Pittsburgh (Sindical Press) – El estado de descomposición del socialismo en Cuba se acelera en medio de las habituales alocuciones del clan de monigotes que repiten el mismo libreto desde las tribunas del poder con una determinación que se desvanece entre el consistente remontar de las penurias del pueblo que se muere de hambre y desesperación.
Un reflejo de esa asfixia existencial instalada a tiempo completo en cada palmo del país se constató este 5 de marzo en Río Cauto, provincia Granma, cuando una mujer le puso voz a su hastío encima de una tarima, robándose la atención de los que pasaban por allí.
Su discurso fue similar al que se escucha regularmente en las calles a tono con la estandarización de una escasez insoportable, los precios de los productos básicos en constante ascenso y todo cuanto tenga que ver con lo que se asume como una especie de encerrona sin salida.
La suma de catástrofes personales da por sentado que el colapso del modelo centralizado es un hecho incontrastable.
En realidad, son pocos los que se salvan de las turbulencias generadas por una economía de guerra, donde sin tiros ni cañonazos un grupo de chapuceros profesionales han colocado a 10 millones de persona en modo de supervivencia.
La señora que se encaramó en la plataforma a airear su desesperación encarna el sentir de los que se han quedado en la cuneta de una revolución que resultó ser una caricatura de los ideales que propugnaba.
El colmo es que, en vez de proponer soluciones fundamentadas en una liberalización económica y el fin del monopolio del partido comunista, el mismísimo presidente de la república, ande promoviendo el uso de la Inteligencia Artificial y la robótica ante el decrecimiento de la población laboralmente activa.
De esta manera se burla de cientos de familias que esperan por las “balitas” de gas para cocinar, sin que se sepa cuando habrá la suficiente disponibilidad para cubrir la demanda, de los apagones que también impiden el funcionamiento de las cocinas eléctricas y de los ventiladores para atenuar el rigor de las altas temperaturas, y de otras adversidades tan intensas como las mencionadas
Con sus políticas han convertido a Cuba en un lugar inhóspito, donde los basurales por doquier, la mugre, el descaro, los crecientes índices de violencia y la locura provocada por los quebrantos cotidianos, invitan al escape o al suicidio como alternativa liberadora.
La solitaria manifestante de Río Cauto se hartó de promesas vacías y de no tener recursos para alimentar a sus tres hijos.
Le sobran razones para protestar, al igual que a la mayoría de los espectadores, en un principio desconcertados y expectantes, y poco después muy tibios cuando se la llevaban detenida.
Lamentablemente, la solidaridad en este tipo de casos, continúa siendo escasa y en ocasiones nula.
Un indicador de que la emancipación se abre a nuevas prórrogas, a no ser que en algún momento esa postura tenga multiplicidad de réplicas y un respaldo, sino masivo, al menos el adecuado para generar un escenario crítico.