viernes , 29 marzo 2024

NYT: Médicos cubanos trabajan en “condiciones de esclavitud” en Brasil

En 2016, 150 galenos en Brasil pedían que se les trate como contratistas y no como agentes del régimen cubano

Un grupo de médicos cubanos que trabajan en Brasil por mandato del régimen de Raúl Castro han presentado demandas para separarse del Gobierno de la isla yexigen ser liberados de lo que un juez definió como una “forma de trabajo esclavo”, según publicó esta semana The New York Times.

El régimen comunista de la isla recibe millones de dólares mensuales por la prestación de los servicios de salud de miles de sus médicos que trabajan en el extranjero en “condiciones de esclavitud”, con contratos que las autoridades cubanas han suscrito con países como Brasil, que le pagan.

Estos médicos que aportan divisas al mantenimiento de un régimen ineficiente y obsoleto sólo obtienen a cambio una pequeña porción de ese dinero, y en Brasilcrece la cantidad de médicos que han comenzado a rebelarse, apunta el NYT.

En 2016, cerca de 150 galenos cubanos demandaban en los tribunales brasileños para impugnar el acuerdo con el castrismo, y pedían que se les trate como contratistas independientes que ganan salarios completos, y no como agentes del régimen isleño.

“Cuando uno sale por primera vez de Cuba, uno descubre muchas cosas que hasta ese momento tenía los ojos vendados”, comentó Yaili Jiménez Gutiérrez al New York Times, una de las médicos que presentaron una demanda. “Llega un momento en que te cansas de ser esclavo”.

Ahora los desafíos legales son más importantes, porque los doctores han perdido el estatus que convertía a Estados Unidos en su destino más frecuente. El gobierno estadounidense, que durante décadas ha intentado socavar a los líderes de Cuba, estableció un programa en 2006 para recibir a doctores cubanos con el objetivo de exacerbar la fuga de cerebros de la isla, agrega NYT.

El presidente Barack Obama finalizó en enero el Programa de Permisos para Profesionales Médicos Cubanos que le permitía a esos profesionales ubicados en otros países poder obtener visas de residencia permanente en Estados Unidos.

“El haber cerrado el parole para nosotros fue un gran impacto”, comentó a NYT Maireilys Álvarez Rodríguez, otra de las doctoras que presentaron una demanda en Brasil. “Esa era la salida para muchos de los que estábamos aquí”.

El fin del programa de visas significa que el futuro de estos profesionales ahora está en manos de la justicia brasileña. Los tribunales de ese país se han pronunciado principalmente en contra de los médicos cubanos, pero algunos jueces se han puesto de su lado al permitir que trabajen por su cuenta y ganen su propio dinero.

La decisión de los doctores los expone a sufrir graves repercusiones por parte del gobierno cubano, incluso podrían ser vetados de ingresar a la isla con lo que les impedirían ver a sus familias durante años, asegura NYT.

Los cubanos solo ganan una cuarta parte del monto total que el gobierno brasileño le paga a Cuba por sus servicios.

Según comenta NYT, la Organización Mundial de la Salud sirvió como intermediaria en el acuerdo por el cual Brasil le pagó a Cuba más de 3.600 dólares al mes por cada médico, o casi cuatro veces de lo que le pagaban a los médicos cubanos. Aproximadamente, 18.000 médicos cubanos han pasado temporadas en Brasil; casi 8600 siguen en ese país.

Los cubanos rebeldes, descontentos con su situación, formaron un grupo en WhatsApp. André de Santana Corrêa, abogado brasileño, narró a NYT cómo su teléfono comenzó a vibrar sin parar cuando los médicos que se encontraban en todo el país comenzaron a enviarle mensajes para solicitar su ayuda.

Tras analizar los términos de sus contratos, Santana concluyó que se contraponían a las protecciones de igualdad de la Constitución de Brasil.

A fines del año pasado, los jueces emitieron mandatos judiciales provisionales en algunos casos que les otorgaban a los cubanos el derecho de permanecer como contratistas independientes, ganando sus sueldos completos. Un juez federal de la capital condenó los contratos cubanos por ser una “forma de trabajo esclavo”, concluye NYT.

(Redactado por Armando de Armas, con información de NYT)