El Diario de Cuba entrevista a Marial Elena Mir Marrero, secretaria general de la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba
Waldo Fernández Cuenca | La Habana – Uno de los tantos frentes de lucha contra el castrismo en las últimas décadas ha sido el reclamo de una verdadera libertad sindical para los trabajadores. María Elena Mir Marrero es una de las activistas que lleva décadas capacitando y asesorando a empleados tanto estatales como privados para que sepan hacer valer sus derechos
En la actualidad está al frente de la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC), una organización que ha debido sortear no pocos obstáculos para sobrevivir en un entorno totalitario.
¿Cómo comienzan tus vínculos con el movimiento sindical independiente?
Yo comienzo a finales de la década de los años 90 como bibliotecaria independiente aquí, en Guanabo, donde vivo. En aquel momento se fundaron tres bibliotecas independientes y una de ellas fue la mía, que tenía por nombre Helen Martínez. Tiempo después me contacta el sindicalista Ibrahim Carrillo para pertenecer a la organización Unión Sindical de Trabajadores de Cuba Ortodoxo y así surge mi primer vínculo con el sindicalismo independiente. En esa organización empiezo a tener contactos con personas del interior del país y surge la idea de crear el Sindicato de Trabajadores Libres de Cuba donde trabajaba junto con otras personas.
Fue en el año 2001 que oigo hablar por vez primera de la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC) y me vinculo a ella introduciendo mi sindicato y ocupándome del Frente Femenino a nivel nacional. Su secretaria general en aquel momento era Aleida Godínez, quien después supimos que era una agente de la Seguridad del Estado.
Tras la revelación de Godínez la organización estuvo desarticulada unos años hasta que logra reorganizarse poco a poco. En 2008 asumo su secretaría general.
¿Cómo desarrollan su labor, a que trabajadores atienden en estos momentos?
Al principio fue una labor muy difícil porque no teníamos todos los conocimientos necesarios para atender determinadas quejas que nos llegaban, también muchos trabajadores desconocían sus derechos y cómo enfrentarse a la sección sindical de su trabajo cuando tenían un problema. Aunque no hemos dejado de atender a los trabajadores estatales, en la actualidad nos hemos enfocado en atender y empoderar al sector privado pues en sus distintas modalidades pueden ser el motor de más cambios en Cuba a corto y largo plazo. Hoy asesoramos y dotamos de conocimientos alrededor de 62 cuentapropistas, en su mayoría jóvenes que no superan los 25 años de edad para que sepan reclamar sus derechos ante las autoridades.
¿Cuáles han sido los mayores logros de la CONIC en los últimos años?
Hemos tenido nuestras pequeñas victorias; una de ellas cuando logramos que las autoridades dieran un espacio a todos los cuentapropistas que tenían su negocio en la vía pública, aquí en la localidad de Guanabo, aunque se había dado la orden de sacarlos.
La mayoría se reunieron en mi casa y decidieron reclamar ante el Consejo de Estado y el Partido Comunista un espacio para ellos. Finalmente, 15 días después, lograron que les dieran un local donde tener su negocio.
Hubo una marcha de cocheros en Guanabo porque las autoridades dijeron que no debían circular por la avenida principal y que solo estuvieran por las calles secundarias, lo que limitaba enormemente su capacidad de atraer clientes. Todos fueron a la estación de Policía y dijeron que no trabajarían más. Se logró que las autoridades echaran para atrás esa decisión.
Además de eso, tenemos delegados en cinco provincias del país (Santiago de Cuba, Las Tunas, Mayabeque, Villa Clara, Guantánamo) que nos envían reportes de los trabajadores que atienden en sus respectivas provincias.
¿Qué reconocimiento tiene la CONIC ante organismos internacionales?
El reconocimiento de la CONIC en organismos internacionales viene principalmente a través de las organizaciones sindicales del exilio.
Ahora contamos con el Sindicato de Trabajadores Cubanos (STC) que dirige Siro del Castillo y hemos tenido encuentros con otras organizaciones sindicales del continente en Colombia y Panamá. Los funcionarios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) conocen de nuestro trabajo, aunque no tenemos derecho a palabra cuando hemos ido a sesiones de ese organismo en Ginebra.
¿Cómo te has enfrentado represión de la Seguridad del Estado?
En estos momentos no puedo salir del país porque me consideran un «peligro para la Seguridad Nacional» debido a que mi organización pertenece a la plataforma #Otro18, por eso me impidieron recientemente ir a Cancún, México, al evento «Caminos hacia una Cuba democrática».
La Seguridad del Estado me ha dicho también claramente que no van a permitir que asista a la reunión donde se elegirá al candidato de mi zona para la Asamblea Municipal. En enero de este año no pudimos realizar un Congreso que teníamos programado porque cercaron la cuadra y a varios participantes no los dejaron llegar.
¿Qué retos ve la CONIC en el futuro inmediato?
Nuestro trabajo siempre estará enfocado a que los trabajadores conozcan sus derechos, que aprendan a exigirlos reclamando la aplicación de las leyes vigentes y las que ha firmado el Estado cubano en Naciones Unidas. No es una labor fácil, pero no pensamos detenernos pues Cuba tiene una gran tradición de lucha sindical y nosotros formamos parte ya de esa historia.