En Cuba, la valoración de accidentes laborales es deficiente; sin el sistema de la OIT, la información resulta poco confiable.
(Yolanda Huerga) – La cifra de accidentes laborales ocurridos en Cuba en 2023 descendió un 10.5 % respecto al año anterior, según los datos oficiales publicados el viernes por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
En su informe «Protección del Trabajo. Indicadores seleccionados», la entidad estatal asegura que en la Isla sucedieron 1.491 accidentes del trabajo, con 1.537 personas lastimadas, pero hubo otros 52 fallecidos en este tipo de incidentes, un número similar al del 2022 por lo que el coeficiente de mortalidad (fallecidos por cada 1.000 lesionados) se incrementó de los 30,3 a los 33,8 puntos.
“El régimen cubano ha manipulado durante 65 años las estadísticas. Un ejemplo de esto es que Cuba tiene 1.9% de desempleo, tasa que está entre las más bajas del mundo”, indicó, a Martí Noticias el economista Joel Brito, director del Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC), asentado en Miami.
El especialista, quien fuera jefe del Departamento de Organización del Trabajo, los Salarios y Protección e Higiene del Trabajo de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), se refirió al sistema de toma de estadísticas que han contratado la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con muchos países para registrar este tipo de estadística.
La Organización Internacional del Trabajo ha establecido un sistema para registrar la accidentalidad laboral que abarca compilación de datos como las lesiones profesionales no fatales, fatales, días perdidos por casos de lesión profesional que llevaron a una incapacidad temporal, lesiones profesionales no fatales según tipo de discapacidad y actividad económica, entre otros indicadores.
“Cuba no tiene ese sistema implementado, lo que lleva a que no tenga una estadística confiable”, afirmó Brito.
Otra de las dificultades que se presentan en la valoración de la accidentalidad del trabajo en la Isla es que “cuando hay un accidente de tránsito donde van trabajadores, donde fallecen trabajadores, no lo ponen como accidente de trabajo, aun cuando el bus o, el camión o el medio de transporte accidentado está llevando a los trabajadores a una empresa y lo clasifican como accidente de tránsito y no como accidente laboral”, subrayó.
Además, la poca transparencia en la información: “Cuando en Estados Unidos sucede un accidente se hace público automáticamente, pero en Cuba, te enteras primero por las redes sociales”, apuntó.
También “hay menos personas trabajando, realmente”, debido a diversos factores, pero de acuerdo al experto, “a la disminución en las jornadas laborales debido a la situación electroenergética nacional. En el sistema industrial, hay menos personas expuestas al desastre de falta de seguridad ocupacional por lo que pueda existir menor cantidad de accidentes laborales”.
La ONEI no desglosa los accidentes ocurridos en empresas estatales y privadas. Tampoco informa si la recopilación sobre la accidentalidad en Cuba, incluye los incidentes acaecidos dentro del sector privado.
“En mi opinión, los accidentes que se producen en el sector privado, no los tienen en cuenta, no se están midiendo las estadísticas de accidentalidad laboral: Si explota un balón de gas en una cafetería, queda como un accidente normal en una comunidad. No lo reportan como un accidente de trabajo”, consideró Brito.
Agregó que, si un cuentapropista tiene un accidente donde pierde una pierna, un brazo, no se reporta como accidente laboral.
“Si dentro del Estado, la gran mayoría de las veces no existen los medios de protección necesarios, imagínate en el sector privado. Las personas que trabajan en las cooperativas privadas no tienen ni botas, no tienen guantes de protección. Con la ola de calor, me imagino que también deben de tener problemas de deshidratación. Muchas personas que terminan en los hospitales y nada de eso es reportado como un accidente laboral en el sector privado”, señaló.
Los sectores que registraron mayor cantidad de víctimas mortales, en la etapa de enero a diciembre de 2023, fueron Agricultura, Construcción y Suministro de Electricidad, Gas y Agua, con siete fallecidos cada uno. Los que registraron un mayor número de lesionados fueron Industrias manufactureras con 251 personas y Salud Pública y asistencia social con 231.
La ONEI no expuso las cifras del Ministerio del Interior (MININT) ni de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) aunque si los accidentes ocurridos en GAE el emporio empresarial de las fuerzas armadas.
Los organismos de mayor incidencia de este fenómeno fueron el Ministerio de la Agricultura (MINAG), el Ministerio de Energía y Minas (MINEM), GAE y AZCUBA (Agroindustria Azucarera Cubana).
Los territorios donde acaeció la mayor cantidad de accidentes de trabajo fueron la provincia La Habana con 436, 458 lesionados y 13 víctimas mortales, Holguín con 178 y 176 personas dañadas y 5 muertos y Santiago de Cuba con 149 y 152 lacerados y 4 fallecidos.
De los lesionados el 68,4% fueron hombres y el 31,6% mujeres.
Los accidentes equiparados al de trabajo que se informan a los efectos del pago de la Seguridad Social fueron 286, de ellos 299 personas resultaron heridas.
Las autoridades cubanas aún no han ratificado convenios internacionales que atañen a los trabajadores como el que versa sobre las prestaciones en caso de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales (1964) y el Convenio sobre un entorno de trabajo seguro y saludable.
Un estudio de la ASIC, que reveló la muerte de 61 personas en accidentes laborales entre enero de 2022 y junio de 2023, mostró además que los trabajadores cubanos sufren del deterioro de su salud física, la falta de una buena alimentación, altos niveles de estrés, sobrecarga laboral e insatisfacción.
“Recientemente, la Asociación de Sindicalistas Independientes de Cuba hizo algunas encuestas y se supo que los accidentes laborales en Cuba parecen haber aumentado, debido a la falta de protección a los obreros, la falta de alumbrado y la cantidad de sueño acumulada debido a los apagones que tenemos en estos momentos en Cuba hace alrededor de 3 o 4 años”, explicó Yorsikelín Sánchez Perdigón, miembro en Santi Spiritus de la ASIC.
Los encuestados dijeron no haber recibido de su empleador o de sus superiores, información sobre los riesgos de salud y seguridad del trabajo, ni sobre accidentes o enfermedades profesionales.