LA HABANA, Cuba (Aimee Cabrera, ASIC / www.cubasindical.org) – Como secuela de la muerte de Fidel Castro, algunos sindicalistas independientes han sido detenidos o advertidos en sus hogares o en en la via pública.
Entre ellos, Alejandro Sánchez Zaldívar, quien fue detenido durante dos días en una estación policial, y Emilio Gottardi Gottardi, quien fue visitado en su hogar.
Alejandro Sánchez, quien es el Secretario de Organización de la Asociación de Sindicalistas Independientes de Cuba (ASIC), y reside en Cabañas, Mariel, fue interceptado en la calle por un desconocido que negó a identificarse y advertido de que no podía estar fuera de su casa.
Una hora más tarde, y ya en su vivienda, fue arrestado por tres agentes de la policía y trasladado a la estación policial de Cabañas, donde por demás se encontraba el desconocido, quien resultó ser ël agente de la Seguridad de Estado “Vladimir”.
Más tarde, Alejandro fue trasladado a la estación policial del Mariel, donde estuvo hasta el lunes, día en que pudo regresar a su casa.
En este lugar, el sindicalista no fue trasladado a un calabozo como es usual, sino que estuvo los dos días de detención sentado en una silla, sin posibilidad incluso de acostarse para dormir.
Antes de ser liberado, y luego de ser advertido acaloradamente por los agentes de “no interferir con sus actos en el luto de ellos”, otro oficial de la Seguridad ordenó al Jefe de Policía del Mariel que le aplicara una Orden de Restricción.
Esta orden le prohíbe al activista viajar a La Habana y además le exige presentarse a firmar en dicha estación (22 kilómetros lejos de su vivienda) todos los días hasta el próximo 4 de diciembre, lo cual Alejandro considera abusivo y arbitrario.
Por otra parte, Emilio Gottardi Gottardi, quien se desempeña en la ASIC como capacitador, fue visitado ayer en la mañana por un oficial de la Seguridad y advertido de que debía suspender la capacitación por esos días de Duelo Nacional. Cada lunes, en el hogar de Emilio se reúnen sindicalistas y otros activistas para recibir clases, talleres y participar de otros encuentros.
Otros sindicalistas y activistas fueron interceptados y advertidos de mantenerse en sus hogares. Aunque no fue un acoso generalizado, la ASIC denuncia estos hechos y los considera arbitrarios y totalmente inadmisibles.