Para comprar, no una enorme pierna para asar o un puerco completo sino cuatro libras, hay que pagar 1.200 pesos.
Los Ángeles (Roberto Álvarez Quiñones/DDC) – Un consumidor entra en un supermercado de Miami, otro lo hace en Los Ángeles, y otros dos en Boston y en Atlanta. Cada uno de ellos compra cuatro libras de carne de cerdo. El de Miami paga en la caja 1.086 dólares por las cuatro libras de carne de puerco; el de Los Ángeles paga 1.482 dólares, el de Boston, 1.407; y el de Atlanta, 716 dólares.
Parece el comienzo de un cuento de ciencia ficción. Lo es, y no lo es. Porque cada uno de esos consumidores pagaron lo mismo que hoy los cubanos por cuatro libras de carne de cerdo en el mercado negro, el único en el que existe en Cuba esa preciada carne de la dieta nacional, a un precio inaudito de 300 pesos la libra.
O sea, en Cuba para comprar, no una enorme pierna de cerdo para asar, o un puerco completo, sino cuatro libritas, hay que pagar 1.200 pesos, equivalentes al 57% de un salario mínimo en Cuba, que hoy es de 2.100 pesos, o sea, 17 dólares con la tasa oficial de 123 dólares, pero solo 12.72 dólares con la tasa real del mercado monetario callejero de 165 pesos por dólar (el 13 de septiembre), que es la que cuenta incluso para el Banco Central, aunque no lo reconozca.
A un trabajador con ese sueldo mínimo de 12.72 dólares mensuales que comprase cuatro libras de carne de cerdo le quedarían apenas 5.45 dólares para sufragar todos los demás gastos de la canasta básica del mes.¿No es esto un cuento de horror, más que de ciencia ficción?
Precisamente de aplicar hipotéticamente ese despojo del 57% del salario mínimo vigente en 2022 en los estados de Florida, California, Massachusetts y Georgia, es que salen esos ficticios gastos absurdos mencionados al comienzo de este artículo.
La diferencia entre esos estados del «Norte» y Cuba es que la dictadura castrista para ahorrar divisas —que sí gastó en construir hoteles para hacer más ricos a los militares—, ha reducido y casi suprimido la importación de piensos. Y encima paga precios muy bajos a los criadores privados de cerdos, a quienes obliga a entregar la carne producida al Estado. Y mete en la cárcel o impone multas exorbitantes a los productores privados que producen «demasiada» carne de cerdo, por «enriquecimiento ilícito». Como sentenció un productor en Holguín que ya abandonó el negocio y prefirió no dar su nombre: «Se están acabando los puercos, no da negocio criarlos».
Tres libras de pollo cuestan el 31% de un sueldo completo
«Cada día hay menos que comer», aseguró hace unos días desde Santa Clara el periodista independiente Guillermo del Sol. «Ayer la libra de carne de cerdo se comerciaba a 300 pesos, una libra de frijoles 100 pesos, el arroz alcanzó los 75 pesos, un cartón de huevos con 30 unidades está entre 800 y 1.000 pesos», argumentó el comunicador.
Desde Santiago de Cuba, Eldris González Pozo informó: «En estos momentos una libra de pollo cuesta 220 pesos y un paquete de salchichas 200 pesos y tres pequeños panes valen 25 pesos». O sea, para comer en la casa tres libras de pollo hay que desembolsar 660 pesos, el 31,14% de un salario mínimo mensual. Es como pagar en un supermercado de Miami (con un salario mínimo de 1.906 en el estado) 593.52 dólares por tres libras de pollo.
Lo que ocurre es que la dictadura, en vez de hacer realmente algo efectivo por combatir la inflación, la agrava por día. Y no solo por incompetencia, sino por crueldad, la que emana principalmente de Raúl «El Cruel».
Steve Hanke, prestigioso profesor de Economía Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, comprobó asombrado que entre el 21 de agosto y el 8 de septiembre la inflación en Cuba aumentó de un 135% a un 158% de tasa anual, y se consolidó como la segunda mayor inflación del mundo (ya lo fue en agosto), y la que más rápido aumenta.
El galope desbocado del costo de la vida en la empobrecida Cuba supera al 136% del Líbano, el 134% de Turquía, el 127% de Myanmar y el 125% de Venezuela, que ocupa el sexto lugar. En Cuba lo que en enero de 2022 costaba 100 pesos, ahora cuesta mucho más del doble.
El peso vale cada vez menos. Ya dejó atrás al «Periodo Especial» de los años 90 y se cotiza a 184 pesos en el mercado «de la calle» (el verdadero). Y casi seguro antes de fin de año superará los 200 pesos.
El peso precastrista nunca se devaluó
Qué contraste: cuando Cuba era «explotada por el imperialismo» la moneda cubana jamás se devaluó. En 1958 la Isla tenía la tasa de inflación más baja de toda América Latina con un apenas 1,4%. La tasa media era la de México con 7,8%, y la más alta inflación la padecía Bolivia con el 63%.
Los pesos cubanos eran entonces convertibles en dólares al instante, dando uno por uno. Estuvieron siempre a la par 1×1 desde que se emitieron los primeros pesos cubanos en 1915, en el Gobierno de Mario García Menocal, hasta el asalto del poder por los hermanos Castro, que nombró al Che Guevara presidente del Banco Nacional de Cuba (noviembre de 1959), cuando no sabía nada de banca, de finanzas, ni de las más elementales reglas y leyes de la economía moderna.
El comunista argentino sustituyó en el cargo nada menos que al eminente economista cubano Felipe Pazos, uno de los fundadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial en la Conferencia de Bretton Woods (EE.UU) en 1944. Precisamente una de las primeras cosas que hizo el nuevo presidente «revolucionario» del Banco Central fue retirar a Cuba del FMI, pese a que había recibido varios créditos de dicha institución global.
Durante toda la etapa republicana precastrista el dólar y el peso circulaban en el país por igual. De hecho eran la misma cosa. Quien tenía cinco pesos cubanos en el bolsillo tenía cinco dólares, y viceversa.
Pero hay más. Los cubanos de hoy no saben (no tienen cómo) que en 1958 los trabajadores industriales cubanos estaban entre los mejores pagados de todo el mundo. Ganaban seis dólares diarios por jornada de ocho horas, y un trabajador agrícola tres dólares. Así está registrado en las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU.
En 1951 una libra de cerdo costaba el 0,46% de un salario, hoy el 14%
Ese salario cubano de seis dólares diarios era el octavo más alto del mundo, detrás de EEUU (16.80 dólares diarios), Canadá (11.73), Suecia (8.10), Suiza (8.00), Nueva Zelanda (6.72), Dinamarca (6.46), y Noruega (6.10).
Y con esos salarios de los obreros cubanos, según otras estadísticas publicadas en este caso por la revista Cuba Económica y Financiera, en 1951 en Cuba una libra de carne de cerdo costaba 60 centavos, es decir, el 0,46% de un salario industrial promedio de un obrero, y no el 14% del salario mínimo que cuesta 71 años más tarde. La libra de frijoles negros en 1951 estaba a 15 centavos; y un huevo costaba siete centavos, no 33 pesos como hoy.
Esta alucinación surrealista entre la relación salario-precio en la Cuba capitalista y en la Cuba de la «continuidad» castrista es el punto final de una crónica del absurdo que ni el mismísimo Franz Kafka pudo imaginar: pagar en el mercado más de la mitad de un sueldo mensual completo para comer cuatro libras de carne de puerco, que es además una de las más fáciles de producir y más baratas que hay en este mundo.