”, cuestionó otro cuentapropista.
Los propios baracoenses han denunciado la situación. Temen que la ofensiva contra los carretilleros termine por dejarlos sin opciones para la compra de alimentos.
“Si nos quitan los carretones estos que nos están resolviendo la vida, nos vamos a morir de hambre”, sostuvo un poblador del municipio.
Otros aseguran que sin carretilleros solo les quedaría ir directamente al campo ha comprarles los alimentos directamente a los productores, con la dificultad añadida de conseguir medios de transporte para moverse hacia zonas intrincadas e intentar transportar las mercancías.