miércoles , 30 octubre 2024
Iván Hernández Carrillo, secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba.

Sindicalista independiente en el colimador de la policía política

Este incidente sugiere una posible intensificación de las acciones contra el secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba.

Pittsburgh (Sindical Press) – El lunes 8 de abril por la tarde, una oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) llegó en la patrulla número 252 a la casa de Iván Hernández Carrillo, secretario general de la Asociación Sindical Independiente (ASIC), para entregarle una citación

Durante el encuentro, Iván insistió conocer las razones detrás de la citación, pero la oficial solo mencionó que su misión era entregar el documento y obtener su firma –a lo que Iván se negó–, subrayando así la influencia de la policía política en este acto represivo.

Este incidente sugiere una posible intensificación de las acciones contra Iván, también expreso político del Grupo de los 75, podría recrudecerse en los próximos días, debido a la posición frontal que mantiene frente a las medidas de acoso que llevan a cabo regularmente los agentes del Ministerio del Interior y su determinante rechazo a validar medidas coercitivas, como la ocurrida este lunes.

Recientemente Iván fue detenido en la ciudad de Matanzas, cuando se dirigía hacia La Habana para un chequeo médico. Las amenazas de cárcel afloraron durante el interrogatorio, por los presuntos delitos de atentar contra el orden constitucional y de mercenarismo. También le levantaron un acta de advertencia, que tampoco firmó. A esto hay que sumarle los recurrentes operativos frente a su casa con el propósito de impedir su salida.

Frente al temor de un desborde social a partir del descontento generado por una crisis sistémica, sin asomo de alivios en lo que resta de año, y la labor de cientos de activistas en crear conciencia ciudadana en relación a la necesidad de transformaciones urgentes y profundas, la policía política opta por reforzar sus tácticas para garantizar el estatus quo.

En este contexto, es de esperar la continuidad de los juicios por causas políticas, así como la aplicación a rajatabla del vasto arsenal de torturas psicológicas contra los activistas y sus familiares.

Iván está en peligro y no se trata de una simple alerta. Al evaluar concienzudamente su situación se precisa, más que nunca, de un incremento exponencial de la solidaridad internacional.

La dictadura se sabe perdida y huye hacia adelante, ampliando notoriamente los márgenes de impunidad y la disposición para eliminar a sus críticos, no importa con qué métodos. Es hora que el mundo reaccione antes que sea demasiado tarde.